Siempre presentes. Gladys y Marta son emprendedoras y siempre van a la feria a vender sus productos.
En la esquina de Mariano Comas y Facundo Zuviría funciona un espacio destinado a los feriantes de la ciudad. La feria de Las 4 Vías es toda una tradición en la ciudad.
Siempre presentes. Gladys y Marta son emprendedoras y siempre van a la feria a vender sus productos.
Señora, aproveche. La frutilla es una de las frutas del momento, y en la feria de Las 4 Vías se consiguen a muy buen precio.
Productos frescos. En una feria, la mercadería está exhibida de tal manera que el cliente puede elegir qué llevar.
Gladis Rodríguez es emprendedora y ofrece dulces y encurtidos, salsas para el asado, vinagres aromatizados y pickles. “Comenzamos este emprendimiento gracias al Proyecto Puente, que buscaba insertar en la feria franca un kiosco verde. Fue a través del Inta, la Municipalidad y Universidad que vinimos acá. Ya teníamos algo hecho, éramos promotoras del Inta, trabajábamos en los barrios, hacíamos cursos sobre manipulación de alimentos y técnicas específicas y nos presentamos en este proyecto”, recuerda.
Marta Duarte trabaja en un puesto junto a Gladis. Es emprendedora desde hace cinco años y antes fue promotora del Inta. Allí, se capacitó para hacer alimentos sanos y naturales haciendo hincapié en el perfeccionamiento de las técnicas de limpieza y la producción para lograr mejorar los productos en venta.
“Hay que ser perseverantes y venir todos los días a la feria, así los clientes te van conociendo y van confiando en los productos. De todas formas, es cierto que hay un retorno a la feria. Hoy, la gente busca alimentarse de una forma más sana y natural, sin tanto colorantes y conservantes”, explica.
A pocos metros, trabaja un puestero a quien algunos consideran como la “estrella” del lugar. Se llama Raúl José Saborniani y se dedica a la actividad desde hace 59 años. Comenzó desde muy pequeño, acompañando a su padre que también era feriante. Hoy, tiene su propio puesto en la feria de Las 4 Vías.
“La gente vuelve a la feria por sus precios accesibles y porque las verduras son más frescas. Los productos en las verdulerías y los supermercados se han vuelto muy costosos y las ferias ofrecen hoy varias opciones: si no encontrás lo que buscás en un puesto lo podés conseguir en otro”, cuenta.
Poco a poco la feria se va levantando. Si bien faltan obras por hacer, este espacio ha logrado afianzarse en el barrio y ofrecer una interesante alternativa a los vecinos de la zona.
En pocos meses, se espera que se finalice una plazoleta para los chicos, el cemento reemplace al piso de tierra, se instalen baños públicos y servicio de agua y muchos más puestos se sumen a esta colorida propuesta.
Puesta en valor