Martín Farías
[email protected]
Distintos profesionales advierten que si la crisis del campo continuara, Ceres podría parecerse a “un pueblo fantasma”. Para el ingeniero Mariano Flesia, el año 2008 acabó de “una manera caótica e impensada. Las producciones ligadas al campo están en plena desesperanza y con pocas expectativas positivas en el corto plazo. La falta de políticas de Estado para el salvataje de las producciones, el largo e inentendible conflicto entre el campo y el gobierno y la extensa sequía, son las principales causantes de una tragedia, de la que dicen los expertos, aún no se ha visto lo peor. Para Flesia, este momento de la cadena de valor productivo regional es “como un castigo sin fin”.
Algunos productores “están en un momento muy crítico. Y lo peor de todo, es que ninguno tiene buenas esperanzas hacia el futuro. Todos están desanimados, no saben cómo seguir. Este cuadro de situación no se había visto nunca y eso que hubo momentos muy difíciles que se tuvieron que superar en otros tiempos”.
Además, “esta situación del campo perjudica directamente a toda la cadena. Si el productor comenzara a cerrar sus explotaciones, el pueblo se transformaría en un pueblo fantasma. La ganadería es un caos, se mueren los animales de sed y de hambre. La lechería es imposible de sostener con los precios actuales y encima no llueve. La apicultura y la agricultura están en un proceso de falta de incentivo total, este contexto, nos hace prever que a corto plazo la cosa pueda ser apocalíptica”, contó Flesia.
Ante estas circunstancias, “se toman decisiones rápidas y suena fuerte el comentario de que muchos productores entrarán en cesación de pago. Si esto sucede con unos pocos se va a sentir, imagínense si ese poco se transforma en la mayoría, sería el final de todo el sistema comercial local y zonal. Es que no hay salidas posibles, el productor está muy apurado, no sólo por lo económico sino también por las cuestiones climáticas. Esta crisis hídrica sin precedentes terminó con las esperanzas de todos”, remarcó.
Según trascendió, en los próximos días, un grupo de productores con importantes explotaciones rurales solicitaría una reunión clave a las autoridades del Ejecutivo municipal; y a las autoridades bancarias y crediticias para comentarles de la situación por la que atraviesan y, en algunos casos, informarles sobre la posible decisión de ingresar en cesación de pagos total si la situación no brindara una solución inmediata.
Sin soluciones
La sequía y la crisis internacional, congeniadas con la falta de políticas serias de salvataje con obras públicas racionales para productores en estado desastre, inclinan la balanza hacia la desesperanza.
“No nos han mostrado un solo camino de solución. La sequía ya tiene varios meses y seguimos peor que antes. Nadie fue capaz de concretar una solución precisa y eso que hay obras que se podrían realizar sin problemas, siempre y cuando, haya gobiernos que quieran invertir en sus productores”, advirtió.
“No es descabellado pensar en un acueducto del río Paraná, que no sólo beneficiaría a esta región sino también a gran parte de un territorio productivo nacional. Y son 200 kilómetros de acueducto, nada más que eso. Quédense tranquilos que el Paraná no se va a secar nunca. Con ese acueducto tendríamos solucionado el faltante de agua de por vida. Pero, faltan decisiones y acciones que sólo los políticos pueden tomar, siempre y cuando, quieran tener a sus productores trabajando, produciendo y no pidiendo un crédito”, destacó.