Télam
Israel bombardeó hoy una parroquia católica de la ciudad de Gaza, que está a cargo del párroco argentino Jorge Hernández, en el marco de una ofensiva que ya mató a más de 1.200 personas, en su mayoría civiles, y destruyó parte de varias mezquitas y escuelas de la ONU.
La parroquia Sagrada Familia, ubicada en el barrio Al Zeitun en el este de Gaza, fue alcanzada esta mañana por las bombas israelíes, pese a que daba refugio a decenas de niños discapacitados y ancianos.
El ataque israelí destruyó la casa de las monjas de la institución que se ocupan de cuidar a los niños y ancianos.
El sacerdote argentino explicó, en declaraciones a la agencia oficial del Vaticano Fides, que además de la casa de las monjas del Instituto del Verbo Encarnado, el bombardeo destruyó parcialmente la escuela parroquial adyacente y su oficina.
Según Fides, el objetivo principal del bombardeo era una casa que se encuentra a pocos metros de la parroquia. Esa vivienda resultó completamente destruida.
Hernández detalló que ayer por la tarde, ‘el Ejército israelí¡ comenzó a enviar mensajes SMS a los residentes de Al-Zeitun, donde se encuentra la parroquia católica y una ortodoxa, con la orden de abandonar las casas ya que iban a bombardear‘.
Muchas personas lograron huir, pero aquellos que actualmente viven en la iglesia no pudieron.
Además del párroco Hernández, viven allí tres Hermanas de la Madre Teresa, junto con 29 niños discapacitados y nueve mujeres ancianas a su cargo.
Los cuatro religiosos decidieron quedarse en la parroquia, pese a que hace tres semanas el Ejército israelí bombardea sistemáticamente la Franja de Gaza, en la tercera ofensiva masiva desde 2007, cuando el movimiento palestino Hamas ganó las elecciones y asumió el poder.
El parroco Hernández, que recibió hace unos días un mensaje de solidaridad del papa Francisco, explicó que, al igual que la mayoría de los habitantes de la franja, ellos no pueden huir. ‘Nosotros no podemos movernos. ¿Cómo se hace para sacar a 29 niños discapacitados y a nueve personas ancianas? No se puede, de ninguna manera‘, denunció, en declaraciones a Radio Vaticano.
Asimismo, el religioso argentino destacó que los niños que están bajo su cuidano ‘no son huérfanos‘ y, en consecuencia, ‘nosotros no somos sus tutores‘ como para llevarlos fuera de la franja.
‘Sin permiso, no lo podemos hacer. Además, salir de casa es peligroso. Entonces, nosotros estamos aquí, tratando de resistir‘, agregó el argentino.
Hernández también recordó el pedido que hizo el domingo pasado el Papa en nombre de los niños que quedan atrapados en los conflictos.
Alguien tienen que decir basta, sentenció el religioso, y demandó que alguien ‘ponga fin a esta masacre, porque es impresionante‘.
‘Hace dos semanas la casa de una familia cristiana fue bombardeada, la mamá murió, el padre resultó herido y el hijo lucha por sobrevivir en un hospital‘, contó el párraco, intentado describir la dramática situación que se vive en el pequeño y abarrotado territorio palestino.
‘Es una guerra absurda que, sin embargo, sigue adelante‘, destacó Hernández, durante la jornada más violenta que ha vivido la franja desde el comienzo de la ofensiva militar.
En total, al menos 1.229 palestinos ya han muerto, entre ellos casi 250 niños, y más de 7.000 resultaron heridas. Mientras que por parte de Israel fallecieron 53 soldados y tres civiles.