La decepción de los franceses proviene de la falta de resultados de la política gubernamental en materia de poder adquisitivo y le reprochan mostrar demasiado su vida privada.
Sarkozy fue el primer candidato divorciado -de un primer matrimonio- que llegó a la presidencia francesa. Y además es el primer jefe de Estado francés que se divorcia durante su mandato.
Al casarse con Carla Bruni, criada en una familia de empresarios y artistas del norte de Italia, se convirtió en el segundo presidente francés, después de Raymond Poincaré, que contrae matrimonio con una italiana, Henriette Adeline Benucci, en 1904.