A días del regreso a las canchas, Pasión Liga consultó a Antonela Giacciani, una profesional en nutrición que dejó importantes conceptos en base a la alimentación que deben recibir nuestros niños. Hoy, en tiempo de pandemia, varios son los clubes que ya no pueden colaborar con la copa de leche acompañada por otro alimento. Son tiempos difíciles y la situación económica no es la mejor. La vuelta al fútbol liguista, con público, podría permitir el regreso de alimentos a los niños que más lo necesitan.
A continuación, el relato de una profesional que recibe a diario consultas de papás que intentan mejorar la calidad de vida de sus pequeños niños. "La infancia es un momento clave en nuestro ciclo de vida y depende de nuestros hábitos cotidianos que acompañan el crecimiento y desarrollo para una vida adulta saludable. No obstante, la prevención empieza antes de lo que se piensa. Inicialmente un control nutricional en la embarazada y la generación de hábitos saludables desde la primera infancia son fundamentales. Cómo se alimente mamá y si realiza ejercicio durante el embarazo influyen en la salud a largo plazo del bebé al darle forma a su metabolismo. Está demostrado que la malnutrición materna, por falta o exceso de nutrientes, produce cambios en los sistemas del bebé, que pueden predisponerlo a padecer diferentes enfermedades en la vida adulta", adelantó Giacciani.
-En la infancia, ¿cuáles son los pasos a seguir?
-A lo largo de la infancia podemos hablar de diferentes momentos críticos, como el primer año de vida donde crecemos a una velocidad rapidísima y la lactancia materna cumple un rol fundamental; o a los 5 a 7 años donde se produce en rebote de células que almacenan grasa (se llaman adipocitos) o la adolescencia, donde la infinidad de cambios físicos y emocionales nos dejan algo mareados. La clave es acompañar el desarrollo con buenos hábitos familiares, de alimentación, movimiento, descanso y emociones que guíen al niño a su desarrollo como adulto.
-¿Hubo cambios en este tiempo de pandemia?
-Ante la pandemia por COVID19, nuestros hábitos y estilo de vida fueron alterados. Debido al impacto en nuestro bienestar físico, mental y social es muy importante proteger a niñas, niños y adolescentes llevando una alimentación saludable en casa, manteniéndolos sanos y activos, y con un sistema inmunológico fuerte.
-¿Qué nos trajo el COVID?
-Desde una mirada nutricional, tenemos un mismo problema con 2 caras: malnutrición. La misma puede darse por déficit, es decir, por falta de energía o nutrientes; o por exceso de los mismos. Por ejemplo, en escenarios donde la escuela o el club otorgaba un programa de alimentación, hoy nos encontramos con niños que no acceden a dicho aporte nutritivo, que podía ser el más importante de su día.
En la otra cara de la misma moneda, nos encontramos con niños en menos movimiento y con mayor ingesta de alimentos, en su gran mayoría un exceso de hidratos de carbono y azúcar, sin presencia de hambre. Entonces el sedentarismo, el exceso de productos vacíos en nutrientes, muchas horas de pantalla y la rutina del sueño alterada (entre otros factores también del plano emocional) nos lleva a un diagnostico que crece día a día en la consulta: exceso de peso.
-¿Qué podemos hacer como padres?
-Les comparto algunas de las pautas que trabajamos desde el consultorio nutricional para aplicar 'en familia': Cocinar y comer en familia. La cantidad de veces que sea posible permitiendo que los niños entren en contacto con los ingredientes, de acuerdo a su edad. Establecer un menú semanal. Los padres son los que marcan el rumbo y la calidad de la comida. Los niños la cantidad que desean comer.
-La clave es la vuelta a los entrenamientos y pensando en el regreso oficial de la Liga...
-Mantener la rutina diaria es clave en especial si los niños volvieron a entrenar o realizar deportes. De acuerdo al horario podemos ofrecer diferentes alternativas, pensando en el aporte de energía antes de la actividad: pancakes de fruta, banana con pasta de maní, sándwich de queso y tomate, bizcochuelo casero de diferentes ingredientes (como lentejas, harina integral, avena, con fruta, etc.), arroz o avena con leche, licuados de frutas, galletas o barritas que se hacen en simples pasos.
Si el entrenamiento es 2 horas después de comer, podemos aprovechar un almuerzo de vegetales (como ingrediente estelar en cada plato) con tortilla de papa, choclo, pasta con o sin relleno o legumbres de diferentes formas por ejemplo en guisos que nos tienta cuando la temperatura baja.
La cantidad importa. Prestemos atención si los niños (que tienen necesidades y un estomago más pequeño) están comiendo a la par nuestra. Fomentar el comer despacio, masticando los alimentos y saboreando la comida. Conectar con los sentidos y quitar distractores como el televisor o el celular es una buena idea.
-¿Cómo debemos elegir los alimentos, Antonela?
-Mas alimentos, menos envasados. No dejar a mano alimentos como golosinas, snacks, galletitas, panificados. No tienen que estar en la rutina diaria, sino ocasionalmente. Aportan pocos nutrientes y desplazan el consumo de lo que realmente importa.
Comer verduras todos los días. Aprovechemos el invierno para comer vegetales cocidos, con sopas, tortillas, revueltos, al horno, croquetas, rellenos o en tartas, entre otros.
-¿Cómo incentivar con los alimentos que tenemos a mano?
-Comer fruta todos los días. Siempre a la vista, colocar la frutera como centro de mesa. Porcionado llama más la atención: cortar la fruta, ponerla en una compotera y que forme parte de los desayunos y meriendas diarios. En la mesa, siempre debe estar presente el agua. También antes, durante y después de entrenar.
-Con respecto a la tecnología, ¿Cómo debemos actuar?
-Evitar que pasen mucho tiempo frente a pantallas. Encontrar y fomentar otras actividades deportivas, recreativas y juegos que les permitan divertirse y/o mantenerse en movimiento. Comer por aburrimiento es otro hábito peligroso. Ser ejemplo. Los adultos somos los modelos a seguir y aprenden de nuestro comportamiento.
Los cambios en los hábitos alimentarios y en la actividad deben ser graduales y pequeños, pero permanentes. Los mismos serán adaptados a la realidad de cada familia.Desde CIBYS nos proponemos trabajar de forma integral el escenario que presente cada familia con especialidades como pediatría, psicología infantil, cardiología, control bioquímico y ecográfico.
Desde el área de nutrición optamos por trabajar las propuestas a través de metas o acuerdos, dejamos de lado dietas y regímenes estrictos imposibles de mantener. Creamos nuevas rutinas con diferentes juegos, propuestas y participación de toda la familia, junto al apoyo emocional que es clave para lograr el verdadero cambio de hábitos.