Juan Manuel Fernández
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La Ley 11.273, que regula el uso y manipulación de productos fitosanitarios en la provincia, contempla el destino final de los envases así como el transporte de los mismos. Sin embargo, otras normas sancionadas con posterioridad -en la provincia y la Nación- la invalidaron en ese punto, por lo que hoy no existe otra alternativa para el productor más que acopiar los bidones en su campo. Por eso la provincia viene trabajando -durante los últimos 2 años- en un proyecto que permita el reciclado de estos materiales, primero encontrando un modo de poder trasladarlos y luego habilitando centros de acopio y reciclado.
El principal problema es el traslado de los envases. “Tanto la legislación nacional como la provincial los considera residuos peligrosos y la única forma de sacarlos del campo es con un transporte habilitado”, indicó Carlos Debona, ex titular de la Dirección Provincial de Sanidad Vegetal (autoridad de aplicación de la Ley 11.273) y actual Director General del Política Agropecuaria.
No es que falten vehículos disponibles, sino que sería un trabajo o servicio muy costoso en virtud de las características del flete: cortas distancias a recorrer con una carga muy voluminosa y liviana. Además, “los productores deberían estar inscriptos como ‘generadores de residuos peligrosos’, lo que representa otra traba”, agregó el funcionario.
Dos semanas atrás los técnicos de la cartera provincial convocaron a entidades del agro para exponer el proyecto de resolución. ACA, FAA, CREA, INTA y CARSFE manifestaron su apoyo y remarcaron que “el cuello de botella” está en los requisitos para el transporte.
Por lo tanto se buscará gestionar un permiso para el movimiento de los envases sean considerados “residuo tratado” luego de hacerles el triple lavado reglamentario, aunque se buscaría una forma de garantizar que ese tratamiento ha sido hecho en forma eficaz. “La idea es que el propio productor pueda cargarlo en la camioneta y lo lleve hasta un centro de acopio”, explicó Debona, quien agregó que desde el Consejo Federal Fitosanitario se gestiona, a través del Ministerio de Agricultura de la Nación, una habilitación en la Secretaría de Ambiente y Desarrollo Sustentable de la Nación.
Hoy no existe en la provincia ningún lugar donde concentrar ni reciclar estos residuos. La iniciativa oficial le daría al productor la posibilidad de encontrar un destino a sus bidones, lo que tendrá beneficios adicionales. En primer lugar, recibiría una constancia que le permitirá certificar Buenas Prácticas Agrícolas (BPA). Y además le ahorraría la tentación de venderselos a los compradores ilegales que recorren campos juntando envases que nadie sabe qué destino tienen: si se usan para fraccionar agroquímicos robados o adulterados, o se transforman en cucharitas para helado.