De la Redacción de El Litoral
area@ellitoral.com
Viajó en ambulancia esta madrugada, junto a su mamá y un equipo médico, y permanece internada en la terapia intensiva de quemados.
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Alma González ya está en el Hospital Garrahan de Buenos Aires. La beba de dos meses que ingresó el lunes al Hospital de Niños Dr. Orlando Alassia, con el 80% de su cuerpo quemado, llegó hoy a las 7 al Hospital de Pediatría porteño. Allí se tratan los casos de “grandes quemados”: pacientes con más del 50% de su cuerpo comprometido.
La beba viajó en ambulancia junto a su mamá y un equipo de salud integrado por médico, enfermero y ambulanciero. El Dr. Osvaldo González Carrillo, director del Alassia, informó que durante el viaje no hubo ningún inconveniente.
El traslado de la beba se decidió ayer por la tarde, cuando médicos y directivos del Alassia consideraron que la beba estaba estabilizada para el traslado. Su estado, sin embargo, sigue siendo de gravedad. “La beba se mantiene en estado reservado pero se logró estabilizar la presión arterial; esto no quiere decir que esté bien: tiene un altísimo riesgo, que se mantendrá por un tiempo largo”, explicó el Dr. González Carrillo.
Al ingresar al Garrahan, Alma fue internada en terapia intensiva del quemado. “Allí probablemente empezarán a hacerle toilet —higiene—, como si fueran curaciones y lavados, y verán el momento y el lugar de hacerle algún injerto”, analizó el director del Alassia.
Derivaciones
Los “grandes quemados” constituyen uno de los pocos casos en que el Alassia dispone traslado. “El Garrahan es el único centro del país que trata esos casos porque hay que tener gente especializada en quemaduras, con técnicas especiales, y no hay muchos profesionales preparados para ello”, explicó González Carrillo. En este marco, agregó que la cantidad de ingresos de estos casos es significativamente baja: “No tenemos más de uno o dos por año, no es lo frecuente que haya quemados de ese tipo”.
Las causas que provocaron las quemaduras de Alma responden a un accidente ocurrido en su casa, en calle Piedrabuena al 4800, donde una vela que había quedado prendida cayó sobre su cuna.