Soy el hijo de Mario Laracca, asesinado hace un año en la puerta de mi casa, en la esquina de López y Planes y Fray Cayetano Rodríguez, un domingo, justito cuando íbamos a festejar el Día del Padre. Por eso, como este año no puedo hacerlo, y para que la gente buena no se olvide de todos estos hechos tristes que nos suceden a los santafesinos, le escribí una carta a mi papá y me gustaría que la pudieran leer por mí.
¿Sabés, papá? Me gustaría estar sentado en tus rodillas, como antes, para que me expliques las cosas que no entiendo. Escucho que la gente grande comenta cómo unos asesinos te mataron en la puerta de casa, cómo la policía no encontró a los culpables, cómo la justicia camina tan lenta que parecería que no se mueve, cómo algunos vecinos miran para el costado porque tienen miedo de hablar y cómo otros, en cambio, nos acercan su cariño para que tu ausencia duela menos. Y claro, yo soy muy chiquito y muchas palabras se me escapan. ¿Qué es la justicia, papá? ¿Entiende ese señor que está sentado frente a un escritorio en Tribunales lo que nos pasó? ¿Nadie se anima a preguntarle por qué no se puede encontrar a los asesinos...? ¿Y la policía, papá? ¿No me enseñaste que ellos nos cuidan y nos protegen? ¿Dónde estaban ese domingo? ¿Dónde están, ahora? ¿No tienen miedo de que a sus hijos les pase lo mismo que a mí?
También oigo que la gente dice que eras un buen tipo, generoso, solidario, leal con tus amigos. Todo el mundo te quería. Pero la verdad, papá, que eso no me alivia cuando tengo ganas de jugar con vos y no puedo, cuando escucho un ruido a la noche y no te tengo cerca para que me tranquilices, o como ahora, cuando todos mis amiguitos trabajaron duro en el jardín para regalarle algo a sus papás en su día y yo no tenía nada que hacer.
Muchas de estas cosas no se las puedo contar a mamá para no ponerla más triste, pero yo sé que vos me escuchás y estás cerca nuestro para cuidarnos con el mismo amor que cuanto te veía. Por eso, aunque muchas cosas no las entienda, voy a crecer siendo un nene feliz porque sé qué es lo que querías y por lo que luchabas día a día. Y mamá está empeñada en conseguirlo.
íAh...! otra cosa. No quiero que nos extrañes como nosotros te extrañamos a vos porque te vas a poner triste, y mamá y yo necesitamos saber que seguís sonriendo como siempre. Te queremos mucho. ¿Si te mando un beso como regalo del Día del Padre, te llega? Estoy seguro de que sí.
Gracias Raquel y Flia. Porpatto por todo su apoyo.
Tu hijo.
Por Valeria Migliano - DNI: 26.460.523. Ciudad.