Por José Luis Pagés
Agentes de Investigaciones de la Jefatura sanjavierina reconocieron y apresaron la noche de este sábado a Sebastián Acuña.
Sobre el vecino del barrio Los Troncos, de 18 años de edad, pesaba pedido de captura por el brutal asesinato de Sandra Vergara.
Sebastián es hijo de uno de los albañiles detenidos después que un comerciante tropezara con el cadáver en la despensa vecina.
La misma mañana del miércoles, cuando se consumó el crimen en el local de Francia y Mariano Comas, Sebastián comenzó a ser objeto de intensa búsqueda.
El fue el único, entre los albañiles que trabajaban en una obra, que desapareció súbitamente apenas la policía se acercó al grupo.
Los agentes de la URI, en presencia del juez Jorge Patrizzi, allanaron un inmueble donde los llevó un rastro de sangre, esa mañana.
Las huellas habían sido impresas por las mismas zapatillas que serían encontradas en una de las casas refaccionadas.
Luego, en el baño de una vivienda vecina, también apareció una toalla ensangrentada.
La policía advirtió que el calzado no se correspondía con los cuatro mayores y el menor que trabajan en el lugar.
Pronto tuvieron la certeza que faltaba alguien y supieron que ése era el hijo de uno de los detenidos.
La Jefatura de la URI despachó distintas comisiones que fueron detrás del hombre desaparecido tan sospechosamente.
Lo buscaron en su casa de calle Larrechea al 8100, donde también vive su padre, pero de él no encontraron rastros recientes.
También lo buscaron en barrio Liceo Norte y allí, presuntamente, encontraron que Sebastián había cambiado de ropas en la casa de sus abuelos.
Todo sumado hizo de Sebastián Acuña el principal sospechoso y sus datos personales fueron remitidos a todas las policías departamentales.
Esos datos acompañados por alguna imagen fotográfica llegaron también a la Jefatura de la Unidad Regional XIV.
Al pedido de colaboración de la URI respondieron la noche de este sábado los agentes de investigaciones de San Javier.
Al más buscado por la Policía santafesina le pusieron las esposas cuando cerca de la medianoche caminaba por calle Yrigoyen al 2200.
Sebastián Acuña, quien había sido recibido en una vivienda del barrio Fonavi fue traído a nuestra ciudad este domingo por la mañana.
Esposado, con las manos a la espalda, con la cabeza cubierta para garantizar su reconocimiento en sede judicial y escoltado por tres policías que vestían ropas civiles, Sebastián Acuña ingresó en Jefatura.
Detenido e incomunicado el sospechoso permanecerá alojado en alguna sede policial hasta el momento que el juez Jorge Patrizzi lo disponga.
La víctima del crimen que compromete seriamente a Sebastián Acuña fue blanco de un ataque demencial.
El médico policial que examinó el cadáver informó sobre una veintena de heridas punzo-cortantes.
La vida de la víctima se fue en sangre, pero la causa de la muerte podría explicarse con la última puñalada. El arma quedó incrustada en el cráneo de la pobre mujer.






