El 24 de marzo de 2004 el entonces presidente Néstor Kirchner tomó una decisión que haría historia: ordenó que los cuadros de los dictadores Jorge Rafael Videla y Reynaldo Bignone, que estaban colgados en una de las galerías del Colegio Militar de El Palomar, fueran retirados.
“Proceda”, dijo Kirchner al titular del Ejército, Roberto Bendini, durante el acto para recordar los 28 años del golpe de Estado de 1976.
En ese acto Kirchner destacó que el retiro de los cuadros marcaba ‘definitivamente un claro posicionamiento‘ del país, de las Fuerzas Armadas, del Ejército y de él mismo, en su carácter de presidente y de Comandante en Jefe de las Fuerzas Armadas, ‘de terminar con esa etapa lamentable‘ y de que esté ‘consolidado el sistema de vida democrático y desterrado el terrorismo de Estado‘.
Tras saludar a los estudiantes que aguardaban su llegada, Kirchner se trasladó hasta la denominada ‘galería de directores‘ del Colegio Militar, donde, luego de darle la escueta orden de ‘proceda‘, Bendini, descolgó los cuadros con los rostros de los dictadores Videla y Bignone que nunca, desde el retorno de la democracia, habían dejado de estar exhibidos en el lugar.
En el discurso que pronunció tras el emblemático gesto, Kirchner instó a las Fuerzas Armadas a ‘nunca más utilizar el terrorismo de Estado y las armas contra el pueblo argentino‘.
‘Nunca más tiene que volver a subvertirse el orden institucional en la Argentina. Es el pueblo argentino por el voto y la decisión de él mismo, quien decide el destino de la Argentina. Definitivamente terminar con las mentes iluminadas y los salvadores mesiánicos, que solo traen dolor y sangre a los argentinos‘, comenzó Kirchner su discurso.
En una breve alocución, el presidente señaló que ‘no hubiera querido nunca tener que estar ante esta instancia, porque recordar el 24 de marzo de 1976 es uno de los instantes más dolorosos y más crueles que le ha tocado vivir a la historia argentina en su conjunto‘.
El mandatario señaló además que ‘los argentinos todos, civiles, militares, tengamos la responsabilidad que tengamos, tenemos que generar un acto de conciencia y de identidad que nos permita definitivamente entrar a marcar en el ángulo justo de la historia aquel hecho terrible y lamentable‘.
‘Quiero dejar en claro que el terrorismo de Estado es una de las formas más injustificables y sangrientas que le pueden tocar vivir a una sociedad. No hay nada, por lo grave que sea, que esté pasando en un determinado momento de la sociedad argentina o de cualquier sociedad, que habilite el terrorismo de Estado‘, agregó el entonces presidente. (Télam)