Por Josefina Gómez
Los que alguna vez formamos parte de la familia de la Popular hoy sentimos que se metieron en nuestras casas. Y ese sentimiento debería ser compartido por todos. Quienes sabemos y conocemos la lucha de todos los que forman parte de la radio, vecinos, amigos y familiares incluidos no logramos despegarnos del paralizante dolor que generan este tipo de ataques.
Muchas páginas se escribieron sobre el papel fundamental que cumplen los medios de comunicación para el sostenimiento y desarrollo de una sociedad en democracia. La libre expresión de las ideas en algunos espacios deja de ser letra muerta para transformarse en una cruzada cotidiana, el más claro ejemplo es FM Popular.
Allí tienen su espacio todos y de eso fui testigo. Fui testigo de eso, y de la gigantesca solidaridad que se pone en marcha cada vez que al aire alguien dice que necesita pañales, ropa, calzado, trabajo y hasta chapas para reconstruir la casa que el fuego le devoró.
Sé de quienes se quitan lo puesto para compartirlo con sus vecinos y se de esa otra cara que muestra Santa Rosa de Lima y que no es noticia todos los días. Sé también de las piedras que se cruzan en el camino, aquellas que arrojan quienes sienten que una comunicación libre es una piedra en el zapato o un clavo en la silla que les da justo en el lugar que más duele.
Pero sé también de quienes se caen y se levantan, de los que luchan a pesar de todo porque la lucha por sus sueños y los de los demás es la razón de sus vidas. Sé de quienes renuncian a sí mismos para brindarse al otro sin esperar nada a cambio. Sé de los que se acercan y buscan una familia, compañía, consuelo, una mano y la encuentran. Sé todo eso porque lo vi, y vi la alegría y viví la solidaridad y sentí también la bronca porque hay quienes miran para otro lado y no les importa.
Sé todo eso y por todo eso explico el vacío dolor que siento en el estómago y la fuerza que hago para que, a pesar del desaliento, quienes hoy forman parte de la radio, quienes la seguimos de cerca, quienes quieran sumarse al camino desde ahora podamos aportar lo que sea para que la luz roja de AIRE, vuelva a encenderse.