De la redacción de El Litoral
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A tres años de sancionada la ley de expropiación y luego del manifiesto interés y preocupación de vecinos, artistas plásticos, arquitectos, su Asociación de Amigos y la Municipalidad de Santa Fe, el Ministerio de Innovación y Cultura de la provincia está concretando durante el mes de enero la adquisición de la casona donde viviera la protopintora santafesina Sor Josefa Díaz y Clucellas, en la zona portuaria de la ciudad de Santa Fe.
Por ley Nº 12.639 del año 2006 se dispuso la expropiación de la casona en San Luis esquina La Rioja, estableciéndose en tal momento que se destinaría a Museo de la Inmigración. No obstante ello, la compra no pudo concretarse en forma inmediata. Durante 2008, una de las cuestiones patrimoniales establecidas como prioridad por la gestión que encabeza Hermes Binner y la ministra de Innovación y Cultura, María de los Ángeles González, fue la prorroga de la ley a fin de posibilitar la gestión y aprobación de partidas para este fin.
La ministra afirmó que la partida asignada para la adquisición es de 540.000 pesos, mientras que el desarrollo del Museo de las Inmigraciones Puertas del Puerto llevará un tiempo, luego de que los arquitectos de su repartición puedan evaluar el estado del inmueble.
“Pensamos que esa recuperación patrimonial, así como la innovación de la recuperación del Molino Franchino y el Parque Federal son un buen comienzo para convertir patrimonio en cultura”, manifestó la funcionaria. Y agregó: “Cuando asumimos recibimos numerosas informaciones de la importancia de esa casa, porque es un mito histórico de la ciudad de Santa Fe, porque vivió la primera pintora santafesina, porque está a las puertas del puerto, es la apertura de una zona histórica. Empezamos a hacer las averiguaciones necesarias y vimos que había habido muchos decretos, idas y vueltas; que en 2006 había habido una ley de expropiación. Como no sabíamos si podíamos encararlo presupuestariamente, pedimos a Gobierno en septiembre o agosto que renovara el plazo de la expropiación”.
Especial dedicación
La ministra no deja de destacar la importancia que su área específica y el Ejecutivo provincial le han dado a esta iniciativa: “En estos últimos meses ha sido un interés para mí, para todo mi ministerio, que las dos grandes ciudades, Santa Fe y Rosario, tuvieran una adquisición histórica y patrimonial, de esas prioritarias a la hora de pensar la identidad de cada ciudad. A nivel burocrático es muy difícil, encontramos mucho apoyo en la junta de evaluación del monto, y encontramos apoyo en los propietarios. Los últimos tres meses estuvimos empeñados, yo personalmente, con el expediente en la mano, oficina por oficina; y es decisión del gobernador, que fueran Sor Josefa en Santa Fe y el Cine El Cairo en Rosario. En ambos ya he firmado el boleto de compraventa; ahora falta solamente el decreto de ratificación del Poder Ejecutivo”.
La toma de posesión será la semana que viene, y ahí los funcionarios estudiarán el estado de la propiedad y a partir de allí determinarán los costos de restauración. La idea es instalar allí un espacio que recuerde a la pintora, compartiendo espacio con el Museo de la Inmigración, que se ubicará así (no casualmente) frente al puerto histórico de la ciudad. “Sería una especie de regalo de Año Nuevo. Decirle a la ciudadanía que en este año de gobierno nos ocupamos de algo que era tan sentido para todos”, reflexionó la “Chiqui”.
Diversidad cultural
González se refirió también a los otros proyectos de su cartera que vinculan patrimonio con actividad cultural: “Estamos trabajando con asiduidad con una nueva puesta, que ya se licitó y y han comprado pliegos muchísimas empresas (lo cual es de gran auspicio): el Molino Franchino, convertido en Fábrica Cultural, un lugar donde se van a fabricar objetos culturales, desde juguetes a vitraux, software para computadoras; se van a fabricar espectáculos de danza, de teatro, de artes urbanas.
Luego hay una intervención que va a ir en el Parque Federal hasta la Redonda: estamos haciendo el programa con la exposición permanente de los artistas (César) López Claro y (Roberto) Favaretto Forner; también con un espacio que tendrá que ver con las escuelas de arte, especialmente la Mantovani, y otras escuelas que pertenecen a este ministerio. Habrá espacios para talleres de esculturas, trabajos sobre el volumen y el muralismo”.
Sobre los trabajos de refacción en la Casa de la Cultura, destacó que “hay remesas cada tres meses para su arreglo. Hablan de un presupuesto de siete millones de pesos en total, pero ya este año se ha incorporado bastante dinero”.
Un bien patrimonial
Ubicada en San Luis esquina La Rioja, la casa construida por Diego Díaz en 1852 es un emblemático y singular testimonio de la arquitectura doméstica de la época confederal. Es, a la vez, la única casa remanente del populoso barrio del puerto viejo, en el que la línea de edificación, acompañada en su desarrollo por el Paseo de las Ondinas, balconeaba sobre el río Santa Fe, luego rellenado para la implantación del puerto actual.
La residencia de Díaz, contemporánea del Congreso General Constituyente que le daría al país en formación su Ley Fundamental en 1853, incluía espacios comerciales ya que el propietario era un importante armador y comerciante de frutos del país. De modo que, a la manera de las grandes casas de Venecia, ésta se emplazaba sobre la ribera y atendía necesidades familiares y comerciales.
Diego se casó con Mercedes Clucellas y el 13 de abril de 1852 nació Josefa Raimunda Hermenegilda, conocida como Josefa Díaz y Clucellas, quien ya a los 19 años era homenajeada por la Cámara de Representantes de la Provincia como “retratista al pincel y en honor a su talento”. Entre otros escenarios, fue el paisaje del puerto una motivación significativa en la inspiración de la artista.
Por sus valores arquitectónicos y por haber sido el hogar de Pepa Díaz, nuestra “primera pintora” la casa, si bien seguía siendo propiedad de particulares, fue, objeto, a lo largo de décadas de declaratorias, ordenanzas y leyes en procura de su consideración y preservación. En 1993 fue declarada de interés cultural municipal por decreto Nº 159; en 1997, Monumento Histórico Provincial por decreto Nº 2.293, y en 1998 por Ley Nº 11.619.
Respecto de la casa que conjuga valor histórico y patrimonial, debe señalarse que, si bien los interiores fueron modificados sustancialmente a lo largo del tiempo por sucesivos propietarios y diferentes usos, en su fachada exterior mantiene su fisonomía, como puede observarse en la foto de 1904 ilustra esta nota, año en el que, vale acotar, se colocó la piedra fundamental del Puerto de Ultramar, cuya construcción habría de cambiar para siempre ese sector de la ciudad.