Dedicación. Aniceto es quien cuida de la capilla: por su afecto, le dedica “todo el tiempo posible”.
Dedicación. Aniceto es quien cuida de la capilla: por su afecto, le dedica “todo el tiempo posible”.
La historia de la Capilla de San Pantaleón se remonta al año 1982, cuando el Padre Luis Victoriano Dusso fundó este pequeño espacio para los vecinos del barrio y todos los creyentes de este santo. El proyecto llevó su tiempo: hubo que levantar el terreno y juntar el dinero necesario para construirla.
Aniceto Ojeda es, desde siempre, el encargado del lugar. Recuerda que en esas épocas “tenían la imagen de San Pantaleón, pero no tenían dónde presentarla ni dejarla”. La imagen tuvo que esperar 7 años en su casa mientras se levantaba la capilla.
Si bien el edificio es modesto, su importancia para los creyentes y los vecinos es inmensa. Esta zona del barrio es pequeña, de una cuadra de ancho por cuatro de largo. Sus habitantes son personas humildes y trabajadoras que todos los 27 de junio reciben a fieles de toda la región, que llegan para rendir homenaje al santo protector de los desvalidos. En esos días la capilla recibe la mayor cantidad de donaciones, muy necesarias porque cuenta con pocos ingresos. No obstante, la sede de Cáritas sita en la Parroquia de Lourdes suele colaborar con ella.
San Pantaleón fue un mártir que nació en Nicomedia a fines del siglo III. Su nombre, en griego, significa: “El que se compadece de todos”. Es el patrono de médicos y enfermos, y protector de hospitales.