El ex juez de Rufino Carlos Fraticelli visitó hoy por primera vez desde que fue excarcelado el martes último la tumba de su hija Natalia, por cuyo asesinato pasó seis años detenido, al igual que su esposa. El destituido magistrado llegó a las 11:00 en punto al cementerio municipal de Rufino para cumplir con una de las primeras promesas que repitió ante la prensa ni bien salió del penal santafesino de Melincué: visitar la bóveda donde desde mayo del 2000 se encuentra el cadáver de su hija de 15 años. Acompañado por su actual pareja, la psicóloga Norma Tejedor, Fraticelli llegó al cementerio en una camioneta blanca y, sin formular declaraciones a la prensa, ingresó al lugar acompañado por cinco amigos que llevaron una ofrenda floral. El ex juez, condenado en el 2002 por homicidio calificado por el vínculo con la pequeña victima, ingresó a la bóveda acompañado por Tejedor, mientras que sus amigos permanecieron afuera. Media hora después, con el rostro enrojecido por el llanto, Fraticelli y su pareja salieron de la bóveda y abandonaron el cementerio por una puerta lateral, donde abordaron un automóvil azul en el que se retiraron. Ayer, por primera vez desde que fue liberado el martes último, Fraticelli pasó la noche en el pueblo donde hasta mayo del 2000 vivió con su esposa, Graciela Diesser, su hijo Franco y su hija Natalia. No obstante el juez no volvió a la casa de San Juan 340, en la que vivió la familia y donde Natalia fue hallada asfixiada, ya que actualmente funciona allí un consultorio psicólogico. El ex juez fijó domicilio en la casa de su novia Tejedor, también en Rufino, donde tampoco se alojó, ya que ayer estuvo en la casa de un amigo y las dos anteriores en una quinta en Melincué. Ayer, amigos, vecinos y decenas de curiosos recibieron con aplausos a Fraticelli cuando regresó a Rufino tras pasar casi seis años preso, desde el 25 de noviembre del 2000. Los vecinos expresaron su apoyo al ex magistrado y lo recibieron casi como un héroe en la puerta de la comisaría de Rufino, donde debió realizar su primer trámite excarcelatorio tras abandonar la alcaidía de Melincué. Emocionado, el ex juez saludó pacientemente a quienes lo esperaban y, luego de realizar los trámites requeridos, se dirigió a cenar a la casa de unos amigos. Mientras permaneció en la seccional policial, Fraticelli besó una imagen de la Virgen de Luján que le acercó un vecino y estrechó la mano de varios conocidos que aguardaban mientras un oficial le tomaba sus datos personales. "A la gente de Rufino le debo muchísimo porque me ayudó a recuperar la libertad. Mi libertad se la debo en gran parte a ellos", dijo el ex magistrado a los vecinos que se juntaron en el frente de la comisaría. "Entiéndanme, estoy con prescripción médica, estoy shockeado todavía. El viaje a Rufino fue triste, pero con ganas de volver", expresó Fraticelli, quien en todo momento mantuvo en su mano una foto de su hija. La situación de su ex mujer Graciela Dieser fue totalmente distinta. Casi en soledad y sin presencia de la prensa, la madre de Natalia, quien también fue excarcelada el martes último tras permanecer el mismo tiempo encerrada en una celda de la Alcaidía de Melincué, realizó el mismo trámite que su ex marido pero en la ciudad de Venado Tuerto, donde fijó domicilio. "Estoy tratando de salir, estoy muy dolida, muy angustiada, cuando me sienta mejor voy a hablar", dijo la madre de Natalia al excusarse por no querer responder a más preguntas. Fraticelli y su ex mujer recuperaron la libertad luego de que la Cámara del Crimen de Venado Tuerto consideró que debían ser excarcelados al vencerse el plazo legal de detención sin sentencia firme establecido por los tratados internacionales a los que adhiere la Argentina. Los camaristas no trataron la cuestión de fondo, es decir la responsabilidad de Fraticelli y Dieser en el homicidio, que es aún materia de análisis. Los conjueces consideraron que los padres de Natalia debían quedar libres porque pasaron más de tres años y medio presos sin sentencia firme y no porque no hayan sido autores del crimen, lo que se analiza en otra instancia judicial. La muerte de Natalia se produjo el 20 de mayo de 2000, cuando fue encontrada en la habitación de su casa ubicada en San Juan 340 de la ciudad de Rufino, en la cual vivía con su padre, su madre y su hermano mayor. Fuente: Télam