Seis operadores telefónicos, pertenecientes a la fuerza policial, son los encargados en la central del 911 ubicada en el sur de la ciudad de recepcionar las llamadas de los ciudadanos que se encuentran ante una emergencia. En el mismo sector, otro oficial se ocupa de controlar a los operadores a los fines de evitar que los teléfonos estén ocupados al mismo tiempo.
“Si llegara a pasar que todos los teléfonos están ocupados atendiendo una emergencia, se dispone que el que hace mayor tiempo que está en línea vaya acelerando la comunicación para cortar. El 911 funciona las 24 horas. Desde que se inauguró hasta ahora jamás hubo un desborde de llamadas ni llamadas en espera, lo que significa que está funcionando muy bien”, explicó el subcomisario Alegre. Y agregó:
“Cuando llama alguien, al operador le aparece el número desde donde está llamando, también el titular de la línea y domicilio. Su computadora tiene dos pantallas: en una debe completar un formulario sobre la emergencia que está recepcionando, es decir si se trata de un robo, una sospecha, un incendio, un problema de salud, etcétera, y en la otra tiene un mapa de la ciudad que automáticamente ubica el lugar de la emergencia. Si el que llama requiere de manera urgente asistencia médica, directamente se deriva la llamada mediante un dispositivo al 107”.
Qué está pasando y dónde son las dos únicas preguntas que debe responder una persona para que el 911 comience a actuar. Según explicó el jefe de la central “con este sistema, la persona, dando un domicilio y qué tipo de delito está viendo o protagonizando, posibilita que un móvil asista al lugar sin todavía saber detalles de la emergencia, que se le va ampliando después. Con ello, la llegada de un móvil se acorta”.
Una vez que se recepciona la llamada, el operador es capaz de localizar la zona exacta donde está ocurriendo la emergencia y determinar con un color su gravedad en 20 segundos. Su información es tomada al mismo tiempo que va siendo procesada por los efectivos que trabajan en la Sala de Despacho, donde a través de un mapa satelital pueden localizar en tiempo y espacio real los vehículos de la policía que tienen GPS y mandar al que se encuentre más próximo del lugar del hecho.
Resta decir que una vez que llega el móvil al lugar y actuó, debe llamar a la central para dejar asentado lo que pasó. “El supervisor de la Sala de Despacho es el encargado de controlar cuánto tiempo sonó el teléfono, cuánto tiempo estuvo en línea la persona, cuánto tiempo tardó el móvil en llegar al lugar y cuánto tiempo se tardó en hacer el reporte”, finalizó Alegre.