Por Javier Díaz
Se comió la cancha, convirtió dos goles y ratificó en la final el gran nivel que mostró durante todo el torneo. Sin embargo, tras la consagración aseguró que la clave del ascenso estuvo en que "nunca dependimos de uno o dos jugadores sino de todo el equipo".
Por Javier Díaz
Fue la figura de Nuevo Horizonte, sin lugar a dudas. De la final y de todo el magnífico torneo en el que el equipo del norte de la ciudad desandó paso a paso un camino empinado e intrincado hacia lo más alto del fútbol liguista. A sus 36 años, Germán Ponce fue líder futbolístico de un equipo que acumuló méritos para conseguir un objetivo que se planteó hace dos años y se postergó mucho más de la cuenta.
Por eso el festejo más parecido a un desahogo que a un grito de algarabía, de una incalculable marea "turquesa" -o "celeste" como prefieren algunos- que invadió las instalaciones del club Ciclón Racing el martes pasado. Porque lo que logró Nuevo Horizonte no fue sólo la conquista de un torneo de Primera "B". Fue también saldar una cuenta propia acumulada de varios años, que estuvo a punto de cancelar en 2019 -cuando primero San Cristóbal y después Nacional le alteraron los planes- y que también debió acarrear durante un eterno 2020 por culpa del coronavirus.
El Nuevo fijó su horizonte y el sol naciente le iluminó el sendero hacia la grandeza. Nadie le regaló nada porque tampoco le hizo falta. Fue cuestión de convencerse de que tenía frente a sí una nueva oportunidad y no podía dejarla pasar. La aprovechó y lo festejó con aires de "revancha", esa que el propio Ponce reconoció que "el club merecía".
"Hubo momentos en los que las cosas nos salieron mal pero nunca bajamos la cabeza ni pusimos excusas, seguimos entrenando porque sabíamos que íbamos a tener recompensa y la tuvimos", afirmó apenas terminó la final del martes pasado, mientras comenzaban a tronar los primeros gritos de dale campeón.
"El Nuevo es de Primera, es una gran alegría para todos nosotros, para la dirigencia que son muy poquitos y se matan trabajando y para toda la gente que nos apoyó. A todos ellos les decimos que se sientan de Primera", exhortó el "10".
Autor de dos goles, fue determinante en el partido ante Banco Provincial y ratificó allí el gran nivel que demostró a lo largo del campeonato. Sin embargo, aseguró que la clave de Nuevo Horizonte fue el equilibro que consiguió entre todos sus protagonistas. "Fue un torneo muy parejo del equipo, fijate que no tuvimos uno o dos goleadores sino que estuvo repartido entre todos", señaló.
"Por eso llegamos hasta donde llegamos, porque nunca dependimos de uno o dos jugadores sino de todo el equipo. Teníamos en claro que la final iba a ser igual y por suerte apareció el equipo para llevarnos este triunfo", añadió.
Ponce expresó toda su alegría porque con el triunfo en Ciclón Racing "dejamos al Nuevo en lo más alto" y remarcó que "este club se merecía la revancha de lo que pasó en la temporada pasada", en alusión a las finales perdidas ante San Cristóbal y Nacional en 2019.
"Este es un club muy humilde, sufrido, con pocos dirigentes que trabajan todos los días y están en el más mínimo detalle. A ellos que van los sábados a marcar la cancha para que podamos jugar, o nos lavan la ropa para que esté a punto, hoy les dijimos gracias, se lo dijimos dentro de la cancha con la pelota al pie y de la manera en que lo podíamos hacer".
En lo personal, también repartió dedicatorias y recordatorios de afecto: "Se lo dedico a mi familia, la que siempre estuvo, a mis dos ángeles de arriba que me cuidaron durante todo el año para que no tuviera lesiones y pudiera terminar de la mejor manera y a mis amigos que vinieron, me apoyaron y confiaron en mí".
Por último habló del cierre de una etapa y anunció que con el ascenso le pone punto final a su carrera futbolística: "Hoy para mí es un fin de ciclo, se terminó la Liga para Ponce. Demostré que estaba a la altura y me voy dejando al Nuevo en lo más alto", concluyó. En el club son escépticos y confían en que su amor por la redonda dictamine lo contrario el año que viene.
Tres años de búsqueda dieron frutos
Cuando se realice el sorteo del fixture de la temporada 2020, Nuevo Horizonte volverá a ver su nombre mezclado entre los grandes de la Liga Santafesina de Fútbol. Algo que no ocurre desde 2009, cuando jugó por última vez en la máxima categoría después de ascender el año previo en una recordada final contra la UNL.
Precisamente uno de los protagonistas de esa conquista "turquesa" -lo recordó el colega Ignacio Pueyo en su artículo escrito para El Litoral el miércoles pasado- fue el actual entrenador Rubén Souza, un hombre cuyo nombre es sinónimo de Nuevo Horizonte.
Padre de la criatura y responsable directo del campeonato conseguido, al "Chube" no le cabía la felicidad en su cuerpo. Hace un tiempo se hizo cargo del equipo con el claro objetivo de devolverlo al lugar al que lo había llevado 13 años atrás. Estuvo realmente cerca en la temporada anterior y se le escapó en dos oportunidades, pero no claudicó porque sabía que la tercera iba a ser la vencida.
Pero en medio de esa algarabía, se hizo un tiempito para hablar con El Litoral y dejar algunos conceptos con las pulsaciones a todo lo que dan.
"Esto es algo único, lo logré como jugador, tomé el desafío de poder darle el ascenso y lo logré como técnico ahora. Esto es gracias al plantel excelente que tuvimos, es un plantel excelente como jugadores y como personas", sostuvo.
El DT hizo extensivo el agradecimiento "a todos los jugadores, incluso a los chicos a los que les tocó quedar afuera" y explicó: "A mí como jugador me tocó quedar afuera a veces y sé lo difícil que es, por eso les quiero agradecer por haber sabido entender y ellos también son parte de esto".
Souza recordó que "fue una temporada muy larga" a causa del parate obligado por la pandemia y por eso mismo tuvo que exprimir el ingenio para mantener a sus dirigidos enfocados. "Íbamos al club dos veces por día o nos íbamos al campo, a Recreo, para no parar", confió.
Para el DT ahí estuvo la clave del campeonato, porque "mantuvimos el grupo unido todo el año, jugando al fútbol, y acá está el fruto".
Por ello agradeció a sus seres más cercanos el aguante incondicional: "Se lo dedico a toda mi familia que me bancó. Con frío, lluvia, lo que fuera, Rubén Souza estuvo en el club y ellos me bancaron y lo entendieron. Así que este triunfo es para ellos".