“La lesión me la produjo Martín Bravo, el delantero que estuvo en Colón y que también jugó en San Juan. Pero no tuvo la culpa: fue una jugada accidental, donde un compañero mío lo empujó y se me cayó encima. No pude evitarlo y me produjo la fractura de tibia y peroné. Fue una lástima porque estaba en un muy buen momento de mi carrera, pero como siempre digo, lo que no mata fortalece. Y salí delante de esa situación”, cuenta Romero, recordando aquella fractura de marzo de 2011, de la cual está totalmente recuperado.
Esa seria lesión le permitió también cosechar una enseñanza. “Siempre digo que las oportunidades hay que aprovecharlas. Aquella vez me puse como objetivo el de volver a ser el mismo y lo conseguí. Con este paso a Colón, creo que estoy dando un paso adelante en mi carrera. Así lo tomo y me tengo mucha fe”, señaló la flamante incorporación sabalera.