Martes 2.11.2021
/Última actualización 16:42
Antes del final del primer tiempo, y con una temperatura cercana a los 40 grados, Analía, mamá de una beba de 4 meses y medio, escuchó llorar a Paz, su pequeña niña. Fue entonces que, cuando terminó la primera parte del partido que jugaba, corrió hacia el vestuario en busca de ella para amamantarla.
Analía Zeballos es profe del club y forma parte del plantel de primera del equipo femenino de El Pozo. El partido era importante porque se trataba de El Cadi, el clásico rival. El resultado final quedó como una anécdota: fue 0 a 0.
De familia futbolera y PF de profesión, Analía comparte su tiempo con Fernando Ronchi, su pareja y arquero de la primera de El Pozo. Con entusiasmo la madre de Paz relata lo que pasó en pleno partido. "El sábado hacía mucho calor y cuando terminaba el primer tiempo escuché que la gorda lloraba entonces fui corriendo para darle la teta. Un colaborador me alcanzó una silla para estar más cómoda y poder alimentarla. El caso es que me ubiqué en la puerta misma del vestuario para poder escuchar la charla del entrenador, mientras Paz disfrutaba de su alimento y se hidrataba", analizó Analía que además trabaja en el club en la preparación física de las categorías menores.
"Paz tiene 4 meses y medio y yo volví a entrenar cuando ella cumplió los tres meses. La verdad que es muy lindo compartir con ella esos momentos. Tengo la suerte de que mi esposo, que también es futbolero y arquero de la Primera División de El Pozo, me acompaña y me entiende. Es la mejor manera de llevar adelante esto que nos gusta a los dos", aseguró Analía que se desempeña como profesora de educación física y es guardavidas.
-¿Cuánto hace que comenzaste con esta pasión?
-Hace diez años comencé cuando se jugaba en el Parque del Sur. Y después, de manera más formal, pasé al plantel de Unión que se armó para jugar en Liga Santafesina y una lesión en una de mis rodillas me dejó afuera de la competencia por un tiempo. Después hice la recuperación y me fui a jugar al club Alvear, donde nos topamos con la pandemia y no se pudo hacer ningún torneo.
-Claro, después nació Paz y hace un mes y medio volví a entrenar y acá estoy, disfrutando de lo que más me gusta que es el fútbol.
-Todo esto suma para que el fútbol femenino siga creciendo. ¿Cómo lo ves?
-Sí, es así, todo suma. El fútbol femenino sigue creciendo y ya tenemos nuestro espacio tanto en la cancha como fuera de ella.
-Sí, acá hay muy buena gente y te aseguro que están atentos a lo que pasa con la beba. Blanquita es una señora que siempre me da una mano. Acá las prácticas son de una hora y media, en ese tiempo Paz está bajo el cuidado de alguna mamá o persona que esté en ese momento.
-Estás bien contenida y hacés lo que te gusta.
-Sí, esto es una gran familia. Estamos bien y somos felices.