Clare Byrne
Desde Ciudad del Cabo
DPA
La celebración del Mundial de fútbol es una "inyección de ánimo" para Sudáfrica, que aún lucha por superar profundas divisiones, según afirma una de las personalidades más relevantes del país, el arzobispo emérito Desmond Tutu.
El Premio Nobel de la Paz, de 78 años, dijo que esperaba que el torneo ayudara a reparar los daños causados por la reciente oleada de retórica política de división. "Simplemente nos dio una buena inyección de ánimo porque no hemos tenido demasiado ese, ya sabe,... sentirse bien consigo mismo. Hay cosas que a uno no lo hace sentir muy emocionado", dijo el obispo en una entrevista exclusiva con la agencia dpa en Ciudad del Cabo.
Tutu ganó el Premio Nobel en 1984 por su doctrina de la resistencia pacífica al "apartheid". Dos años más tarde, Tutu se convirtió en el primer arzobispo negro de Ciudad del Cabo e incluso lideró manifestaciones vestido de púrpura. Se retiró en 1996.
El discurso político en el país se ha degradado desde finales de 1990, cuando Nelson Mandela fue presidente, sostiene. "Realmente el nivel está por el suelo", agregó. Sin nombrarlos, apuntó al Congreso Nacional Africano y al líder populista de la Liga de la Juventud, Julius Malema, sobre la resurrección de una canción anti-apartheid que pide a los negros "disparar a los boer (granjeros blancos)".
Cuando el líder racista blanco Eugene Terreblanche, fundador del Movimiento de Resistencia Afrikan, fue asesinado en su finca en abril presuntamente por dos trabajadores negros, sus partidarios acusaron a Malema de incitación por cantar la canción que el ANC defiende como parte de su patrimonio. Tutu señala que puede haber momentos en que las canciones que incitan a la violencia "pueden ser justificadas", pero 16 años después de que los negros sudafricanos obtuvieran su libertad, estas canciones son "totalmente inapropiadas".
El Mundial, que comienza el 11 de junio en Johannesburgo, podría poner a Sudáfrica nuevamente en el camino hacia la reconciliación racial, aseveró el ex jefe de la Comisión de la Verdad y la Reconciliación (1996-1998). "Parece que el deporte tiene esa extraordinaria capacidad para unir a la gente", dijo recordando cómo los negros se unieron a las celebraciones cuando el equipo de rugby, integrado casi en su totalidad por sudafricanos blancos, ganó la Copa del Mundo en 1995.
Según los analistas, los altos niveles de pobreza y el crimen violento en los últimos años han contribuido a la erosión de esa sensación de bienestar anímico. Si bien algunas personas con conexiones políticas se han convertido en fabulosamente ricas, principalmente a través de relaciones con el gobierno, millones de ciudadanos en el país de 48 millones de habitantes siguen viviendo en chozas de hojalata, sin agua y en malas condiciones de higiene.
Usando la analogía bíblica del éxodo israelita de Egipto, Tutu dijo: "Todos salimos de la casa de la servidumbre, pasamos todos el Mar Rojo y atravesamos el desierto, pero sólo algunos han cruzado el Jordán hacia la tierra prometida. Y eso es una tristeza", dijo. Al mismo tiempo, Sudáfrica ha logrado "muchas cosas buenas" en 16 años de democracia, afirmó Tutu.
"Es increíble que todavía podamos tener la estabilidad que tenemos", dijo, teniendo en cuenta el número de personas que quieren "desestabilizar (la unidad)".
Pese a las amenazas de los extremistas blancos para vengar el asesinato de Eugene Terreblanche en abril, de las que más tarde se retractaron, no hubo "fuertes incidentes", señaló. Con Nelson Mandela como el primer presidente del país elegido democráticamente (1994-1999) pusimos un listón muy alto para los sudafricanos, tal vez poco realista, dijo Tutu.
Mientras que el ex líder, ahora de 91 años, sólo buscó el perdón y la reconciliación después de 27 años en prisión, "la mayoría de nosotros no somos conscientes de cuánto nos dañó el 'apartheid'", recalcó Tutu. Alemania es una prueba de que la reunificación nunca fue simple, incluso reuniendo a personas de una misma etnia y lengua comunes después de un separación de medio siglo, añadió. "Los alemanes del este se han alejado de sus compatriotas y lo más sorprendente es descubrir que tienen una nostalgia por la República Democrática Alemana (comunista)", dijo Tutu.
"Yo esperaba que, salvo algunas excepciones, fuera en general un negocio bastante sencillo, pero no lo es", agregó.