Un joven que estaba internado en el hospital Cullen desde el 18 de noviembre pasado, tras ser apuñalado y golpeado en plena Costanera, murió este domingo luego de una larga agonía de 50 días. Se llamaba Matías Espinoza, tenía 28 años, y vivía en barrio Guadalupe. Cuando regresaba de una fiesta, lo interceptó un hombre, aparentemente un patovica del boliche en el que estaba con sus amigos. Fue en la madrugada del sábado 18 de noviembre y, por ese hecho, fue detenido casi de inmediato un sujeto de 42 años. El imputado se encuentra seriamente comprometido en la causa judicial en la que interviene el juez de Instrucción 2da. José Manuel García Porta. Espinoza recibió una puñalada a la altura del abdomen -lado derecho- además de otras heridas cortantes en la frente, en la espalda y rodilla derecha, cuando, junto a un amigo, se desplazaban a bordo de una moto por el Puente Colgante. En ese momento, eran alrededor de las 5 de la mañana, un individuo que bajó de un automóvil les interceptó el paso. A partir de entonces, este sujeto -un hombre corpulento- sacó a relucir un cuchillo con el que le aplicó varios puntazos a Espinoza, hasta que finalmente lo apuñaló a la altura del estómago. El atacante huyó tras la agresión, mientras que los amigos prosiguieron en la moto hasta Córdoba y Siete Jefes, donde pidieron la presencia de una ambulancia. El operativo de búsqueda culminó en la zona norte, al fondo de calle Güemes donde se detuvo al hombre, de 42 años. En poder del apresado los uniformados encontraron una cuchilla de 25 centímetros de hoja, de cabo plástico y varias vestimentas. Dado el fallecimiento del muchacho, se espera que el juez que entiende en la causa cambie los cargos contra el único imputado del caso, quien podría ser incriminado por el delito de homicidio culposo.




