El fútbol suele tener este tipo de encrucijadas y callejones sin salida en determinados momentos. Le pasó, por ejemplo, al “Pato” Fillol cuando en aquél River-Vélez de los ‘90, justo cuando se retiraba del fútbol profesional enfrentó a su amor de toda la vida y peleando el campeonato afista. Se habló de Fillol toda esa semana. Y el “Pato” le tapó la boca a todos: atajó para 10 puntos y Vélez le amargó el campeonato a River Plate en la última fecha.
Salvando las distancias, anoche Nereo Fernández y Héctor Desvaux le amargaron la vida a Unión. En el caso del arquero, volando y sacando dos pelotas clarísimas de gol, una en cada tiempo, que terminaron siendo claves para el rumbo del partido. La primera —en el primer capítulo— fue mucho más espectacular que la segunda: jugada preparada entre Serrizuela y Torres: el “Coqui” pasa por arriba, el “Tiburón” amaga a patear pero habilita al zurdo y el remate se estrella con la humanidad de Nereo Fernández. La cosa no termina allí: la pelota se eleva, hace una rara voltereta en el aire y pega en el travesaño, cuando aparece Zárate para empujarla al gol de cabeza, otra vez Nereo con los puños para evitar el gol de Unión.
Lo hizo en el arco de “La Bomba”, donde nació la mayor ovación para el hombre de “La Brava” cuando Jujuy salió a la cancha con un estruendoso: “Nereo es de Unión...Nereo es de Unión”. Y en el complemento, además de agregar todas salidas correctas con los puños en los centros que tiró el equipo de Gugnali, la completó: remate libre de derecha de Martín Zapata y el ex arquero de Unión que vuela para sacarla al córner. Fueron dos tapadas decisivas que lo transformaron —junto a Desvaux y Carranza— en figura del equipo de Omar Labruna.
Lo de “Pipo” fue realmente impecable, no sólo defendiendo sino también atacando. El ex stopper y capitán de Unión estuvo, incluso, dos veces a punto de marcar el gol jujeño. Por empezar, le ganó al “Tato” Mosset durante toda la noche en las pelotas de aire y así llegó a reventar un balón en el caño de Assef. Enseguida, le quedó otra que si no hubiera sido por Mosset era gol. El rapado defensor formado en “La Tatenguita” también tuvo su hit: “Olé...olé...olé...Pipooo...Pipooo...”. Y todo el estadio ovacionó a un jugador que se cansó de decir en las horas previas: “Soy de Unión, desde siempre, pero hoy me debo a Gimnasia”. Es más, cuando el estadio lo ovacionó, se llevó la mano al corazón y devolvió la gentileza a la multitud en el 15 de Abril.
Pero, además de haber rondado el gol, Héctor Desvaux jugó un partido impecable en función defensiva: sacó todo, no se equivocó nunca y anuló por completo al hombre-gol de Unión. Es que Leandro Zárate es, lejos, el artillero del equipo y del campeonato de ascenso. Venía “picante” la “Chancha” con su doblete en la última fecha: comprado en 350.000 dólares gracias al bolsillo del presidente Vega e inversores, el pase ya es de Unión y se habla de un futuro inmediato en el exterior. No la tocó la “Chancha”. En realidad, no lo dejó Desvaux. Le ganó de arriba, a medias con Loeschbor, pero se la bancó solito de abajo. Hasta se jugó la vida, barriendo adentro del área en el complemento, cuando Zárate y todo el estadio pidieron penal, pero la TV demostró claramente que barrió primero la pelota y después los 90 y pico de kilos del gran goleador tatengue.
Otro tatengue más enfrente, por si lo de Nereo y Desvaux hubiera sido poco: “Ruly” Pumpido. Si una familia se identifica con Unión, ésos son los Pumpido: Nery, Tony, Ruly, Juampi. Nelson, ex jugador y hermano de Nery, es el actual ayudante de campo de Omar Labruna en el cuerpo técnico de Gimnasia y Esgrima de Jujuy. También vivió una noche con sensaciones encontradas: entre lo que palpitaba el corazón, por ser hincha de Unión, y lo que dictaba la obligación profesional como parte del cuerpo técnico jujeño.