Por Jorge Cappato (*)
El municipio debería encarar la formación de un equipo técnico de alto nivel para resolver el vacío normativo en materia de Residuos de Aparatos Eléctricos y Electrónicos (Raee) y presentar opciones tecnológicas ambiental y económicamente viables para que la sociedad opine. Una asignatura pendiente es la ausencia de comunicación a los ciudadanos en temas ambientales, y el caso de los Raee es decisivo: cualquiera sea la tecnología, se deberá contar con el compromiso activo de los vecinos.
La falta de legislación nacional y la zona gris que ocupan los Raee en la gestión, hace que los municipios intenten soluciones parciales con resultados pobres. Los Raee tienen elementos tóxicos como mercurio, plomo y cadmio, pero también cobre, oro y plata cuya recuperación puede cerrar la ecuación económico-tecnológica.
Los electrónicos son los que más tóxicos aportan a los rellenos o basurales, un tema grave para la salud pública. Cuando celebramos los beneficios de la informática en los ‘80, no imaginamos que el acelerado descarte iba a llevar a una crisis de esta magnitud.
(*) Director general Fundación Proteger (www.proteger.org.ar)