El crimen del comerciante Mario Laracca tuvo una repercusión inusitada, no sólo porque se trataba de un vecino respetado del barrio Barranquitas sino, sobre todo, por las circunstancias en que se produjo este asesinato.
A 15 días de aquel homicidio, los investigadores siguen sin encontrar una pista más o menos firme que, al menos, les permita plantear alguna hipótesis de quiénes fueron los autores del delito.
Desde la Justicia se sigue trabajando sobre los elementos ya recabados, en un intento por detectar algún cabo suelto que pueda arrojar luz a esta investigación y satisfacer, de esa manera, el lógico reclamo de familiares y amigos del comerciante.
Para colmo, el Dr. Eduardo Pocoví, quien hasta hoy condujo las investigaciones, dejará a partir de mañana su cargo como juez subrogante en el Juzgado de Instrucción de la Primera Nominación. En su lugar asumirá el Dr. Pedro Guevara, quien se venía desempeñando en los últimos años como fiscal.
Esta no es, seguramente, una buena noticia para la familia y los amigos de Laracca. Y no porque no confíen en Guevara, sino porque resulta difícil aceptar que el magistrado que hasta ahora llevó adelante las investigaciones dejará el cargo para retornar al puesto de secretario del Juzgado de Instrucción de la Quinta Nominación.
``Así funciona el sistema'', responden desde la Justicia. De todos modos, seguramente Pocoví continuará colaborando en la medida de lo posible para la resolución de éste y otros casos que debió investigar durante el tiempo que estuvo al frente del juzgado.
Cinco días después del asesinato de Mario Laracca, la policía anunciaba la detención de dos sospechosos de haber participado en el crimen. Sin embargo, el Dr. Pocoví se vio obligado a dictar la falta de mérito para estos dos hombres y dejarlos en libertad, pues no existían pruebas que pudieran incriminarlos.
De hecho, las víctimas del asalto previo al asesinato de Laracca dijeron que los dos detenidos no fueron quienes ingresaron aquel domingo 17 al comercio de Fray Cayetano Rodríguez y López y Planes, en el barrio Barranquitas.
Más aún, el testigo que habría incriminado _al menos en forma remota_ a los dos detenidos, cambió su versión de los hechos. Pero esto no es todo: a la falta de pruebas o testimonios, se suma que la policía no encontró en poder de estos hombres el arma utilizada para el homicidio.
Estos dos jóvenes habían sido detenidos en allanamientos realizados en el barrio Barranquitas.
Laracca fue baleado en López y Planes y Fray Cayetano Rodríguez por delincuentes que acababan de asaltar una carnicería, poco después del mediodía del domingo 17.
Mientras se producía el robo en la carnicería, la víctima estaba cerrando su local de herrajes ubicado unos diez metros hacia el oeste por calle Fray Cayetano Rodríguez, totalmente ajeno a los hechos.
Una vez cerrado el comercio, Laracca fue al encuentro de sus familiares que lo esperaban muy cerca del local que estaba siendo asaltado. Cuando caminaba hacia el lugar, se topó con los delincuentes que escapaban de la carnicería. Fue entonces cuando lo ejecutaron a quemarropa.