José Bastías
Presidente de la Sociedad Santafesina Protectora de Animales
Los refugios son la respuesta al problema del animal sin dueño, pero no son la solución. Debido a la falta de responsabilidad humana, surge el abandono que posibilita el descontrol reproductivo y, de ahí, la superpoblación de fauna urbana (perros y gatos), que conlleva al abandono y, así, a la repetición del círculo; lo que lo transforma en un problema de todos y cada uno de nosotros. La decisión individual de abandonar un animal se transformó en un problema social.
La sociedad responde de diversas formas. Una de ellas es la instalación de refugios -desde instituciones o por iniciativa privada-, necesarios para enfrentar la emergencia, pues de otra forma las calles estarían llenas de animales hambrientos, enfermos y lastimados.
Ahora bien, se debe buscar la solución definitiva y las estrategias para lograrla. Esto le corresponde al Estado como sociedad políticamente organizada, con la puesta en marcha de campañas de esterilización efectivas, es decir que aseguren la disminución de la población animal en el corto plazo. Hasta tanto, necesitamos de los refugios. Recordemos: los perros no son de la calle, son de la ciudad, son nuestros.