-¿Cómo se dio tu primer contacto con el tenis?
-Lógicamente fue por la familia. Todos empezaron a jugar, incluso mis amigos, en el mismo lugar donde yo arranqué, cuando tenía entre 4 y 5 años.
-Se dijo que tu abuelo tenía una cancha de cemento en su casa, ¿es cierto?
-No. En realidad, un grupo de vecinos construyó unas canchas en el barrio. Toda la vida jugué sobre superficie rápida, de cemento, y en realidad sobre ese piso fue donde siempre me desenvolví. Por eso es que le conozco los secretos. Había un club con canchas de polvo de ladrillo, pero nosotros jugábamos en el otro.
-¿Cuándo te diste cuenta de que te ibas a dedicar al tenis como profesional?
-Cuando era un poco más grande, a los 14 ó 15 años. Ya llevaba 3 ó 4 años viajando por este deporte.