“Esto es del barrio”. El trabajo del Centro de Salud, tan fundamental en esta zona de la ciudad, está desde sus inicios entretejido con la buena voluntad de vecinos y médicos.
El director del Centro de Salud Cabaña Leiva reconoce que este importante servicio no podría haberse logrado sin el apoyo incondicional de personal médico y de vecinos.
“Esto es del barrio”. El trabajo del Centro de Salud, tan fundamental en esta zona de la ciudad, está desde sus inicios entretejido con la buena voluntad de vecinos y médicos.
El Dr. Enrique Puigpinos reconoce que si bien ejerce la medicina desde su juventud, los últimos años de su carrera fueron de la mano con la realidad de Cabaña Leiva. “Yo me fui haciendo de acuerdo con las necesidades del barrio, con algunas cosas que determina la clínica general”, comenta.
Fue hace veintitrés años, cuando ocupaba un cargo en la guardia central del Hospital Mira y López, que lo invitaron a dirigir el Centro de Salud de este barrio del extremo norte de la ciudad. Y a pesar de las advertencias sobre lo arduo de la tarea, Puigpinos no dudó en tomar esta responsabilidad.
Llegó al barrio en 1993. En esa época, el Centro funcionaba en un local alquilado con el dinero que aportaba la vecinal sumado a los ingresos de distintos subsidios. Incluso se formó una cooperadora y se hacían eventos a beneficio con la finalidad de hallar fondos para sustentar este servicio social básico. Sin embargo, el centro corrió peligro durante mucho tiempo porque cada vez resultaba más difícil costear el alquiler. Fue gracias a la generosidad de una vecina del barrio que donó el terreno en donde funciona actualmente, que el centro de salud pudo comenzar a dar sus primeros pasos firmes. Finalmente, en el año 1999 el barrio celebró su inauguración oficial. Hoy comparte edificio con la vecinal del barrio.
Esfuerzo compartido
Niños, decenas de niños junto a sus madres pueden verse en la sala de espera de este centro asistencial. Su trabajo, tan fundamental en esta zona de la ciudad, está desde sus inicios entretejido con la buena voluntad de vecinos y médicos.
Resuelto el problema del alquiler, sólo pudo hacerse frente a las dificultades que surgían gracias a la colaboración de los vecinos y del personal médico que atiende las muchas necesidades de esta zona de la ciudad. “Esto es exclusivamente de la gente del barrio”, reconoce Puigpinos. “Este centro se fundamenta en el esfuerzo de mucha gente. Cuando llegué había servicios de pediatría, y luego se agregó ginecología, control de embarazo y odontología”.
Hoy, Puigpinos hace clínica general en el centro. Allí reciben a unos 50 pacientes por día, sumados a más de cien consultas diarias relacionadas con prestaciones como servicio de niño sano, control de peso, ingreso escolar, toma de presión, vacunaciones e inyecciones. Y además, Puigpinos calcula que por semana atienden cerca de 15 consultas de embarazadas. “En general, nuestros pacientes son, en su mayoría, jóvenes y niños. Cabaña Leiva no es un barrio muy carecientea pero sí tenemos pacientes con muchas necesidades que vienen de otros barrios. Compartimos pacientes con el centro sanitario de Nuevo Horizonte y también atendemos a vecinos de Recreo Sur”, comenta Puigpinos.