La sanción que los comisarios deportivos han impuesto Lewis Hamilton, la más dura en su corta carrera deportiva en la Fórmula Uno, al excluirle de la clasificación del Gran Premio de Australia, es la sexta que recibe en el periodo de un año, una cada tres carreras.
El pasado año fue sancionado por primera vez aquí en Malasia junto a su compañero el finlandés Heikki Kovalainen, con la pérdida de cinco puestos en la formación de salida de la carrera, por haber obstaculizado a otros participantes en la sesión de clasificación.
En Canadá volvió a sufrir otra sanción, esta vez por no respetar el semáforo rojo a la salida de la calle de garajes y llevarse por delante al finlandés Kimi Raikkonen (Ferrari).
Los cinco puestos en la formación de salida los cumplió en el Gran Premio de Francia, donde además fue sancionado con un paso por la calle de garajes, tras haberse saltado una variante en la que adelantó al alemán Sebastián Vettel (Toro Rosso).
En el Gran Premio de Bélgica a primeros de septiembre volvía a saltarse de nuevo una variante para adelantar a Raikkonen, al que luego dejó pasar, y los comisarios le impusieron 25 segundos, que le llevaron del primer al tercer puesto y dio al brasileño Felipe Massa (Ferrari) la victoria.
Por último en el Gran Premio de Japón, autor de una mala salida, Hamilton frenó muy tarde al llegar a la primera curva y Raikkonen, entre otros muchos, se vieron obligados a tomar la primera curva por el exterior, que estaba asfaltado, para evitar la colisión.
Los comisarios le sancionaron por esta acción con un paso por la calle de garajes y el británico finalizó en duodécima posición, sin sumar un solo punto en la clasificación del mundial de la que era líder con cinco puntos de ventaja sobre el brasileño Felipe Massa.
En su primera temporada 2007, cuando tenía de compañero a Fernando Alonso, hiciera lo que hiciera, investigaran lo que investigaran los comisarios jamás había sanción para Hamilton, cuyo coche fue sacado por los comisarios a la pista en el Gran Premio de Europa, disputado bajo un diluvio en el circuito alemán de Nurburgring, para después decir que lo que habían hecho ya no se volvería permitir.
En Hungría el comisario único que juzgaba todos los Grandes Premios, Tony Scott Andrew, sin que constase nada en ningún reglamento, sancionó a Fernando Alonso con la pérdida de cinco puestos en la formación de salida, que terminarían costándole el mundial, tras la denuncia de Lewis Hamilton por retrasar el español la salida a la pista en la sesión de clasificación.
Al igual que ocurrió la semana pasada en Australia en Japón, cuando marchaba tras el coche de seguridad, disputado bajo un diluvio en el circuito de Mont Fuji, detuvo drásticamente su marcha y provocó la colisión entre el australiano Mark Webber (Reb Bull) y el alemán Sebastian Vettel (Toro Rosso) que tuvieron que frenar para no adelantarle.
Vettel fue sancionado con la pérdida de diez puestos en la formación de salida del siguiente Gran Premio, China, y Hamilton exonerado.
Pero ante la presentación de nuevas evidencias, la película de un aficionado en la que se mostraba a Hamilton apartándose hacia el lado derecho de la pista hasta detener casi completamente el coche, mientras Webber y Vettel colisionaban, los comisarios volvían a abrir la investigación cuatro días después en Shangai.
Las nuevas evidencias, como ha ocurrido en Australia, no sirvieron para sancionar a Hamilton, que una vez mas se escapaba sin sanción, pero al menos servía para que levantaran la de Vettel, que había proclamado su inocencia y cargado contra el británico, como la mayoría de los pilotos, por su conducta tras el coche de seguridad.
En Brasil, última prueba de la temporada 2007, en la primera sesión libre Hamilton utilizó dos juegos de neumáticos de lluvia, pero en vez de excluirle de la competición la sanción del juez único Tony Scott Andrew, que también ofició como comisario único en su última carrera, se limitó a sancionar con 15.000 euros a la escudería Mclaren-Mercedes.
EFE