Viernes 13.5.2022
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Un 6 de mayo de 1934 cobraría vida una institución central en la vida diaria de los santafesinos. Felipe Méndez, Pedro y Julio Melillo, Carlos Mallarino, Duilio Molina, Federico Montel y Gaspar Chaile fueron los encargados de constatar en actas la fundación del Club Sportivo Guadalupe. Ubicado en calle Mitre 7100 (su primera sede fue en Javier de la Rosa y Piedras) prácticamente el corazón del barrio, alberga a montones de niños, jóvenes y adultos que a diario recurren allí para realizar sus actividades, deportivas y recreativas.
Eladio Romeo Rosso fue un emblema para el club y para el vecindario. Con más de 40 años como presidente, marcó un antes y un después en la institución, a tal punto que el estadio de fútbol lleva su nombre. Fue quien sentaría las bases del futuro, no solo para Sportivo Guadalupe sino también para el fútbol santafesino, ya que colaboró de muy buena manera con el organismo que gestiona el andar cotidiano de la Liga Santafesina. La familia Rosso, con Don Eladio, Doña "Chiche" y sus hijos "Dito" y Aurora parecen tener su destino y su corazón atravesado por la banda amarilla.
"Dito", hijo de Eladio, siguió el legado que su padre marcó durante tanto tiempo. Si bien hoy está ligado al club de otra forma debido a su rol como dirigente de la Liga (secretario), su labor y su sentimiento sigue siendo el mismo como desde el día que comenzó, hace 66 años.
Archivo El Litoral. Eladio Dito Rosso, uno de los responsables de la conducción del club. Hoy, como Secretario en la Liga Santafesina, su lugar es ocupado por Alejandro Musso, otro de los hombres que nació en el club como futbolista.Eladio "Dito" Rosso, uno de los responsables de la conducción del club. Hoy, como Secretario en la Liga Santafesina, su lugar es ocupado por Alejandro Musso, otro de los hombres que nació en el club como futbolista.Foto: Archivo El Litoral.
Toda una vida en Guadalupe
"Así es, desde pequeño ya con estos colores. Lógicamente que tengo muchas vivencias y cosas que contar. Empecé a jugar a los 9 años en 8va, y a los 17 debuté en primera, llegué hasta las 28 años y una lesión me impidió seguir. Cuando estaba terminando la carrera de arquitectura, mi papá se sentó conmigo y me dijo: '¿No sos más jugador?. Ahora sos dirigente, te vas a quedar conmigo' y allí empecé a tener un compromiso mucho más grande. El de estar dentro de una institución como lo era Guadalupe y saber realmente lo que significa poner el cuerpo, corazón y alma. Mi familia está muy identificada, mi padre nos dejó una herencia que vale más que cualquier cuestión monetaria o material. Mis hermanas, mi madre con 98 años escuchando los partidos, mis hijos Luciano y Lucas: el primero siendo jugador, entrenador y dirigente, el otro viviendo en España pero pendiente todo el tiempo, escuchando los partidos por la radio que ustedes mismos relatan. Es muy fuerte el sentimiento, no es algo que pueda explicar".
-¿Qué cambió de aquellas épocas de Don Eladio a estas de "Dito"?
-A nivel edilicio hay cambios muy profundos. Eso es notorio y siempre se busca progresar. Me tocó trabajar con mucha gente en estos largos años, antes los dirigentes eran más de "brocha gorda" se hacían cargo de cualquier cuestión. Hoy somos un poquito más de escritorio y está bien, nos adaptamos a los tiempos que vivimos. Siempre que entras a una institución, hay una pirinola de dos caras: todos ponen y nadie saca. Entras al club y ya entras con un problema, pero hay que seguir para adelante con más fuerza. Es un sentimiento tan fuerte que realmente no se puede explicar. Es el ir y venir cotidiano, de alegrías y tristezas.
-Nombres importantes han pisado el verde césped y cada rincón del club, ¿quiénes se te vienen a la memoria?
-Es una nómina tan larga de jugadores, dirigentes que han pasado y son tantos para nombrar que sería injusto con quien no lo haga. Pero lo de Leopoldo Luque, que fue campeón del mundo, vistió nuestra camiseta. Para nosotros significó un orgullo muy grande. Hasta el día de hoy lo recordamos con mucho cariño. Lo del "Patón" Oscar Aguirre fue muy fuerte. Fue jugador, técnico, dirigente e incluso muy amigo de mi papa. Luis López que como presidente nos dio tanto, tal vez hoy no está tan cerca pero nos sigue dando una mano. Ahora, Alejandro Musso, Aurora Rosso, más un grupo de colaboradores conformado por Sebastián Rotania, Jorgelina Quinteros, Karina Berón y Pablo López, que apoyan y son claves en el andar diario. Los que estuvieron antes y están en el ahora son fundamentales. Sin ellos no hubiésemos podido aguantar y avanzar. En otras épocas, mi papá sostenía todo solo… hoy sería imposible.
Tanta gente ha dejado su huella, siempre me termino encontrando con alguien que me cuenta algo acerca del club. He cosechado amigos como realmente jamás me imaginé. Por ejemplo, Fabián Mazzi nos dio una mano muy grande desde que llegó al club, como jugador y después como periodista junto a otros chicos que hoy son muy buenos profesionales. Con Fabián, como jugador, como periodista y amigo, compartimos tantas cosas y hoy nos acordamos de muchas anécdotas y seguimos en contacto.
-Llama la atención que Sebastián Battaglia, con la categoría que tiene, no esté jugando en otro lado, ¿cómo lo ves?
-Mirá, no sabés cómo queremos a la familia Battaglia. Sebastián no es solo un jugador de otro calibre, es una gran persona. Su padre era igual, un enorme dirigente que lamentablemente nos dejó. A Sebastián lo queremos mucho porque creció con nosotros. Es un chico humilde y sencillo, respetuoso, sincero, con el corazón en y por Guadalupe. El que sabe de fútbol y lo ve jugar, no entiende cómo juega en Liga Santafesina cuando tranquilamente lo podría hacer en cualquier otro equipo, compitiendo al máximo nivel, pero quiere quedarse con nosotros. Estuvo en tantos lados y jamás se olvidó de nosotros. Se codeó con gente gigante y siempre mantuvo su perfil bajo, ahora dedicado como dirigente y un jugador maravilloso. Cuando uno ve este tipo de cosas se pone contento, porque cuando no estemos más va a quedar gente que realmente quiere y le sirva a la institución.
Manuel Fabatía Los planteles de las divisiones Infantiles junto a sus profesores. El semillero, lo más importante de la institución.Los planteles de las divisiones Infantiles junto a sus profesores. El semillero, lo más importante de la institución.Foto: Manuel Fabatía
-¿Cuál es el sueño que quisieras concretar en estos tiempos?
-Y, como futbolero que soy, lógico que quisiéramos que Guadalupe pueda conseguir un campeonato en la máxima categoría. El título sería coronar algo único. Cuando me preguntan cuáles fueron las mayores alegrías de mi vida les digo que son tres: el nacimiento de mis hijos, el día que me recibí de arquitecto y cuando Guadalupe salió campeón. Sin dudas, los momentos que más me han emocionado en mi vida. Pero más allá de eso, el sueño es seguir creciendo como siempre, trabajando de corazón, con todos los que apoyan y brindan la satisfacción de la confianza. Queremos que la gente se acerque, que nos venga a ver, el barrio es grande y acá se van a encontrar con un afecto y una pertenencia hermosa.
En tiempos difíciles están analizando hacer una gran cena aniversario. "Hemos hecho un festejo íntimo con la comisión Directiva. Pero estamos pensando en hacer algo más grande. Si bien sabemos que la situación no está fácil, nosotros siempre pensamos en positivo. Eso nos caracterizó siempre y seguirá de esa manera. Trabajando y poniendo lo mejor de cada uno para hacer cada vez más grande a este club", dijo el dirigente.