El productor tambero reparte sus temores entre la falta de lluvias y la incertidumbre que tendrá ante el precio de la leche entregada a la industria en tiempos de crisis mundial e inflación, según se indicó desde el sector privado.
La preocupación tiene lugar en momentos en que la recepción de leche fluida por parte de la industria aumentó durante el 2011 por arriba del 14 por ciento en el orden interanual, más allá de que la producción tambera local permanece relativamente estancada en los últimos diez años.
Así lo indicó un informe elaborado por técnicos del Movimiento Crea, en el que se dio cuenta del estancamiento que exhibe el precio que recibe el productor y la “incertidumbre” que presenta el 2012 por saber “cómo ajustará la cadena” láctea ante lo que será “la crisis internacional, una inflación constante y un futuro promisorio en materia de producción local”. El estudio reportó además que, desde julio pasado, la caída del precio pagado al productor, sumado “al estancamiento de los valores mayoristas y el aumento que registró el consumidor”, provocó “una contracción en la participación del eslabón primario, estabilidad a nivel industrial e incremento de la participación del sector minorista en el valor del producto final”.
Se advirtió que en la cuenta lechera Oeste el precio promedio pagado al tambero en noviembre fue de 1,436 pesos por litro, cifra que se mantuvo “relativamente invariable respecto al mes anterior”. En el caso de Santa Fe, el valor promedio pagado por las usinas lácteas fue de 1,482 pesos por litro.
En materia de costos, otra cuestión que sigue de cerca el sector productor de leche está dado por la seca que afecta a gran parte del territorio agrícola nacional: que recibió un escaso nivel de lluvias. Según la última información brindada por la Oficina de Riesgo Agropecuario, han disminuido las reservas de humedad en el suelo, encontrándose vastas zonas lecheras bajo condiciones de extrema sequía.
Los especialistas de Crea admiten que de no llover en el transcurso de la próxima semana esto tendría su impacto sobre los maizales y “elevaría notablemente el costo de producción de la leche”. Por ello se aguarda un incremento por la materia prima, hecho que daría estímulo a la producción para sostener los ciclos y evitar la escasez de leche fluida en plena temporada estival.