Lo que sigue es el relato de Mónica Viviana G., la empleada de Kabbala que fue tomada como rehén.
“Era una tarde normal. Faltaban 15 minutos para cerrar. Había nada más que una pareja. En un momento miro así y veo personas armadas dentro del negocio. Ahí nomás nos hicieron tirar a todos al suelo. Eran varios hombres. Yo me tiré justo en el camino al pasillo del depósito. Yo me tapaba la cabeza pero sentía gritos. Se tropezaban conmigo porque yo estaba justo en el paso. Iban y venían.
Después en un momento siento un ardor en el brazo, algo como que me quemaba. Después alguien me levantó del suelo. Entonces veo a un hombre de civil que estaba con un arma. Yo no lo podía creer. Después me contaron mis compañeras que los delincuentes se escudaron conmigo y salieron a la calle.
Yo nunca me enteré... porque estaba en un profundo shock. Lo único que sé es que a mí me llevaron arrastrando y que mi brazo sangraba mucho. Bajé a la calle... no me preguntes cómo es que crucé pero llegué a a la otra vereda. Lo único que al llegar al cordón me apoyé en un auto. Yo sentía tiros, tiros y tiros. Era algo que no paraba.
Como pude, pedí ayuda. Pasó una chica en un auto que paró más adelante y me alcanzó un pulover, con el que luego me hicieron un torniquete. Después paró un muchacho en moto que dijo ‘uyyy voy a llamar al 911’.
Yo me senté en el piso porque no me podía tener parada. Después apareció un auto policial particular con el que me llevaron hasta el Cullen.
La verdad es que todavía no caí del todo. Fue tan terrible lo que pasó que aún no puedo procesar todas las imágenes y las sensaciones que tengo adentro.
Lo único que sé es que cada vez que los recuerdos vienen a mi mente no paro de llorar...”