En un parte de prensa oficial de la Universidad Nacional del Litoral, especialistas de la FICH dicen que a esta altura no hay dudas y que el agua es un recurso en crisis, incluso en nuestra región. Pero descartan la hipótesis bélica: "No habrá guerras, sí conflictos". Hoy se celebra un nuevo Día Mundial del Agua en todo el mundo, bajo el lema "Afrontando la escasez".
"Parece de ficción, pero el agua está escaseando en el planeta: cada vez somos más y el agua es en proporción mucha menos. Ese cuento que no es tan cuento llegó ya a la hipótesis de una guerra entre países, que en el futuro -dicen los pronósticos más pesimistas- se enfrentarán por uno de lo recursos más requeridos en todo el mundo.
"En este momento yo no veo una guerra. Sí puede haber situaciones de conflicto, que no es lo mismo", comenzó a decir la Dra. Ofelia Tujchneider, investigadora de la Universidad Nacional del Litoral (UNL) y el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Tecnológicas (CONICET), además de integrante de la Comisión de Geociencias de la UNESCO.
Para la investigadora, el temor de una posible guerra parte de "un desconocimiento de los recursos naturales que tiene el mundo", basado en la suposición de que "el hemisferio norte necesita agua y nosotros somos los únicos que tenemos reservas".
"En muchos lugares del planeta se necesita agua dulce, pero no necesariamente seremos proveedores por compulsión; de nosotros depende. A veces pareciera que en otros sitios del mundo se han inutilizado los recursos, que todo está contaminado, y no es así. Hay que apartarse de las noticias sesgadas que quieren hacernos mirar hacia conflictos externos, lo que nos quita la perspectiva de la realidad del día a día", dijo Tujchneider.
La hipótesis del conflicto bélico llegó incluso hasta el Ejército Argentino, que hace unos días dio a conocer que entre sus estrategias para los próximos años está la de defender los recursos naturales, principalmente las reservas subterráneas de agua.
"Si la decisión del Ejército se fundara sólo en la defensa del Acuífero Guaraní, tal como trascendió en la prensa, es muy particularizada; de todos modos las Fuerzas Armadas trabajan permanentemente sobre hipótesis de conflictos", opinó Tujchneider, quien también dirige el Grupo de Investigaciones Geohidrológicas (GIG) que funciona en la Facultad de Ingeniería y Ciencias Hídricas (FICH). "De fronteras para adentro hay muchas otras reservas de agua dulce que son mucho más importantes que el Guaraní", agregó la experta.
"La idea de que nosotros somos los únicos que tenemos reservas de agua dulce en el mundo no es real. Lo que sí sucede es que en América Latina los recursos están irregularmente distribuidos, lo que hace que en algunos lugares haya agua por exceso y en otros lugares falte. Hay un desarrollo desigual y una necesidad de llevar esos recursos a los lugares donde no están. Para eso se necesita una buena gestión de los recursos, que involucre su protección".
Cuidar el recurso
"El recurso es un bien, un capital, y hay que entender al agua con ese significado integral", indicó la Ing. Marta Paris, también integrante del GIG.
Según la docente, "el poderío de un Estado o Nación se mide por sus recursos: de petróleo, de oro, y de otros recursos naturales. Dentro de los recursos naturales el agua es un recurso importantísimo, aunque el común de la gente no asocia los significados".
La hipótesis de la guerra del agua puede resultar excesiva, sobre todo si se tiene en cuenta que el agua "ya está en crisis como recurso".
"La población aumenta en un ritmo bastante importante, pero también aumenta la demanda, con un ritmo más acelerado aún: mejora el confort de vida, los hábitos, las demandas industriales, las demandas para riego y producción de alimentos. Y la oferta no sólo no se mantiene constante sino que también disminuye, porque los recursos hídricos están cada vez más afectados por contaminación, el uso ineficiente… Tenemos ya una crisis de agua", indicó Paris.
En ese sentido, para Tujchneider "es muy tonto buscar imponernos una situación de guerra. Lo que hay que tratar de comprender y aprender es cooperar y acordar, primero nosotros con nosotros mismos, y después nosotros con nuestros vecinos. Tenemos más elementos en común para acordar y cooperar respecto de nuestros recursos que para estar en conflicto. Así vamos a poder estar juntos para defender los recursos de esta parte del continente".
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