El Abierto de tenis de Australia, sin su vigente campeona Maria Sharapova, empieza el lunes con el cometido de despejar una incógnita que pocos se atreven a predecir, a falta de una verdadera reina del circuito desde que se retiró la belga Justine Henin.
El primer torneo de Grand Slam del año es una buena ocasión para empezar a determinar la jerarquía del tenis femenino, dominada en estos momentos por la serbia Jelena Jankovic pero que pueden encabezar las otras tres primeras de la clasificación cuando finalice el Open de Melbourne.
Resultados inconsistentes, una larga lista de lesiones y constantes subidas y bajadas en lo más alto del ranking de la WTA han sido la tónica habitual de los últimos meses. En 2008, cuatro tenistas distintas ganaron los cuatro ’grandes’, sin que ninguna de ellas se destacara por encima de las demás.
Sharapova, vigente campeona del Abierto de Australia, prácticamente no ha vuelto a jugar desde mediados del año pasado debido a una lesión en el hombro derecho y ha preferido no acudir a Melbourne por falta de preparación suficiente.
Jankovic, a pesar de ser la actual número uno mundial, no ha ganado nunca un torneo de Grand Slam y tuvo que retirarse del torneo de exhibición de Hong Kong, en la que no ha sido precisamente una preparación ideal para el Abierto de Australia.
Su compatriota Ana Ivanovic sí ganó un ’grande’, Roland Garros en junio pasado, justo después de que Henin dejara la competición. Pero luego perdió la mitad de sus veinte partidos siguientes.
Las hermanas Williams siguen siendo un misterio y, en esas condiciones, resulta difícil determinar una favorita. Sólo los amantes de las cifras redondas conocen ya a la futura ganadora: Serena Williams, experta en años impares después de coronarse en Melbourne en 2003, 2005 y 2007.
En busca de su décimo título de Grand Slam, la menor de las Williams llega, como de costumbre, con una enorme confianza. ‘Quiero empezar 2009 golpeando fuerte‘, dice la estadounidense, que causó sensación en 2007 al ganar siendo tan sólo N.81 del mundo.
Su hermana Venus tampoco oculta sus metas. ‘Quiero volver a ser número uno mundial‘, dice, y si no lo logra, una victoria en Melbourne al menos le ayudará a acercarse a su objetivo.
Ambas hermanas podrían medirse en semifinales.
A menos que Elena Dementieva se inmiscuya. La rusa dejó las cosas claras al aplastar a Serena por 6-3 y 6-1 en semifinales del torneo de Sydney.
Animada por su oro olímpico en Pekín-2008, la emotiva rusa parece haber entrado definitivamente en una nueva fase a los 27 años y ahora quiere derribar su último tabú: ganar un Grand Slam.
Dementieva encabeza la marcha del tradicional batallón de rusas, en el que destaca también Dinara Safina, en busca igualmente de su primer ’grande’. ‘Está lista‘, dice su hermano Marat Safin.
AFP