Para ayudarte a tomar tan importante decisión, entrevistamos a Horacio Feliu, especialista en orientación vocacional, quien nos transmitió la importancia de articular la vocación con la ocupación y la necesidad de que el éxito profesional no esté por encima de la realización como persona.
Puede ser que estés terminando la secundaria y viendo cómo tus compañeros empiezan a anotarse en universidades o institutos con una clara convicción, mientras que vos dudas si tal o cuál carrera es la adecuada. Es que para algunos es una elección muy fácil de tomar, pero para muchos otros genera un montón de preguntas: ¿Qué quiero hacer de mi vida el día de mañana? ¿Cómo hago para descubrir lo que me gusta? ¿Si soy bueno en algo, significa que me tengo que dedicar a eso? ¿Lo que estudie hoy, me va a seguir sirviendo en el futuro?
Para ayudarte en este océano de incertidumbres, Educación SF consultó al especialista en orientación vocacional, Horacio Feliu, quien es Licenciado en Cs de la Educación por la UBA, Master en Dirección de Centros Educativos por la Universidad Complutense de Madrid, director de la consultora Orientar desde 1994 y desarrolla su trabajo profesional en Argentina, Latinoamérica y España.
"Elegir la carrera o los estudios superiores es la primera gran decisión que una persona debe afrontar", nos dijo el especialista. Agregó que "la felicidad puede ser infinita si se logra articular la vocación con la ocupación". Y enfatizó en que "la felicidad no solamente lo dará el éxito profesional, sino también la realización como persona o el proyecto personal que uno tenga en el ámbito familiar".
-¿Existe la vocación? ¿Cómo hacer para descubrirla? ¿Cómo balancear entre gustos, intereses, miedos y demás aspectos que influyen a la hora de tomar la decisión de qué profesión quiero para mi vida?
-La palabra vocación proviene del verbo latino "vocare" que significa llamar. La vocación, en el ámbito profesional, es la llamada cuajada en una decisión de alcanzar el óptimo de posibilidades individuales, es decir, la propia autorrealización, por intermedio de cierto tipo de actividades encuadradas en el marco de una carrera profesional. Vocación y ocupación son cosas diferentes.
El término más importante en esta definición es la autorrealización. Es decir, la felicidad que podemos alcanzar por nuestros propios medios, atendiendo nuestras posibilidades.
La vocación es lo que está relacionado a los propios sentimientos, deseos y pasiones, mientras que la ocupación (o profesión) es el empleo o trabajo que alguien ejerce y por el que recibe una retribución económica. El mejor de los escenarios se da cuando se logra articular ambos mundos y hacer de la ocupación una actividad que esté relacionada con la vocación. ¡La felicidad puede ser infinita!
Es importante saber que la felicidad no solamente lo dará el éxito o autorrealización profesional; sino también la realización como persona o el proyecto personal que uno tenga en el ámbito familiar, etc.
Lo primero que hay que hacer es conocer cuáles son los elementos que debemos tener en cuenta para elegir dicha profesión. Existen muchos, pero para concretarlos nos centraremos en tres: que me gusta hacer (intereses), cómo soy y qué puedo hacer (personalidad y habilidades) y, por último, dónde lo podré conseguir.
Muchas veces me preguntan si uno debe seguir alguno de estos aspectos más que los otros. Mi respuesta es variada: "nadie quiere agarrarse los dedos con una puerta el resto de su vida", "nadie logrará hacer lo que le gusta si no cuenta con las posibilidades personales para hacerlo", "nadie consigue un futuro cierto donde no existe dicha posibilidad". En definitiva, los tres aspectos son importantes a la hora de decidir.
"Si se logra articular la vocación con la ocupación, la felicidad puede ser infinita", afirma Horacio Feliu. Foto: Gentileza.
Se dice que la vocación nace a los 15 o 16 años, que es cuando una persona comienza a proyectar su futuro; esta decisión se hipoteca a los 17-18, que es el momento en el que los jóvenes deben decidir qué estudios cursar; pero se concreta finalmente a los 25-26, cuando -terminados los estudios- comienza la vida profesional y se entrega la vida a esas actividades donde podemos o no sentirnos a gusto.
-¿Qué aporte puede hacer la orientación vocacional en un momento tan importante como es el de elegir una carrera? ¿Sirven los cuestionarios online o es mejor consultar con un profesional?
-Hasta los 17 años, las decisiones de un joven han sido nulas o casi nulas. No ha habido grandes decisiones en la vida, salvo algunos casos aislados. Elegir la carrera o los estudios superiores es la primera gran decisión que una persona debe afrontar. Se podría decir que, a partir de ese momento, todo joven comienza a escribir el "libro de su vida".
Si para diseñar un buzo para el último curso del secundario se consulta a gente que se dedica al tema. También nos orientamos para elegir un vestido de graduación. El papel de la orientación vocacional es importante, simplemente porque es muy importante la decisión que vamos a tomar. Hay jóvenes que encuentran este camino solos, otros que aprovechan la ayuda de sus padres o familiares que los conocen. Muchos se dejan llevar por los amigos o las modas. Creo que, por ser esta decisión tan relevante en el futuro de una persona, hay que aprovechar todos los medios posibles. También reconocer que no se trata de un problema psicológico. Los jóvenes no es que tengan "un problema", simplemente deben tomar una "gran decisión", "la primera". Para ello, existen personas que se han preparado, material escrito e información en las redes.
Con respecto a los cuestionarios online no son pruebas que garanticen fiabilidad y efectividad. Sí podrán guiar superficialmente. Los profesionales que hacen orientación vocacional utilizando pruebas psicométricas o bien con entrevistas personales, se han preparado para esta tarea y cuentan en la mayoría de los casos con experiencia en guiar a los jóvenes.
-¿Cómo afrontar el "fracaso"? ¿Qué hacer para que no se vuelva una frustración el no encontrar la vocación?
-Cuando un estudiante viene a consultarme por una "reorientación", lo primero que hago es felicitarlo. Por dos razones: primero porque ha debido reconocer que se equivocó y vuelve a que lo ayuden. Luego, porque no ha insistido en algo en lo que no se encuentra a gusto o no se ve proyectado en el futuro. Para esto último, lo mejor es cortar. No lo llamaría "fracaso", lo llamaría "descubrir nuevas oportunidades".
En los años que llevo ayudando jóvenes, nunca me encontré con este tipo de situaciones. Tarde o temprano se descubre el lugar en el mundo donde cada uno se siente útil o puede desarrollar su trabajo profesional.
-¿Cuál debería ser el rol de los padres? quienes muchas veces nos ayudan desde el consejo, pero a veces también pueden presionar...
Los padres son los que más conocen a sus hijos. En condiciones normales, ellos podrán ver un posible futuro profesional de los hijos. Esto no quiere decir que deben escribirles la novela que deben vivir. La presión es mala si está orientada por los gustos de ellos. Pero distinto es cuando ayudan con exigencia a que los hijos busquen su respuesta. En la sociedad de hoy, por lo general los padres no quieren influir. Lo que muchas veces pasa, es que ven en sus hijos la imposibilidad de comprometerse con las cosas importantes de la vida. Por ello, sienten la necesidad de hablar, de acompañar y sí, a veces, de presionar.
-Cada vez menos jóvenes hacen una "carrera", estudiando una profesión y después avanzando de a poco en una institución durante años. Y, a la vez, estamos viviendo grandes cambios a nivel laboral, donde muchos trabajos podrían dejar de existir en algunos años, al menos de la manera en los que los concebimos actualmente. ¿Cómo entrelazar este "cambio generacional" con las nuevas necesidades del mundo del trabajo?
-Hace unos años, un funcionario del área de educación técnica de la nación se refería al futuro incierto de ciertas profesiones que desaparecerían o mermaría la necesidad de ellas dentro de unos 25 años. Al mismo tiempo, afirmaba que en ese tiempo surgirían nuevas profesiones que hoy no existen. Un ejemplo claro de esto son los negocios digitales, de los que se ha comenzado a hablar hace solo un lustro.
Hoy la tecnología está achicando el mundo. Puedo asesorar desde Santa Fe empresas que tengan sede en Europa o Asia. Los niveles de idiomas son alcanzables para desarrollar distintas actividades a lo largo del mundo. Igualmente hay médico que atienden de forma virtual, docentes que enseñan del mismo modo y empresarios que trabajan desde sus casas.
Hoy el "home working" es una realidad, pero no es todo. La pandemia distorsionó la actividad laboral que veníamos viviendo y modificó algunas costumbres. Pero aún existen muchas otras que siguen y seguirán mucho tiempo más sin cambiar ninguna característica.