Convivir, estudiar y relacionarse en las Residencias Universitarias
Las plazas se otorgan mediante becas de la UNL y ATE. Viven cuatro chicos y chicas por cada departamento. Hay 240 lugares en total. Cómo es la vida y el estudio en el complejo, ubicado al lado de Ciudad Universitaria, por la ruta 168.
Grey, Manuel, Daiana e Isaías -de izq. a der.- son jóvenes del interior de Santa Fe y de otras provincias, que contaron su experiencia en este complejo. Foto: Luis Cetraro.
Grey Villegas (23 años) se levanta "tempranito", a las 6.30 am. Sin despertar a sus dos compañeros de departamento, se prepara un desayuno y se pone a estudiar Anatomía. A la hora del cursado, camina unos metros y ya llegó a la Facultad de Ciencias Médicas, donde cursa la carrera de Medicina. Si es un "día pesado", con mucha carga horaria, no se cocina. A unos pasos, tiene el Comedor Universitario que está ahí nomás, dentro del predio. "Estudiar en una universidad pública y que te den una beca de residencia es una bendición", dice la chica, oriunda de San Luis.
Ella es una de las y los habitantes de las Residencias Universitarias, dos módulos edilicios que se visualizan desde la ruta 168 y que se los puede identificar por sus parasoles verdes. Están al suroeste de las facultades de la Universidad Nacional del Litoral (UNL) y delante del Predio UNL-ATE, donde se halla el comedor. Toda la zona funciona como un campus.
Estas residencias son compartidas entre dos instituciones: UNL y ATE. Son dos edificios de departamentos que tienen capacidad para 240 plazas: 120 a otorgar por cada institución. "La residencia es solo para estudiantes que están becados, por cada una de las instituciones; no se alquilan. Para nuestras plazas, uno de los requisitos es que el joven estudie alguna carrera dentro de UNL, mientras que para las de ATE, pueden ser alumnos de nuestra universidad como de otras instituciones educativas", explicó Cristian Vázquez, secretario de Bienestar Universitario, de la UNL.
Son dos bloques habitaciones ubicados sobre la ruta 168. Foto: Gentileza UNL.
Cada departamento tiene espacio para cuatro jóvenes y cuenta con una cocina equipada, estar-comedor, baño y dos habitaciones separadas por un pasillo, donde algunos también instalaron una mesa de estudio. Los departamentos son amplios y nuevos; el último bloque se terminó de inaugurar hace un año. Son mixtos, así que albergan a dos chicos y dos chicas por cada uno, que se autogestionan espacios de convivencia y estudio.
Para acceder a una de las plazas, dentro del sistema completo de becas de la UNL están las de residencias que los jóvenes pueden solicitar. Hay requisitos socioeconómicos y de rendimiento académico -deben aprobar el 50% de las materias del año anterior-, y las pueden solicitar tanto jóvenes que vienen a Santa Fe a estudiar del interior de la provincia, como de otros lugares del país y de la propia ciudad. "También tenemos lugares reservados para los intercambistas internacionales, que llegan a la UNL cada seis meses", explica Vázquez.
Un alquiler siempre es un costo importante, a la hora de estudiar una carrera universitaria fuera del hogar, y para muchas familias a veces se convierte en una imposibilidad. Grey aporta que "es un costo muy considerable si tenés que alquilar. Y si me quedaba en San Luis, la carrera de Medicina está solo en la universidad privada, que es paga. Acá también me ahorro el colectivo, porque la facultad está a unos pasos. Pero principalmente vine a la UNL por el prestigio que tiene en el país y por las oportunidades que me da después de posgrado y laborales".
Compartir y estudiar
Los jóvenes aseguran que, como son todos estudiantes, "el ambiente ayuda a concentrarse; hay mucho respeto y compañerismo, es un buen clima para quienes vengan a estudiar cualquier carrera", cuenta Manuel Gallo (23), oriundo de Ceres (Dpto. San Cristóbal) que estudia Ingeniería Informática. "Por departamento, se trata de que haya chicos y chicas de carreras diferentes, más que nada para intentar complementarnos el uno con el otro. En lo que uno es fuerte, el otro quizá no lo es tanto, y así nos podemos ir ayudando en los estudios", dice el joven cerecino, quien además dice que "hay que estudiar para mantener la beca habitacional".
Otra de las residentes, Daiana Quiroga (22), proveniente de Ramona -localidad ubicada a 150 km de Santa Fe-, asegura que contar con un lugar en el complejo la beneficia "un montón". Además, sostiene que "el lugar es súper bueno y tenemos la facultad cerca, así que no hay que pagar colectivo; me ayuda muchísimo económicamente. Además tenemos un predio amplio; si no querés estudiar adentro, tenés espacio para sacar el cerebro afuera" (ríe).
Un clima de estudio es lo que prima en el lugar. Foto: Luis Cetraro.
Estar cerca
Desde Bienestar Universitario subrayan que previo a asignarles un departamento, desde el Área Social les hacen entrevistas a los postulantes y tratan de que compartan perfiles similares. "La idea es que la convivencia sea lo más linda y factible posible, dado que están todo el día y se quedan los fines de semana también", agrega Vázquez.
El secretario además asegura que la convivencia es acompañada por la universidad: "Estamos presentes siempre, organizando encuentros que tienen que ver con enseñarles acerca de la alimentación, técnicas de estudio, movilidad, temas que a ellos les interesan".
Mientras se va secando la ropa de algún tender, dos chicas van llegando con sus carpetas del cursado; otros descansan o preparan la merienda en una siesta ventosa. Se respira tranquilidad, una invitación a unos mates y a seguir estudiando para alcanzar sus sueños.
Cristian Vázquez, secretario de Bienestar Universitario de la UNL. Foto: Luis Cetraro.
De Tumbaya a Santa Fe: "Todo es gigante acá"
"Es un mundo nuevo para mí. Vengo de un pueblo de 400 habitantes en Jujuy, así que para mí es todo gigante acá". El joven Isaías Toconás nació en Tumbaya, donde piensa regresar para fin de año porque en las vacaciones de julio no pudo, por la situación económica.
Estudia Ingeniería en Recursos Hídricos, en la UNL. "Al no tener suficientes recursos, inicié una carrera en minería en Jujuy. Vengo de una comunidad aborigen y la minería iba en contra de la madre naturaleza, porque es acerca de explotar los recursos de la Pachamama", comienza contando. "Entonces decidí buscar estudios que ayuden al recurso que nos da la tierra. Me decidí por Recursos Hídricos, que es una carrera muy diferente, la veo más factible", aduce el joven de 25 años.
Sobre su experiencia en las Residencias Estudiantiles, Isaías cuenta que convive en su departamento con una chica y un chico: "Lauti y Emi", según dice. "Tenemos una linda convivencia; nos ayudamos mutuamente. Claro que no es todo color de rosas, a veces hay problemas, pero se pueden solucionar conversando. Mientras hablemos todo inconveniente que surja, contenemos ese problema y no se expande", sostiene. Y agrega que "siempre están las trabajadoras sociales de la universidad para recurrir a ellas y tenemos protocolos de violencia".
Los chicos se cocinan en los departamentos, o almuerzan en el Comedor Universitario que queda dentro del predio. Foto: Luis Cetraro.
Consultas: Secretaría de Bienestar Universitario, Bv. Pellegrini 2750, Santa Fe, Teléfono:+54 (0342) 4555512 / 4555334, Facebook: Secretaría de Bienestar UNL, Email: [email protected]
ATE, por su parte, otorga las becas "Germán Abdala", destinadas a hijos/as de afiliados/as del interior de la provincia; la prioridad la tienen familias de menores ingresos. Consultar vía gremial.