Lunes 9.9.2024
/Última actualización 21:46
El proceso de elegir una carrera universitaria es un momento crucial en la vida de cualquier joven. A medida que se acerca el final de la escuela secundaria, muchos estudiantes se enfrentan a la presión de tomar decisiones que impactarán significativamente en su futuro.
Este proceso, que debería ser emocionante, a menudo se convierte en una fuente de estrés y ansiedad. Lucila Aguirre Mauri, psicóloga (Mat. Nº 637), explicó en diálogo con El Litoral las causas de esta situación, así como las estrategias para mitigarlo y acompañar a los jóvenes en esta etapa tan importante.
El fin de la secundaria: un cambio significativo
Aguirre Mauri señaló que uno de los principales factores de estrés es el fin de la secundaria. "Terminarla ya es un factor estresante en sí mismo porque finaliza una etapa conocida y se abre un mundo nuevo y desconocido en el que los jóvenes deben enfrentarse a la elección de una carrera universitaria o terciaria", explicó. Este cambio genera ansiedad porque implica adentrarse en un terreno incierto, donde existe la preocupación sobre si lo que elijan realmente les gustará.
Muchos estudiantes se enfrentan a la presión de tomar decisiones que impactarán significativamente en su futuro."Los jóvenes se encuentran ante un desconocimiento lógico y esperable sobre si la carrera que elijan será de su agrado", comentó la psicóloga. Este temor a equivocarse en una decisión tan importante que genera una presión significativa.
El papel de las instituciones educativas
En quinto año de la secundaria, los estudiantes suelen participar en visitas a universidades y la feria de las carreras para conocer las diferentes opciones disponibles y empezar a familiarizarse con el mundo universitario. Estas actividades tienen como objetivo disminuir el estrés relacionado con la elección de una carrera. "Estas visitas permiten a los jóvenes conocer las diferentes opciones y, de esta manera, reducir el estrés sobre qué elegir", afirmó Aguirre Mauri.
Sin embargo, la elección de una carrera no es el único desafío que enfrentan los jóvenes en esta etapa. La presión social y familiar también juega un papel importante. "La manera de manejar esta presión es con el acompañamiento, tanto de las escuelas como de las familias", sostuvo la psicóloga. Este apoyo es fundamental para que los adolescentes se sientan respaldados en su proceso de decisión y puedan explorar diferentes opciones sin temor a equivocarse.
La psicóloga enfatizó sobre la importancia de que las familias brinden un espacio de diálogo y apertura, permitiendo a los jóvenes cambiar de carrera si descubren que la elección inicial no es la adecuada. "El apoyo de las familias y las escuelas hace que el estrés disminuya y que el joven se sienta acompañado en el proceso de conocer y elegir una carrera. Saber que pueden cambiar de opción si la primera no les gusta es una manera de tranquilizar al adolescente", afirmó.
Este proceso, que debería ser emocionante, a menudo se convierte en una fuente de estrés y ansiedadOrientación vocacional: una herramienta valiosa
Para aquellos jóvenes que se sienten abrumados por la cantidad de opciones o que no están seguros de qué carrera elegir, la orientación vocacional puede ser una herramienta valiosa. "Muchos adolescentes, especialmente aquellos que están en duda o con mucho desconocimiento, se benefician de las orientaciones vocacionales, que los ayudan a determinar cuál es su perfil y dónde se ven más visibles sus intereses de acuerdo a su personalidad", explicó Aguirre Mauri.
Esta orientación no garantiza un opción definitiva, pero puede ayudar a los futuros estudiantes a hacer una elección más acertada. "La orientación vocacional acompaña el proceso de decisión y muchas veces tranquiliza a los jóvenes que tienen dudas", añadió.
Se adentran en un terreno incierto, donde existe la preocupación sobre si lo que elijan realmente les gustará.El ingreso a la universidad: un mundo nuevo y desconocido
El ingreso a la universidad es otro de los grandes desafíos. "Es un mundo totalmente nuevo y desconocido, no solo porque dejan atrás la estructura conocida de la secundaria, sino porque en la universidad asumen una responsabilidad completamente nueva", explicó la psicóloga. A diferencia de la secundaria, donde el entorno es familiar y las reglas son claras, la universidad representa un cambio radical donde el joven debe adaptarse a un nuevo sistema.
"Los adolescentes tienen que adaptarse a este cambio, y eso implica una gran responsabilidad", comentó la profesional. Además, el hecho de que la elección de carrera tenga implicaciones a nivel laboral añade una capa de presión. "No deja de ser una decisión a nivel laboral futuro. El joven se encuentra siendo un estudiante de algo que, eventualmente, se convertirá en su profesión", sostuvo.
Este temor a equivocarse en una decisión tan importante genera una presión significativa.La frustración y el cambio de carrera
No es raro que los jóvenes, una vez que comienzan sus estudios universitarios, descubran que la carrera que eligieron no es lo que esperaban. "Es muy común que los chicos elijan una carrera y luego se den cuenta de que no es lo que les gusta. Esto les genera mucha frustración y malestar", explicó la entrevistada.
Cuando esto sucede, es fundamental que los adolescentes reciban apoyo, tanto de la familia como de la escuela, para poder reconsiderar sus opciones. "El apoyo disminuye el estrés y permite que el joven explore otras carreras si descubre que la elección inicial no era la correcta", afirmó.
La psicóloga también destacó que, en la actualidad, muchos buscan carreras más cortas debido a la desilusión que sienten con respecto a las salidas laborales. "Hoy se ve que los chicos buscan carreras que sean más cortas, que no impliquen tanto tiempo de estudio, porque hay una desilusión con respecto a lo que significa una salida laboral", comentó.
Este enfoque en la duración de la carrera y en la rentabilidad económica puede llevar a que los jóvenes elijan carreras que no están alineadas con sus verdaderos intereses, lo que a su vez puede generar insatisfacción y malestar. "Es importante que las familias y los adultos que acompañan a los jóvenes estén atentos a estos signos y brinden un espacio de diálogo para que los chicos puedan reconsiderar sus opciones si es necesario", concluyó Aguirre Mauri.