Se registraron dos postales bien definidas en este arranque de ciclo lectivo en la ciudad. En gran cantidad de colegios privados, los chicos ingresaban temprano a las instituciones con su uniforme impecable y la algarabía del primer día de reencuentro con sus compañeros. La otra imagen, menos alentadora, se daba en las escuelas públicas donde las aulas estaban completamente vacías.
Una mamá que acompañaba a su niño al La Salle resumió la desprolijidad de este inicio escolar.
“Pienso que se debería haber discutido con tiempo la cuestión salarial. Hasta ayer a última hora estuvimos sin noticias sobre si empezaban o no las clases. Es un manoseo para los chicos a los que les venís explicando que van a empezar la escuela y a última hora seguíamos con la incertidumbre”, se quejó.
Por lo que pudo relevar El Litoral a primera hora de la mañana, había actividad en los colegios céntricos tradicionales La Salle Jobson, Adoratrices, Sara Faisal, Dante Alighieri, Inmaculada, Nuestra Señora del Huerto, Calvario, San José de Guadalupe, Bialik y el Liceo Militar.
En tanto que los docentes del Verna, Covadonga y Santa Lucía, entre otros, decidieron plegarse a la huelga dispuesta por el Sadop. “Nosotros consideramos que el acatamiento fue bueno, teniendo en cuenta que es un paro anunciado a última hora. Hay colegios que abrieron pero muchos de sus docentes no fueron a trabajar, como por ejemplo 15 docentes del Inmaculada”, aseguró Pedro Bayúgar, secretario general del Sadop Santa Fe.
Por otro lado, las escuelas de nivel inicial, primario y el Industrial de la UNL tampoco empezaron las clases pero por otra huelga, la de Conadu Histórica, que se plegó a la medida de fuerza prevista sólo por hoy por la CTA nacional.
La nota disonante de este panorama la dio una docente de la primaria pública Mariano Moreno que decidió dictar clases. Estaba sola en la escuela con sus alumnos de 5to. grado que llegaban con los guardapolvos blancos inmaculados. “En mis 20 años de docente jamás hice un paro porque privilegio a los chicos”, dijo la maestra, mientras formaba a sus alumnos en el desértico patio escolar.