Luego de que trascendiera la dificultad de la automotriz Toyota para conseguir empleados con estudios secundarios, un estudio indica que en la Argentina, el 31 por ciento de los jóvenes de hasta 24 años no pudo completar ese nivel educativo.
Un informe del Instituto para el Desarrollo Argentino señaló que sólo el 69% de los jóvenes hasta 24 años terminó la secundaria. La situación se torna grave entre quienes tienen menores recursos, que a la vez son los que más necesitan trabajar para obtener mayores ingresos.
Luego de que trascendiera la dificultad de la automotriz Toyota para conseguir empleados con estudios secundarios, un estudio indica que en la Argentina, el 31 por ciento de los jóvenes de hasta 24 años no pudo completar ese nivel educativo.
La situación se torna más grave entre los jóvenes con menores ingresos, ya que sólo el 52 por ciento pudo completar sus estudios secundarios, según el informe publicado por el Instituto pare el Desarrollo Social Argentino (IDESA) en base a datos recopilados por el Ministerio de Educación de la Nación.
En la misma franja etaria, pero de familias con altos niveles de ingreso, la cantidad de personas que terminan el secundario se eleva al 88 por ciento.
Por otro lado, los datos de la cartera educativa proporcionados por IDESA y correspondientes a 2019, es decir sin que llegue a repercutir la pandemia del coronavirus, el 47 por ciento de los estudiantes no alcanzan nivel satisfactorio en lengua y matemática: el mismo porcentaje se eleva al 81 por ciento en caso de los alumnos de establecimientos públicos.
Según el informe de IDESA, "todos los alumnos están sufriendo las consecuencias, pero los daños más severos se registran en los niveles socioeconómicos más bajos donde resultó imposible migrar a métodos de enseñanza virtuales. La crisis terminal derivada de la pandemia debería motorizar un profundo cambio en las políticas educativas", marcó el trabajo.
Por otro lado, se señaló que en la Argentina, en el secundario, sólo se prepara a los jóvenes para ingresar a la universidad y se desatiende a los que quieren ingresar a trabajar.
Se señala que en países europeos como Alemania, Austria, Holanda, Dinamarca, entre otros, "la secundaria se organiza en dos modalidades, ya que una prepara a los jóvenes para la educación universitaria y otra para el mundo del trabajo apenas terminada la secundaria. A esta última la llaman educación vocacional".
En ese sentido, se menciona la urgencia de un rediseño del secundario: "La experiencia demuestra que el éxito de la educación vocacional depende crucialmente de un vínculo muy estrecho entre las escuelas secundarias y las empresas. Resulta muy enriquecedor que los estudiantes completen la formación que les provee la escuela dentro de una empresa".
No obstante, se advierte que en la Argentina esa propuesta encuentra "visiones obsoletas tanto del ámbito educativo (que consideran que las escuelas no están para formar mano de obra para las empresas) como de la legislación laboral (que es sumamente restrictiva a la hora de permitir que los jóvenes se formen en ámbitos laborales)".