Alicia Dickenstein: "La Matemática básica está tallada en nuestro cerebro de humanos"
Ver las cosas en perspectiva, y prevenirse contra las "fake news", mediante una disciplina que "está en todas partes". La mirada de una especialista que invita a descubrir "el placer de pensar" y nombra a Messi, sin hablar de fútbol.
El 25 de abril, Alicia Dickenstein recibió el reconocimiento como Doctora Honoris Causa de manos del Rector de la UNL Enrique Mammarella, y del decano de la FIQ, Adrián Bonivardi. Crédito: Guillermo Di Salvatore
Un sobrevuelo por el currículum de Alicia Dickenstein puede resultar un tanto intimidante. Es tal la trayectoria y tantos los reconocimientos obtenidos dentro y fuera del país que se necesita un espacio... interesante (mucho espacio) para dar cuenta de toda la información.
Un itinerario académico y profesional como el que desarrolló esta argentina, Licenciada en Ciencias Matemáticas y Doctora en Ciencias Matemáticas por la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la UBA, además de investigadora superior del Conicet (sólo por mencionar algunos títulos), se construye en años de estudio, esfuerzo e investigación.
"Fui haciendo camino al andar", decía en el acto realizado el martes en el Consejo Superior de la Universidad Nacional del Litoral al recibir la distinción como Doctora Honoris Causa, el máximo reconocimiento otorgado por la casa de estudios.
Entre otros importantes reconocimientos, Alicia Dickenstein recibió en 2021 el Premio Internacional L'Oréal-UNESCO "Por las Mujeres en la Ciencia". "La Matemática permite desarrollar un pensamiento crítico", sostiene. Crédito: Guillermo Di Salvatore
Dijo estar "honrada" y "emocionada". Y emocionó a todos y a todas; agradeció el reconocimiento (en particular, a la diputada provincial Erica Hynes por haberla propuesto), y fue aplaudida durante varios minutos y de pie.
Luego sí fue el momento de hablar un poco de ella, de su lucha por conseguir información durante los primeros pasos en la carrera cuando no terminaba de definir qué camino seguir, de su educación que nunca le hizo pensar que "podía ser menos" por su condición de mujer, de su "perseverancia capricorniana"; y mucho de la disciplina que la apasiona: la Matemática.
"El arte de poner el mismo nombre a objetos distintos" fue el título de la conferencia que ofreció en un recinto colmado de decanas y decanos, docentes, estudiantes e investigadores. Y allí puso en palabras pero también en gestos las nociones de los temas en los que es experta.
Revalorizó el rol de la ciencia para intervenir en temas actuales y acuciantes como el cambio climático; explicó por qué la disciplina que estudia es necesaria para desarrollar un pensamiento crítico frente al avance de las fake news (noticias falsas), dejó reflexiones como que "la forma de interpretar de manera errónea los datos es por falta de un pensamiento matemático", y habló de Messi.
En realidad habló del sistema Messi, que significa Modifications of type Enzyme-Substrate or Swap with Intermediates, una investigación conjunta con Mercedes Pérez Millán que resultó un guiño futbolero anticipado en 2018, pero que sintetiza en una sigla -que es también un nombre conocido- una profusa indagación en el campo de la geometría algebraica con aplicaciones al estudio de redes de señalización celular.
Habló con El Litoral
- Te emocionaste y nos emocionaste a todos en el momento de recibir la distinción. ¿No te acostumbrás todavía a los reconocimientos?
- No es fácil acostumbrarse. Fui haciendo cosas porque las fui haciendo, sin pensar que alguna vez iba a ser reconocida. Y es muy hermoso lo que dijeron. Me emocionó que hubieran puesto la cabeza y el sentimiento en este homenaje.
- ¿Cuántos años de trabajo y de investigación condensa la reseña que se leyó en el momento de entregarte el reconocimiento?
- A mi me gusta contar una anécdota. Mientras todavía estaba buscando mi camino en esta carrera, fui a un curso de seis semanas en el Centro Internacional de Física Teórica en Italia; uno de los mexicanos que estaba a cargo, organizó un workshop de geometría algebraica en su país. Me invitaron pero no tenía nada nuevo para contar. Era Doctora, había entrado al Conicet pero no tenía idea de cómo seguir trabajando.
Entonces dije "puedo dar un minicurso" y me respondieron "cómo no". La actividad comenzaba el 2 o 3 de enero y solo conseguí pasaje para volar el 31 de diciembre a la noche.
Para eso tuve que dejar a los chicos con mi mamá y mi suegra. Para mi era un esfuerzo muy grande; además nuestra familia se reúne en Año Nuevo y yo tenía que irme en esa fecha. Ese 31 de diciembre estábamos en un avión que iba hacia el oeste y se hicieron las 12 de la noche más de una vez; finalmente nos dieron champán, brindamos, todo el mundo se puso a dormir y yo, en algún lugar del planeta, prendí la lucecita en mi asiento y me puse a trabajar en mis notas un 1° de enero a la 1 de la mañana.
Recuerdo que pensé "¿alguna vez seré recompensada?". Porque me parecía mucho esfuerzo estar trabajando ahí.
Unos años más tarde recibo una carta de un muy reconocido profesor francés para ir como profesora invitada a la Universidad de París 6. Resultó ser que en aquel minicurso me pidieron que escribiera las notas que luego publicaron en el boletín de la Sociedad Matemática Mexicana. Ellos mandaron a referear el material a un sueco que estaba casado con una mexicana. El sueco hizo lo que habitualmente no se hace: fue a París y le dio al profesor francés una copia de mis notas y le dijo: "A ustedes les puede interesar".
O sea que el profesor me estaba invitando a París por las notas que había escrito en el avión aquel 1° de enero a la 1 de la mañana.
Para mí fue muy bueno, porque a lo largo de mi vida puse mucho esfuerzo y dije "no importa, en algún momento va a volver". Y está volviendo; eso me emociona mucho.
- ¿Sentís que por ser mujer ponías el doble de esfuerzo? Porque vos decís en la charla que, por tu propia educación, el tema de ser mujer no te limitó.
- Mi marido nació en una ciudad de la provincia de Buenos Aires, él trabajaba pero ayudaba mucho con los chicos. Al principio, yo no sabía que mi trabajo iba a implicar tantos viajes. Pero cuando se entendió, me ayudó mucho. Un profesor muy respetado como matemático que fue autoridad en la UBA me ayudó cuando estuve a cargo de la dirección del departamento de Matemática y cuando terminó mi gestión me vino a decir con todo su amor: "Mire Alicia, cuando usted empezó nosotros decíamos, 'esa mina qué va a hacer acá'. Pero al final estuvo todo muy bien".
No pensé que hubiera nada excepcional (por ser mujer) pero sin dudas no hubieran hecho ese tipo de comentarios con un hombre.
- ¿Por qué en 2015 comenzaste a plantearte el tema del género?
- En una reunión que organizaron Erica Hynes (actual diputada provincial y ex ministra de Ciencia de la provincia) y Liliana Forzani (docente e investigadora y actual presidenta de la Unión Matemática de A. Latina y el Caribe) hubo un detalle que para mi fue un click: fue cuando una colega dijo: "Mi marido es excelente, me apoya, me cuida los chicos". Y la pregunta fue "te cuida los chicos o los chicos son de los dos".
Ahí empecé a observar que no solo había discriminaciones groseras y cuestiones de acoso sino que estaban presentes esas cuestiones implícitas, que se llevan en la cultura. Los padres y las madres aún con la mejor intención, en ocasiones les dicen a las hijas que esas carreras (como la Matemática) no son femeninas. Ahora está cambiando muchísimo el panorama, pero entre gente más grande esa cuestión todavía está presente.
- Más allá de ese sesgo de género, la matemática parece tener aún una carga de materia difícil, abstracta. ¿Está presente esa creencia?
- Sigue presente porque muchas personas fueron educadas así. Inclusive muchos padres, con la mejor intención del mundo, les dan un permiso a sus hijos y les dicen: "Yo no entendía nada de matemática, no te preocupes". Y para comprender hay una parte emocional: si uno piensa que no va a entender, entonces no va a entender.
Dickenstein disertó ante los presentes en la entrega del reconocimiento. Crédito: Guillermo Di Salvatore
Es importante tener interés para aprender, pero si de antemano uno tiene el permiso para no entender, se desconecta. Se pierde el placer de pensar...¡y es tan placentero pensar y entender!.
Lo que intenté contar en la charla es que aprender Matemática no solo te sirve para hacer cuentas, como piensa la gente. Quienes trabajamos en este campo pensamos cómo se hacen las cuentas, cuáles son las estructuras, las propiedades fundamentales, independientemente de qué objetos son y por eso el nombre de la conferencia.
Pero también ayuda a tener un pensamiento crítico; no en el sentido destructivo, sino para entender todas las cosas, en particular con este bombardeo de noticias falsas. Te permite parar y preguntarte de qué te están hablando. Por ejemplo: en un lugar hay un millón de personas, dos tienen problemas y ese dato se amplifica pero hay que tener en cuenta que son dos en un millón. Si uno no tiene perspectiva de ese hecho, está frito. Creo que una buena educación en matemática te da esa perspectiva.
Alicia Dickenstein recibió el reconocimiento como Doctora Honoris Causa. Crédito: Guillermo Di Salvatore
- Matemática en todas partes, como el nombre de uno de sus libros.
- Te cuento una mini anécdota. A mi hija le gusta armar rompecabezas de 1000 piezas y como son muchas partes hay que empezar a hacerlo por los bordes. Ella y mi sobrina comenzaron así y cuando conté las piezas de abajo observé que eran 28 y les dije: "Este rompecabezas no tiene 1000 piezas". No hizo falta contarlas una por una. Lo que pasa es que aunque las piezas tienen formas distintas hay la misma cantidad en cada fila y en cada columna y si son 28 nunca va a dar como resultado 1000. En realidad, la mayoría tiene 1008 que es el múltiplo de 28 inmediato superior. Entonces, la Matemática te permite hacer caminos más cortos y establecer cuál es, en realidad, el problema.
- De todo lo que se dijo y leyó de vos en el homenaje que hizo la UNL, ¿por qué te gustaría que te reconozcan?
- No se si me interesaría que me reconozcan por algo en particular. Es el todo. Está la imagen de que el científico está alejado de la vida o de la cotidianeidad y en realidad me interesa que se reconozca que la Matemática básica está tallada en nuestro cerebro de seres humanos y que es mucho más pasional y social de lo que indica el prejuicio. Y que no hay que tener miedo a pensar.
Perfil abreviado
"Me encanta lo que hago y me interesan muchas cosas diferentes". Así se presenta Alicia Dickenstein en la red social Twitter a continuación de su rol de Matemática FCEN-UBA y CONICET.
Un perfil súper abreviado indica que fue la primera directora mujer del Departamento de Matemática de la UBA en el período 1996-1998. Es Investigadora Superior del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET) en el Instituto de Investigaciones Matemáticas "Luis A. Santaló" (IMAS, CONICET-UBA), desde el año 1985.
Referente mundial indiscutida en sus áreas de investigación, es particularmente reconocida por el impacto de sus trabajos en geometría algebraica y geometría tropical. Recientemente, se interesó en la aplicación de los métodos de geometría algebraica al estudio de reacciones químicas, vinculando las áreas más abstractas de la matemática con las ciencias naturales y alcanzando resultados con aplicación en sistemas bioquímicos y biológicos.
Entre una extensa lista de reconocimientos, recibió en 2021 el Premio Internacional L'Oréal-UNESCO "Por las Mujeres en la Ciencia".
Desde 2018 dirige la revista de la Unión Matemática Argentina.
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