La sesión del Concejo ya terminaba pero quedaba tinta para un poco de debate político: "Que conste en acta mi voto negativo, señor Presidente, al igual que el del resto de mis pares de bloque", levantó la voz un edil del PJ. Se hizo un silencio y luego, los micrófonos delataron algunas apresuradas conversaciones desde las bancas. Ocurrió que el Legislativo trató una ordenanza -aprobada, a voto dividido- en la cual se dio autorizó al Ejecutivo a incorporar a la Municipalidad local a la Asociación Internacional de Ciudades Educadoras (AICE). Esto implica que la ciudad capital formará parte de la Carta de Ciudades Educadoras de esa entidad, una propuesta educativa y cultural a nivel global (ver Qué dice la Carta).
La norma sancionada otorgó la adhesión del Municipio santafesino a (los principios de) esa Carta; la coordinación del programa y el plan de acción estará a cargo de la Secretaría de Educación y Cultura municipal, y el Ejecutivo deberá realizar el aporte anual AICE: "Abónese y transfiérase (a dicha asociación) la suma de pesos equivalentes a 1.100 euros, al tipo de cambio correspondiente (cotización Banco Nación), tipo vendedor a la fecha, cuota correspondiente al corriente año", dice el artículo 4. Son casi 100 mil pesos, una vez al año. Curiosamente, en la página oficial de la AICE (sección Quiénes somos), dice que esa entidad nació en 1994 "sin ánimo de lucro".
Podría pensarse que casi 100 mil pesos en una única erogación por año para participar de este programa internacional no tendrían mayores impactos en la administración financiera municipal. Pero no lo entendieron así varios concejales y concejalas de la oposición, habida cuenta -también- del plan de austeridad lanzado por el intendente Emilio Jatón ante la crisis económica y los números de la "deuda heredada" de la gestión anterior, con la caída de la recaudación, pandemia de por medio. Y hubo un segundo planteo debatido: si fue una decisión atinada o no "fusionar" las secretarías de Educación y de Cultura.
Juan J. Saleme -en nombre propio y de sus pares justicialistas Jorgelina Mudallel y Federico Fulini- fue quien se expresó con voto en contra de la adhesión de la ciudad a Ciudades Educadoras. "No estamos de acuerdo con que el Gobierno local pague ese monto de dinero a esa asociación. Hay otras prioridades. Estamos en un momento de arcas municipales flacas, lo dice el propio intendente; adherir a esto no cambia la situación de las infancias en la actualidad".
Al cruce le salió la oficialista Mercedes Benedetti (Santa Fe Puede Más - FPCyS). "Adherir a este programa implica que podremos tener intercambios de experiencias con otras ciudades del mundo para conocer qué están haciendo en materia educativa, en particular de la pandemia y de cómo será el retorno a clases", le respondió.
"Puede ser que la parte económica -admitió la edila- pueda ser una traba, particularmente en este momento de pandemia. No obstante, la adhesión (a este programa educativo internacional) quedará ya sentada para un momento en que la situación económica generada por la pandemia cambie. Más allá de eso, no dejo de pensar que es importante mostrarle al mundo lo que hacemos en materia de educación inicial, y hacer proyectos educativos que nos dejen trascender", insistió.
Tenés que leerEl socialismo insistirá con la Ley de Educación Sexual Integral en Santa FeInés Larriera (UCR-Juntos por el Cambio) escuchaba atenta y reaccionó, también con su voto en contra: "No entendemos esto de la disolución de una secretaría de Educación (ahora secretaría de Educación y Cultura). Con respecto a adherir al Programa Ciudades Educadoras, creo que hay otras prioridades hoy; es un costo muy grande el que hay que abonar (los 1.100 euros), y que se puede participar sin estar asumiendo este gasto. La prioridad a la educación se le da respetando las secretarías (no fusionándolas). Eso es poner a las infancias en agenda de importancia", quiso decir.
Desde el núcleo duro jatonista, la también oficialista Laura Mondino (PS) defendió la secretaría de Educación y Cultura: "Son dos áreas que se trabajan en forma mancomunada. Esta gestión municipal del intendente Jatón tiene la voluntad de acceder a Ciudades Educadoras para poner a la ciudad a la vanguardia de muchas ciudades de la provincia que aún no están incorporadas a este programa. La ciudad es educadora; porque la educación no sólo pasa por las escuelas, pasa en la calle, en los espacios públicos", aseguró.
El opositor Carlos Pereira (UCR-Juntos por El Cambio) volvió sobre la diferencia ideológica de "dos secretarías en una" (Educación por un lado, Cultura por el otro). "Es un error haber unificado haber unificado las dos áreas: no es lo mismo la educación que la cultura. Paulo Ricci (el actual secretario de esas áreas) en un muy buen gestor cultural, fue una decisión atinada del intendente; pero no sabe de educación", fustigó.
La discusión se fue bifurcando entre los logros de la anterior y los de la actual en materia educativa. Los unos defendiendo aquel "legado"; los otros, esta "nueva impronta" en el gobierno local. Y en el medio, casi desapercibidos, esos 1.100 euros de fondos municipales a pagar a una asociación internacional.
Tenés que leerUn proyecto en el que todos somos parteLa Carta de Ciudades Educadoras a la que accedió El Litoral -y a la cual ahora adhirió el municipio- consta de un preámbulo y 20 principios. Algunos de éstos dicen lo siguiente: "El derecho a la ciudad educadora se propone como una extensión del derecho fundamental de todas las personas a la educación". "La ciudad promoverá la educación en la diversidad, para la comprensión, la cooperación solidaria internacional y la paz en el mundo. Una educación que combata cualquier forma de discriminación favorecerá la libertad de expresión, la diversidad cultural y el diálogo en condiciones de igualdad".
Otros puntos rezan los siguientes objetivos: "El gobierno municipal deberá dotar a la ciudad de los espacios, equipamientos y servicios públicos adecuados al desarrollo personal, social, moral y cultural de todos sus habitantes, con especial atención a la infancia y la juventud". "La ciudad procurará que las familias reciban la formación que les permita ayudar a sus hijos a crecer y a aprehender la ciudad, dentro del espíritu de respeto mutuo". "La ciudad educadora deberá ofrecer a todos sus habitantes, como objetivo necesario para la comunidad, formación en valores y prácticas de ciudadanía democrática: el respeto, la tolerancia, la participación, la responsabilidad y el interés por lo público, por sus programas, sus bienes y sus servicios".