La Mateo Booz Se mudó a Excursionistas. Da clases pero no tiene luz. Complicaciones de accesibilidad en dos instuticiones de Alto Verde.
Luciano Andreychuk
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Aunque el río Paraná sigue en bajante y ya descendió la línea del nivel de alerta, los problemas siguen en al menos tres escuelas de los distritos costeros de Alto Verde y la Vuelta del Paraguayo. Tras los paros, los chicos iniciaron las clases, pero con serias dificultades. A eso debe sumarse lo que dejó el furioso temporal que pasó por la ciudad hace tres semanas.
El edificio de la Mateo Booz, en la Vuelta del Paraguayo, sigue rodeada de agua. Docentes y alumnos se mudaron a un sector del Club Excursionistas. “Era la única que nos quedaba. Nos prestaron el local, desinfectamos con lavandina todo y arrancamos acá, hasta que podamos volver”, contó a El Litoral Ruth Cudé, directora de esa primaria.
El acceso al Club Excursionistas parece una zona devastada por un tsunami centroamericano: chapas retorcidas, árboles caídos, la marca del agua en las paredes como el triste recordatorio de que el río estuvo ahí. Al fondo del salón están los niños del nivel inicial y primario. A la Mateo Booz asisten 25 alumnos, todos de familias que están alojadas en el centro de evacuados próximo al club.
“Los alumnos tenían muchas ganas de empezar, después de lo que han padecido con la crecida. Lo importante era arrancar las clases como sea. Y acá estamos, hasta que podamos volver”, dijo Cudé.
Hay acceso a cocina, baño, dan copa de leche y la escuela N° 884 les acerca la comida para el comedor. Pero el problema es que no tienen luz. Según supo este medio, el Ministerio de Educación les mandó un generador, pero es muy chico y no abastece más que los focos: la heladera no se puede prender. Era la hora de recreo. Los más pequeñitos se quedaron con sus docentes en las aulas. Los más grandes salieron corriendo a buscar la pelota.
En Alto Verde, problemas de accesibilidad
En ese distrito costero la calle principal Demetrio Gómez está intransitable, y en un sector se corta porque allí están haciendo trabajos de reparación. Por eso se habilitó un camino alternativo, que a su vez está en muy malas condiciones. La escuela N° 95 Simón de Iriondo arrancó las clases sin problemas, según afirmaron desde esa institución.
La Línea 13 desvía por el camino alternativo y llega hasta la parada, que está frente de la Escuela Nº 533 Victoriano Montes, en Manzana 7. “Aquí no tuvimos problemas: las clases empezaron con normalidad”, dijo Néstor Papagna, vicedirector de esa escuela. Allí van 300 alumnos.
Los inconvenientes aparecen en lo que sigue: el Paraje La Boca. La línea 13 no puede cruzar hasta ese sector. Deja a los pasajeros (vecinos, docentes, alumnos) cerca de la larga pasarela que cruza al paraje, y éstos deben caminar. Caminar y caminar hasta el otro extremo. Allí, hay otro colectivo que hace “rondines” sólo en el paraje. Y ahí queda, cuando termina, quieto en un rincón. Cuando llueve no hace la ronda.
Esto genera dificultades de traslado tanto de los docentes como de los alumnos, porque deben caminar y mucho. Y quien transite por el terraplén de defensa puede ser pasible de que le labren una multa, puesto que eso está prohibido.
Almafuerte y Thompson
En la Primaria Nº 1081 Almafuerte hay clases, pero también inconvenientes. El principal es la accesibilidad: “Debemos caminar mucho, docentes y alumnos. Algunos chicos no pueden llegar. Estamos aislados”, coincidieron docentes y asistentes escolares de esa institución. El temporal dejó sus secuelas: “Tuvimos problemas de electricidad, filtraciones, etc”.
Peor aún es la situación de la Escuela Agrotécnica Thompson, en la manzana 9, también en La Boca. Si el camino está feo porque llueve, directamente el colectivo que hace la ronda no circula. Se complica la llegada. Allí las clases empiezan el próximo lunes, una semana después. Se están tomando exámenes. Como muchos alumnos no pudieron llegar, se flexibilizaron las fechas de mesas.
Además, en el patio de esa secundaria los suelos están saturados, las napas bien arriba, el barro estancado. Y encima ya han robado 11 paños de alambrado del cerco perimetral de la escuela. “Intentamos funcionar dentro de una relativa normalidad”, dijo una fuente escolar. Así las cosas, con la brutal miseria que circunda en ese barrio como panorámica de fondo.