Este jueves el gobierno nacional presentó “Aula Segura”, el plan en conjunto que diagramaron los ministerios de Salud y de Educación para garantizar 190 días de presencialidad plena, segura y continua, según anticiparon funcionarios nacionales. El acto fue encabezado por el presidente Alberto Fernández y los ministros Jaime Perczyk (Educación) y Carla Vizzotti (Salud).
Del programa se desprende que “la escuela deberá recabar la información sobre la vacunación contra COVID-19 de toda la comunidad educativa, así como la del calendario nacional”. Mientras que, como se había anticipado, se eliminan las burbujas.
Cabe recordar que estas son recomendaciones que los citados ministerios realizan a nivel nacional y cada jurisdicción se puede (o no) acoplar a ellas.
De acuerdo a lo explicado, ante la presencia de síntomas o malestar general -asociado o no a COVID-19-, el personal y los alumnos no deben acudir a la escuela y deben permanecer en aislamiento siguiendo los criterios vigentes. Se recomienda que realicen la consulta médica correspondiente. En ese sentido, aclararon, si los síntomas no son compatibles con COVID-19, luego de 24 horas sin ellos puede volver a la escuela.
En el caso contrario, ante la presencia de casos de COVID-19 se debe cumplir el aislamiento previsto de los mismos, así como de las medidas ante contactos estrechos según condición de vacunación.
Al mismo tiempo, explicaron que la sospecha y confirmación de casos no implica necesariamente el cierre del aula ni la interrupción de las clases presenciales.
Se mantiene el uso de barbijo a partir del nivel primario: debe tapar nariz, boca y mentón, bien ajustado a la cara y durante toda la jornada educativa en espacios cerrados. Como así también, la ventilación debe ser cruzada y constante.
En ese sentido, se insiste en higienizar y limpiar regularmente los ambientes y mantener una adecuada higiene de manos. Además, se respetarán las distancias establecidas en los momentos en que no se utilice barbijo.
Otro punto del programa hace referencia a cómo se considerará un “brote”. Se sospechará cuando haya al menos tres casos confirmados entre alumnos de un mismo aula -o alumnos y docente, para el caso de docentes permanentes- asociados epidemiológicamente, en un periodo igual o inferior a siete días.
“Se promoverá el estudio etiológico de los brotes (confirmar los primeros casos con pruebas de laboratorio y los casos asociados por nexo epidemiológico) para identificar el riesgo de transmisión”, detallaron. “En ese caso se notificará a los familiares de los estudiantes y al personal relacionado al aula”, agregaron.
Frente a sospechas de brotes, la autoridad sanitaria realizará la evaluación de riesgo pertinente y se encargará de definir junto a las autoridades educativas las medidas a adoptar.