Discriminación, un plato que se cocina a fuego lento e "intoxica" a las escuelas
Bajo la premisa de que la violencia escolar es un reflejo de las formas en que nos relacionamos en los demás ámbitos sociales, se desarrolló una capacitación para instituciones educativas de la región. Las talleristas a cargo dejaron una guía para identificar prejuicios y trabajar situaciones problemáticas con herramientas de la ESI.
Pablo Aguirre La capacitación, desarrollada en la sala Auditorio de ATE, busca tender puentes entre las instituciones y formar replicadores que trasladen lo aprendido en los talleres a cada escuelas.
El último lunes 2 de mayo se conmemoró el Día Mundial de la Lucha contra Acoso Escolar. Y en la ciudad de Santa Fe se desarrolló esta misma semana la campaña federal "Escuelas sin Discriminación", una iniciativa cuyo fin es crear conciencia sobre esta problemática que afecta a miles de niños, niñas y adolescentes en todo el país.
El arribo de la campaña fue trabajado en conjunto entre el Instituto Nacional contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo y el ministerio de Educación de la provincia. La presentación contó con la participación de Paula Saini, delegada en Santa Fe, Gisela Carrizo, directora del Instituto de Capacitación Docente N°13, en representación de la subsecretaría de Formación Docente; Víctor Debloc, Secretario de Educación y Cristina Gómez, Coordinadora de Políticas Educativas y Producción Editorial del INADI.
En tanto, estuvieron presentes: Gregorio Vietto, Subsecretario de Educación Secundaria e integrantes de los Equipos ESI y de Equidad y Derechos del Ministerio de Educación. Jorge Henn, defensor del Pueblo de Santa Fe, así como también integrantes de sindicatos y gremios afines, ediles de Santo Tomé y Las Rosas, autoridades nacionales, municipales, referentes de la sociedad civil y activistas de la ciudad.
Mauricio Garín La presentación estuvo a cargo de Paula Saini, delegada INADI en Santa Fe; Víctor Debloc, secretario de Educación; Cristina Gómez, Coordinadora de Políticas Educativas y Producción Editorial del INADI; y Gisela Carrizo por la subsecretaría de Formación Docente.
La presentación estuvo a cargo de Paula Saini, delegada INADI en Santa Fe; Víctor Debloc, secretario de Educación; Cristina Gómez, Coordinadora de Políticas Educativas y Producción Editorial del INADI; y Gisela Carrizo por la subsecretaría de Formación Docente. Foto: Mauricio Garín
Luego de la presentación, se realizaron dos talleres para unas 60 personas de 16 escuelas de la región. Las capacitaciones fueron dictadas por Andrea Majul y Maura Rivero, asesoras técnicas de la Campaña, quienes trabajaron con dinámicas interactivas para identificar los propios prejuicios y reflexionar sobre las características del acoso escolar.
El guiso del sentido común
El primer taller estuvo a cargo de Andrea Majul, comunicadora especializada en derechos humanos, discriminación, géneros y diversidad sexual. En su presentación se repasaron aspectos de la Ley 23.592 -comúnmente llamada Ley Antidiscriminación- y se abordó la posibilidad de que la educación sea la llave para destrabar estas prácticas. "La escuela es una caja de resonancia de la sociedad discriminatoria a la que pertenece, pero también tiene la capacidad de ser motor de cambio hacia una sociedad más justa e inclusiva", explicó la tallerista.
En una entretenida disertación que atrapó al público presente, Majul trazó un paralelismo entre la cocina y la forma en la que se elaboran los prejuicios que permitió entender a los presentes las dificultades para identificar cuándo discriminamos: "El sentido común es un poco como hacer un guiso: distinguimos su sabor instantáneamente, pero para lograrlo los ingredientes se tuvieron que cocinar juntos durante un largo rato. En el caso del prejuicio ocurre algo similar, la reacción ante una persona o grupo que me incomoda también surge enseguida, pero para que eso pase tuvieron que asociarse previamente dos ideas distintas por mucho tiempo. Así, por ejemplo, solemos tener pensamientos que unen a la pobreza y a la peligrosidad. Y no razonamos que la peligrosidad es de aquellos que no tiene dónde vivir, ni agua potable, ni calefacción, sino que pensamos que el peligro es para el que sí tiene cubiertas esas necesidades".
Gentileza Las asesoras técnicas de la campaña educativa del INADI, Maura Rivero (izq.) y Andrea Majul (der.), estuvieron a cargo de los talleres de capacitación contra la violencia y el acoso en las escuelas.
Foto: Pablo Aguirre
En el paso a paso de la receta, Majul señaló que los sesgos son un ingrediente fundamental, porque nos llevan a pensar y actuar en base a estereotipos. "Por un lado, son económicos, nos ahorran tiempo y energía, ya que resultaría un agobio cuestionarse todo a cada momento. Pero a la vez limitan nuestro pensamiento, porque no necesito complejizar las acciones, y así no necesito cuestionarme, por ejemplo, cuánto hay en mí de ese otro que me incomoda".
Dedicó, también, un momento especial a comentar los secretos que esconde el lenguaje y su capacidad constitutiva: "Tendemos a pensar que los prejuicios surgen de una concepción propia, pero en realidad nos plegamos a la opinión que consideramos mayoritaria", dijo. Y alertó: "Creemos que hablamos con prejuicios, pero somos hablados por él, ya que se vale de nosotros para reproducirse. Esa es la clave".
El secreto en la receta de la discriminación dijo que está en los pretextos, que son usados para resaltar las diferencias y convertirlas en desigualdades. "El pretexto tiene como principal característica que es intercambiable, puede modificarse o perpetuarse a lo largo del tiempo, ya que su objetivo final es justificar el poder. Lo que sucede es que no nos damos cuenta porque nos han acostumbrado a entender las diferencias como sinónimos de jerarquías. Incluso, algunas diferencias van más allá y, directamente, las entendemos como la regla, borrando su cualidad de diferenciación. Es decir, el diferente siempre es el otro, y yo soy como se supone que hay que ser. Pero no. La discriminación siempre tiene que ver con la mirada ejercida, nunca por una característica, pertenencia o supuesta pertenencia de quien es discriminado"
Como toque final, Majul incorporó otro ingrediente elemental en la receta del sentido común: el falso universal. "Es el pretexto más extendido. En realidad, todos somos diferentes. Porque, seamos sinceros, realmente tenemos que hacer una abstracción muy grande para pensar que todos somos iguales. Y además, tiene una fuerte carga de etnocentrismo, que supone que el hombre blanco occidental es la medida de todas las cosas", definió, poniendo como ejemplo que el voto era llamado "universal" cuando votaba solo la menor parte de la población y fue "femenino" cuando se otorgó el derecho al sufragio a las mujeres.
Abordar en red el acoso escolar
La segunda parte de la capacitación estuvo a cargo de Maura Rivero, licenciada en Comunicación Social, especializada en géneros y sexualidades. Mediante juegos que invitaban a la reflexión de los presentes, buscó conocer con qué herramientas de la ESI se pueden trabajar en el aula distintas situaciones de acoso escolar.
"Como se suele decir, cada escuela es un mundo. Es por eso que buscamos que con este taller se puedan construir redes entre docentes para trabajar acoso escolar u otras preocupaciones pedagógicas que surjan en los estudiantes", señaló la tallerista.
Los ejercicios consistieron en entender la integralidad de la Ley de Educación Sexual Integral, en su perspectiva transversal de los derechos humanos y la no discriminación. Por un lado, estableciendo que su enseñanza sea de forma "armónica" y "equilibrada". "Estos conceptos apuntan a un abordaje progresivo de la ESI, que suele ser uno de los principales cuestionamientos de papás y mamás preocupados de que a su hije del nivel inicial le hablen de sexualidad", indicó Rivero. Por otra parte, estableciendo una formación "permanente", ya que "las problemáticas de las infancias y los jóvenes van cambiando mucho en poco tiempo".
Rivero puntualizó que la ESI posibilita atender a distintas situaciones de discriminación que no solamente atañen a cuestiones de género. "Nos han comentado muchos casos de racismo. Por ejemplo, escuelas que no permiten portar la bandera a estudiantes de otras nacionalidades. La integralidad de la Ley permite trabajar no solo con los aspectos de lo sexual, sino también en lo referido al manejo de las emociones, las prácticas culturalmente aceptadas o no y la legalidad de los actos de una sociedad. Entender la dimensión completa de la norma es el primer paso para aceptar las diferencias y trabajarlas en las aulas", señaló.
Asimismo, insistió en la necesidad de construir redes institucionales para darle lugar a la afectividad: "En la gran mayoría de los casos, se le endilga la ESI a docentes que les interese el tema. Pero tenemos que entender que su implementación no puede depender solamente de una o dos personas. Charlar de lo que nos pasa tiene que ser una práctica constante, porque a partir de las palabras podemos identificar distintas situaciones que suceden en el día a día afectando a los chicos y chicas".
Expresiones
Rivero detalló porqué prefieren referirse al acoso escolar par el abordaje de estos casos. "Bullying es un anglicismo que proviene de 'bull', que significa toro, en relación al acto de torear al otro, lo que permite etiquetar fácilmente a un violento y un violentado. Nosotros preferimos esta otra perspectiva, entendiendo la problemática como algo que excede al aula y que responde a una sociedad que resuelve sus conflictos desde la violencia".
Ejemplos de lo que ocurre en las escuelas
En las actividades surgieron dudas y comentarios de parte del universo escolar presente, entre los que hubo docentes de distintas disciplinas, preceptores, equipos directivos, supervisores, entre otros. Aquí, compilamos algunos de los principales planteos.
La primera situación surgió desde el "Bachi trans" de la provincia. Estudiantes y docentes denunciaron que se los suele acusar de autodiscriminación. "Nos dicen que somos un 'gueto' por generar esta instancia para estudiar". Incluso, desde el Inadi plantearon que se han comunicado con la delegación para denunciarlo. "No existe la autodiscriminación ni tampoco se usa más la discriminación positiva, que tendía a generar confusiones y malos usos. Toda propuesta que apunte a garantizar la educación está bien", reflexionaron las disertantes.
Un padre de una niña con espectro autista señaló su incomodidad con relación a los cupos en las escuelas integradoras: "Escuchamos que dicen que el curso está conformado por 20 alumnos y 2 integrados, como si nuestros hijos no fuesen alumnos", dijo. "La inclusión establece un vínculo con la relación de poder. El tema pasa por un docente que piense que los otros veinte alumnos tienen las mismas capacidades y aprenden de la misma forma. Muchas veces, enfrentarse a estos casos los ayuda a pensar nuevas formas de enseñar", explicaron las talleristas.
Otra voz surgió de parte de una docente, que lamentó la actitud de sus pares para trabajar sobre cuestiones de género: "Con mis compañeras dedicamos una serie de jornadas para reflexionar sobre la violencia contra las mujeres. Y luego lo expusimos en un plenario con los demás docentes. Pero los comentarios fueron negativos, principalmente de parte de los hombres, minimizando nuestro trabajo y desmotivando a futuras actividades".
Una profesora de matemáticas señaló la importancia de generar vínculos con los jóvenes: "Pese a que no son temas de mi materia, suelo trabajar sobre adolescencia, paternidad, maternidad, consumos problemáticos, porque los chicos vienen todos los días con estas preguntas. Y recién este año pude tomar uno de los temas y sumarlo a la planificación, porque creo que atender a sus necesidades es parte de la formación continua de la docencia. El contenido solo puede venir después de las urgencias que ellos nos traen al aula".
La directora de una escuela de la ciudad puntualizó sobre la relación conflictiva con las familias. "Hay chicos que se perciben de otro género y nosotros no tenemos problema con eso, pero ellos sí en sus casas. Nos ha pasado de que nos vengan a cuestionar en malas formas porqué les cambiamos el nombre a sus hijos, cuando solamente respetamos lo que ellos sienten. Tenemos que convivir con ese temor", planteó.