Sin la intimidad del aula, maestros de todo el país quedaron expuestos a la recriminación. Equivocaciones en los programas pedagógicos oficiales suscitaron el respaldo de la comunidad educativa ante la agresividad viralizada en redes sociales.
Captura de pantalla En el regodeo de mostrar a una maestra equivocándose en televisión emerge una deshumanización del otro , advierten especialistas en defensa del sector.
En tiempos donde el discurso imperante es sobre la crisis, no faltan los síntomas que demuestren tal afirmación. Durante los últimos años, se volvió habitual la falta de respeto de parte de alumnos a sus docentes. Ahora, con la pandemia sobrevolando, son los familiares quienes también desautorizan la tarea de los educadores. Incluso, en señal de nuestros tiempos, cualquier usuario de red social tiene el poder de la palabra a sólo un click de distancia. Aun si nada lo vincula directamente con la enseñanza obligatoria, puede corregir explicaciones. Y por más desconocimiento del proceso pedagógico que haya, puede dar cátedra de lo que se debe y lo que no. Al final, como ocurría con el emperador en el cuento de Hans Christian Andersen, la docencia ha quedado desnuda frente a la mirada ajena.
Ante la disposición de la cuarentena y la imposibilidad de dar clases en el aula, el gobierno nacional lanzó el programa “Seguimos Educando” para que los estudiantes siguieran involucrados con su escolarización. Así, en la Televisión Pública se desarrolla diariamente el ciclo de enseñanza ante la imposibilidad de asistir a clases. Sin embargo, el ciclo fue duramente cuestionado y viralizado por las redes sociales ante diversos errores de ortografía, geografía y hasta matemáticas. “¿Así educan a nuestros hijos?”, “Que vayan ellas a la escuela”, “Te quieren bruto”, fueron algunos de los viles comentarios adjuntos a las capturas, videos y memes.
Así es como estamos educando a las generaciones futuras con nuestra educación pública a través del canal Encuentro. Fin. pic.twitter.com/BMOSTuhfZV
¿Son las equivocaciones una muestra de las deficiencias del sistema educativo en su conjunto o, en cambio, es una demostración de la falta de interés social histórica sobre la educación expuesta hoy por el alcance tecnológico y el confinamiento obligatorio?
A modo de respuesta por los agravios recibidos, un grupo de reconocidos referentes de educación a nivel nacional elaboraron una carta pública donde exponen su posición e invitan a quienes adhieran a sumar su firma para “desengrietar la educación”.
Deshumanización
Apelando a la responsabilidad social como remedio a la incertidumbre, los especialistas salieron a respaldar a los docentes, argumentando que el error es una parte esencial del proceso educativo.
“En esta época extraña que nos toca vivir, miles de docentes de todo el país -con aciertos y errores-, están poniendo inteligencia y compromiso pedagógico para sostener el vínculo educacional con sus estudiantes...De hecho ya ha sido advertida y analizada en distintos países la sobrecarga que están padeciendo muchos docentes bajo estas nuevas modalidades de trabajo...Por todo esto es que llamamos a los comunicadores en particular, y a la sociedad argentina en general, a tomarnos un tiempo para ponernos en la piel de cada docente para valorar su esfuerzo en estas condiciones adversas”, sostienen los firmantes en el documento que invitan a compartir.
“Es evidente que los errores en documentos, sitios o canales oficiales son doblemente advertidos, por lo que se requiere extremar los cuidados. Pero la situación televisiva no es comparable con el ámbito del aula y en el regodeo de mostrar a una maestra de escuela equivocándose en televisión, emerge además una deshumanización del otro que amerita que repensemos, como sociedad, la situación”, subrayan en el escrito.
Descargo
Laura Sirotzky, subsecretaria de Educación Social y Cultural del Ministerio de Educación, quien tiene a su cargo “Seguimos Educando”, se refirió a la situación. “En 64 días de producción en vivo hubo 6 errores, que fueron corregidos en el mismo momento”, explicó en una entrevista al diario Clarín. “Con un buen abordaje del error también se construye conocimiento. Cuestionar la formación docente por estos errores es, en principio, apresurado. Los que están al frente de las cámaras son docentes reales. El desprestigio de la profesión le hace mal al sistema educativo y se deja de reconocer el enorme esfuerzo que están haciendo los docentes en este contexto en todo el país, con compromiso y profesionalismo”, agregó la subsecretaria.