La pandemia no impidió que pusieran "manos a la obra". En medio de las restricciones por la segunda ola de coronavirus, dos escuelas de la ciudad se aliaron para representar a Santa Fe en un torneo nacional de robótica. Estudiantes y sus profes se las ingeniaron para resolver desafíos a distancia y armar un robot con los conocimientos adquiridos.
Desde el 3 de mayo, más de 120 estudiantes de las 24 provincias argentinas están participando de la Copa Robótica 2021, organizada por la empresa de tecnología educativa Educabot. En el certamen, los equipos deben afrontar distintos desafíos, bajo el enfoque STEAM (Ciencias, Tecnología, Ingeniería, Arte y Matemática, por sus siglas en inglés), con el objetivo de ayudar a resolver cuestiones relacionadas con la pandemia del Covid-19, mientras desarrollan habilidades de creatividad y trabajo en equipo.
SteelBridge es el nombre de la delegación santafesina, integrada por la escuela técnica 601 "Leandro N. Alem" y el Centro Educativo Jerárquicos. Los estudiantes que participan son Alan Petrucci, Laura Decurgez, Máximo Ponce Croce, Santiago González Díaz, Zoe Trossero. Y los profesores mentores son Fernando Birollo del CEJ, Federico Leibovich de la EETP Alem y Marcos Scharfspitz del CEJ y de la EETP Alem.
Durante las primeras semanas de la Copa, los equipos pensaron su identidad, creando un nombre y un logo que los caracterice. Luego, recibieron su kit de tecnología para el principal desafío técnico, en el que tuvieron que diseñar un sistema de desinfección de objetos a partir de los componentes recibidos.
El robot sanitizador que crearon es en forma de ascensor de tres pisos, con un área de lavado, primero, de secado, después, y un último de depósito final. "Cuando nos llegó el kit, empezamos a pensar entre todos cómo hacer para armar un dispositivo de desinfección. Con todo lo que teníamos, diseñamos un robot que esté programado para limpiar por estaciones y que deje un objeto listo al final, como una pelota que usamos de ejemplo", contó Máximo, uno de los alumnos, sobre el trabajo con sus compañeros.
El dispositivo es autónomo, transmite señales para la acción de fuerzas por medio de movimiento y reposo de sus partes; es decir, es una máquina programada para higienizar un elemento sin más ayuda humana que la presión de un botón. "El diseño de los chicos consistió en un sistema de desinfección que incorporó operaciones digitales para automatizar el sistema que, a diferencia de los circuitos con desplazamiento por un sistema de acción y reacción, potencia el resultado del producto que se quiere higienizar, que en este caso fue una pelotita, pero que puede ser replicar sobre cualquier otro objeto", explicó el profesor Fernando Birollo.
Copa Nacional de Robótica: dos escuelas de Santa Fe inventaron un robot sanitizador
La distancia no fue excusa
La competencia llegó en medio del confinamiento, por lo que debieron trabajar mayormente a distancia, recién se conocieron personalmente en la tercer semana del evento, cuando realizaron por primera vez una actividad de forma presencial, minutos después de recibir a El Litoral.
De todos modos, en todo este tiempo, los estudiantes estuvieron estimulados por el estudio, al que incluso dedicaron días feriados y del fin de semana. "Llegamos algo justos, pero preparados. En los días previos nos pudimos organizar bien por internet y eso nos sirvió para entender un poco mejor porque nos dan las actividades un día antes o el mismo día", comentó Alan, otro de los alumnos.
También, los profes dedicaron mucho de su tiempo a la planificación. Como regían las restricciones, decidieron armar un "búnker tecnológico" desde donde seguir el día a día de las actividades. La escuela Alem puso herramientas y materiales a disposición, mientras que Jerárquicos sumó el espacio con internet.
"Lo principal que intentamos transmitir es la motivación. El encuentro presencial es irremplazable, pero como no lo tuvimos, nos dedicamos a pensar distintas estrategias para que los chicos se mantengan interesados en la construcción del conocimiento técnico y científico", explicó el docente Federico Leibovich.
Sacar "jugo" a la experiencia
A lo largo de la competencia, los equipos enfrentaron distintos ejercicios técnicos y de lógica. Por ejemplo, luego de recibir a El Litoral, tuvieron que resolver un problema de programación en tiempo real, que consistía en apuntar una máquina para eliminar un conjunto de coronavirus, para lo cual debieron calcular la distancia entre los puntos de la pantalla por medio de cálculos matemáticos en sus computadoras.
Además, debieron sacar a relucir la creatividad por medio de actividades "social media", con estrategias comunicativas y de redes sociales, pensadas para motivarlos en el aprendizaje de las distintas habilidades, como el armado de un video presentando a la provincia o la creación de un logo identitario.
"Es mucho el jugo que dejan estos desafíos. Sirven para incorporar un montón de conocimientos: de física, matemática y lengua, por medio de planos, planos 3D e informes técnicos; robótica y programación, con el diseño de la máquina; y hasta de arte, considerando la estética del robot para filmar el video y poder explicarlo detalladamente", enseñó el maestro Marcos Scharfspitz.
Asimismo, todos los integrantes destacaron el valor actitudinal de las actividades, ya que dan lugar al error como parte del mismo aprendizaje y al intercambio de experiencias de forma colaborativa.
SteelBridge necesita del impulso final en la Copa. Para ayudarlos solamente se necesita estar conectado a la hora del streaming que se transmite cada viernes en la cuenta @coparobotica de Instagram y Facebook. Además de ver un resumen de los desafíos y entrevistas, se abre una votación en vivo con la que se suman puntos para el equipo favorito. La delegación que se consagre campeón, representará a la Argentina en el Mundial de Robótica First Global Challenge 2021, que se desarrollará también de manera virtual del 27 de junio al 18 de septiembre, con la participación de más de 100 países.
Una nueva forma de alfabetización
La Robótica es la tecnología que se ocupa del diseño, manufactura y aplicación tecnológica, combinando diferentes disciplinas. Pero lo que hacen realmente valiosas a las maquinarias es la incorporación de herramientas para poder manipularlas.
En ese sentido, los docentes destacaron el fortalecimiento del aprendizaje conjunto. La escuela Alem ya había competido en la primera edición de la Copa Robótica, pero en la alianza con Jerárquicos, las dos formas distintas de trabajar potenciaron sus estrategias y resultados.
Marcos Scharfspitz, que es profesor en ambas escuelas, señaló que "el valor de este tipo de talleres es muy importante, porque marcan un cambio significativo en los chicos, que notamos en su forma de ver, analizar y resolver problemas".
Por su parte, Leibovich explicó que "en el taller de informática de la escuela, intentamos orientar los contenidos a la programación y robótica, porque consideramos que el perfil técnico de nuestros estudiantes tienen que adaptarse a los nuevos procedimientos".
Mientras que en Jerárquicos, los alumnos tienen integrada la robótica desde el jardín, facilitando los aprendizajes tempranos. "Estos procedimientos no dejan de ser una excusa para el objetivo que es que puedan apropiarse de los conocimientos, por ejemplo, con la aplicación de fórmulas matemáticas abstractas en el funcionamiento de los dispositivos", sostuvo Birollo.