Sábado 27.8.2022
/Última actualización 4:34
El nivel socioeconómico de los estudiantes incide fuertemente en sus trayectorias escolares: quienes alcanzan buenos niveles de aprendizaje son la excepción en el sistema educativo argentino. La conclusión se desprende de un informe que cruza los resultados de las Pruebas Aprender 2019 (el último que evaluó el último año de secundaria) y de la Encuesta Permanente de Hogares elaborada por el Indec.
El estudio indica que los estudiantes en situación de pobreza representan el 40,4% del total. De ellos, solo el 14% logró alcanzar un buen rendimiento en Lengua y Matemática. Por el contrario, un 38% del mayor segmento socioeconómico alcanza niveles satisfactorios o avanzados en los aprendizajes.
Los datos fueron aportados por el Observatorio de Argentinos por la Educación, por medio del informe "Desempeño escolar y pobreza", cuya autoría corresponde a Martín De Simone (Banco Mundial), Martín Nistal y Eugenia Orlicki (Observatorio de Argentinos por la Educación).
Aprender superando condiciones adversas
La medición enfocada a los hogares de ámbitos urbanos expresa que el 33% de los estudiantes del NSE bajo se ubican por debajo del nivel básico en Lengua. La cifra se reduce al 9% entre los del NSE alto. En Matemática, por su parte, el 64% de los estudiantes que viven en contextos vulnerables se ubican por debajo del nivel básico, pero esta proporción se reduce al 24% entre estudiantes de mayores ingresos.
Pese a las preocupantes cifras, hay estudiantes que logran superar el contexto de pobreza para llegar al último año del secundario con buenos resultados. Son "resilientes", en el sentido de que se sobreponen a las condiciones adversas de su entorno. "Son la excepción", explica Martín De Simone, coautor del informe.
"Entender qué factores los ayudan a desempeñarse bien es fundamental para el diseño de políticas públicas que puedan mejorar no solo los niveles de acceso a la educación de los estudiantes en situación de pobreza, sino también el aprendizaje que adquieren una vez que están en la escuela. Esto es crucial dada la evidencia existente que muestra que el aprendizaje adquirido es un factor más importante que la mera asistencia a la hora de influenciar la trayectoria de vida de los estudiantes", agrega De Simone.
Educación materna y libros en el hogar
Los datos sugieren que existen algunos "factores protectores" que les permiten a estos estudiantes lograr buenos desempeños escolares a pesar de sus condiciones de vida.
Uno de ellos es el nivel educativo materno. Entre los estudiantes pobres con buen desempeño, el 35,5% tiene madres que alcanzaron el nivel secundario completo o más. En el caso de aquellos estudiantes con bajo desempeño, ese porcentaje se reduce al 27,2%.
Otro factor es la cantidad de libros en los hogares. Solo en el 8,3% de los hogares de los estudiantes con buen desempeño no hay libros, mientras que en el caso de los estudiantes con bajo desempeño ese porcentaje aumenta a 22%.
"Los niveles de educación alcanzados por los jóvenes y sus logros educativos están muy fuertemente condicionados por la situación socioeconómica de sus padres, especialmente el nivel educativo de la madre y la estructura familiar. Este reporte nos presenta un panorama sombrío con respecto a la transmisión intergeneracional de la pobreza a través de la educación. Pero también da una nota esperanzadora al señalar que, cuando el ambiente de aprendizaje en la escuela es positivo, aun jóvenes de familias vulnerables pueden tener mejor desempeño", afirma Mariano Tommasi, director del Centro de Estudios para el Desarrollo Humano de la Universidad de San Andrés.
"El estudio sobre los resultados del Aprender 2019 da cuenta una vez más de los niveles de determinación social, materializada en la condición de pobreza y vulnerabilidad de los estudiantes, en las trayectorias educativas y sus respectivos aprendizajes. No obstante, este estudio ilustra muy bien como el clima educativo del hogar, por los niveles de instrucción familiar y los textos que circulan en sus respectivos hogares son factores significativos de influencia. Finalmente, habría que identificar qué cuestiones relativas a las condiciones de escolarización, propio de la gramática escolar intervienen en dichos resultados, considerando que los mismos requieren de una lectura multicausal, donde el formato escolar y las relaciones pedagógicas tiene un papel singular", indica Marcelo Krichesky, docente e Investigador UNSAM/ UNIPE.
"En el acuciante estado de la educación en Argentina, el informe apunta a debatir otros factores que puedan aportar a la mejora en los aprendizajes. Es sumamente importante incorporarlos al debate porque si no terminamos exigiendo a la escuela que además resuelva problemas generados por el deterioro de las condiciones de vida de la población en los últimos lustros", señala Juan Graña, investigador del Centro de Estudios sobre Población, Empleo y Desarrollo (CEPED) de la UBA.
Hijos y trabajo: más factores relevantes
Las variables sociales también se cruzan con las individuales.
Entre las estudiantes con buen desempeño solo el 1,9% tiene hijos, mientras que este número asciende a 4,6% entre las estudiantes de bajo desempeño. Lo mismo ocurre en el caso de los varones: el 1,6% de los estudiantes de buen desempeño y el 3,1% de los de bajo desempeño, tienen hijos.
Hay una mayor proporción de estudiantes con buen desempeño entre quienes no trabajan, tanto mujeres como varones. En el caso de los varones que tuvieron un buen desempeño, solo el 36,7% trabajó las dos últimas semanas, mientras que en el caso de los de bajo desempeño el porcentaje aumenta al 55,4%.
También existen diferencias sobre sus perspectivas a futuro. El 69,2% de los estudiantes pobres con buen desempeño planea seguir estudios universitarios; la cifra desciende al 51,1% entre quienes tienen bajo desempeño. Solo el 15,5% de los estudiantes con buen desempeño planea seguir estudios terciarios y el 4,1% piensa solo trabajar cuando termine el secundario. Entre los estudiantes con bajo desempeño, estos porcentajes aumentan a 23,4% y 9,3% respectivamente.
Otro dato interesante es que los estudiantes con buen desempeño tienden a percibir de manera más positiva el clima escolar y dicen llevarse bien con sus compañeros y con sus docentes, en mayor medida que los estudiantes con bajo desempeño. Además, las percepciones de los estudiantes sobre los aprendizajes muestran una relación marcada con los desempeños. Aquellos con buen desempeño sostienen que les es más fácil comprender y escribir un texto, exponer oralmente y resolver problemas.