Tres estudiantes de la UTN Santa Fe clasificaron para ir al Mundial de Programación en Egipto
Resolvieron la mayoría de los problemas informáticos en la instancia Regional que involucra a países de América Latina y consiguieron éxitos: salieron 2dos y 5tos, según las listas clasificación. Ahora se están preparando para la final internacional de 2023 y piden colaboración para cubrir los pasajes.
Puntos, números, triángulos, símbolos, letras, algoritmos. Así lucen los cuadernos de práctica de Federico Quijada, Juan Pablo Cabaña y Santiago Ré, los estudiantes de la UTN Santa Fe, que clasificaron a la Final Mundial de Programación tras pasar con éxito la instancia regional. Para el ojo del humano común, estos apuntes son verdaderos "jeroglíficos" y, curiosamente, la competencia final se realizará en 2023 en Egipto, cuna de ese tipo de escritura antigua. Sólo que acá se trata de un "lenguaje" actual como es el de las instrucciones que le indican a la computadora qué hacer.
Para disputar la final de la International Collegiate Programming Contest (ICPC, o traducida, Competencia de Programación Internacional para estudiantes universitarios), los tres estudiantes de la Ingeniería en Sistemas de Información consiguieron una hazaña previa. El pasado 2 de abril, el equipo que representa a la UTN Santa Fe, logró el 2do puesto en la Competencia Regional de Sudamérica-Sur, donde compitió contra 63 equipos de Argentina, Perú, Chile y Bolivia; y también quedó en el 5to lugar de Latinoamérica (con la participación de 252 equipos de países como México, Brasil, Colombia, entre otros).
"Es la primera vez que un equipo de UTN Argentina logra un segundo puesto en la competencia Regional. Y es la segunda vez que un equipo de UTN Argentina de la ciudad de Santa Fe clasifica a la final mundial", dijo Matías Ramos, el entrenador de los tres estudiantes ganadores que, a su vez, fue uno de los finalistas en 2018.
"Estamos muy contentos de lo que conseguimos porque lograr el 5to lugar en toda América Latina, con países 'fuertes' en programación como Cuba, México y Brasil, es muy importante. Y también porque vamos a representar a la Argentina en una competencia donde suelen quedar alumnos de la UBA, UNC o UNR", comentaron Federico y Juan Pablo, dos de los estudiantes clasificados. Y aseguraron que "Cuba siempre se queda con el primero y segundo puesto pero este año no le fue bien y ni siquiera quedó en el top cinco latinoamericano".
Gentileza UTN Clasificados. Juan Pablo Cabaña, Federico Quijada y Santiago Ré son los alumnos que quedaron seleccionados para competir en la final internacional de la competencia.
Clasificados. Juan Pablo Cabaña, Federico Quijada y Santiago Ré son los alumnos que quedaron seleccionados para competir en la final internacional de la competencia.Foto: Gentileza UTN
¿Cómo es la competencia?
La ICPC es una competencia de programación algorítmica en equipos de tres integrantes y una computadora, que representan a su universidad y trabajan para resolver problemas del mundo real. Es el concurso de programación más prestigioso y grande del mundo, y se realiza ininterrumpidamente desde 1977. También es donde las empresas líderes de tecnología en todas partes del mundo ponen el ojo a la pesca de sus habilidades. A la final mundial se clasifican 130 equipos de unos 90 países y los que habitualmente se quedan con las medallas son Rusia, China y Estados Unidos.
Los jóvenes explicaron que "básicamente hay que resolver problemas lógicos de física o matemática que pueden ser desde una cuenta simple sobre cuál es el máximo a pagar con tantas monedas a algo más complejo sobre cómo llegar desde el sur hasta el norte del país con determinado dinero. Ellos nos dan el enunciado del problema y nosotros tenemos que escribir el código que lo resuelva".
Federico y Juan Pablo sostuvieron que "quizá podés escribir el código y está bien, funciona, pero a lo mejor no es lo suficientemente rápido para hacer el cálculo y dar la respuesta en un segundo, y eso se toma en cuenta en la evaluación. Eso es lo desafiante: llegar a una solución que realmente sea buena".
El "coach" Matías añadió que habitualmente suelen darles entre 8 y 13 problemas para resolver en un máximo de cinco horas. Luego se arma el ranking con los equipos que resuelvan la mayor cantidad de consignas en el menor tiempo posible. Los años de la pandemia la competencia fue virtual y este 2022, fue semivirtual, porque se les pedía a los tres integrantes de cada equipo que estén en el mismo lugar físico y filmados de forma constante durante la competencia.
Pablo Aguirre Entrenamiento. Todos los fines de semana, los estudiantes simulan realizar una competencia de 5 horas seguidas. En la imagen: Juan Pablo y Federico, junto a su coach Matías Ramos (parado).
Entrenamiento. Todos los fines de semana, los estudiantes simulan realizar una competencia de 5 horas seguidas. En la imagen: Juan Pablo y Federico, junto a su coach Matías Ramos (parado).Foto: Pablo Aguirre
Habilidades de equipo
"Nuestra percepción es que no somos individualmente quizás los mejores programadores, porque si vos veías por nombres, los de Brasil eran muy buenos, pero como equipo funcionamos muy bien. Cada uno de los tres es bueno en determinadas cuestiones y eso es una ventaja y tiene que ver también con que llevamos bastante tiempo compitiendo juntos", contaron los jóvenes, y sostuvieron que en este ambiente ya se conocen quiénes son los mejores porque hay sitios con los rankings.
Clasificar a una final mundial es un gran logro para los tres después de dos años de entrenamiento intensivo como equipo, aunque cuentan que Santiago lleva más tiempo compitiendo (desde 2016) y ya participó una vez de la final mundial en 2018. Pasaron varias pruebas antes de llegar a la instancia Regional de este año y contaron cómo se preparan: "Un día del fin de semana hacemos la simulación de 5 horas seguidas resolviendo problemas, y luego en la semana vemos en qué estuvimos flojos o cómo podríamos haberlo hecho mejor".
Los jóvenes sostienen que llevan ese ritmo de práctica, que implica tiempo y esfuerzo, porque les gusta la programación. No obstante, aseguran que sus estudios en ingeniería y la práctica competitiva no es toda su vida. Federico juega al fútbol con sus amigos y Juan Pablo hace calistenia, entre otras actividades. "Somos como cualquier joven con su vida normal, con sus intereses y amigos", dijeron los chicos, que se ríen cuando otros pares los sitúan en el prototipo de estudiantes nerds al estilo Sheldon.
El equipo necesita ayuda
La clasificación a la Final Mundial de Programación solo cubre la estadía durante el evento que dura una semana, por parte de la organización. Por eso, el equipo, junto a la facultad, están buscando la forma de poder costear el viaje a Egipto de los tres estudiantes más el del entrenador. También en los meses previos a la final, el equipo está invitado a un entrenamiento especial e intensivo en la Universidad de Campinas (Brasil), y este viaje también debe ser costeado por ellos.
"El training camp de Brasil es pago e invitan a los clasificados de la Regional", indicaron los chicos que están "muy entusiasmados" tanto de ir a esa instancia como a la final en Egipto. Cabe indicar que un sólo pasaje de avión al país de las pirámides cuesta alrededor de 1.500 dólares, y se necesitan cuatro.
Los interesados en ayudar a los estudiantes a poder terminar de cumplir su sueño, pueden contactarlos y dejar su colaboración, comunicándose con el coach del equipo Matias Ramos, al e-mail: [email protected], o dejando su aporte en la caja de ahorro con el alias: matt.ramos (CBU: 0110491630049197774283).
Pablo Aguirre El cuaderno de prácticas de los estudiantes.
El cuaderno de prácticas de los estudiantes.Foto: Pablo Aguirre
"anarap+1"
Ese es el nombre de fantasía del equipo en la competencia. Significa "Paraná" al revés, porque dos de los alumnos -Federico y Santiago- son de esa ciudad entrerriana y el "+1" es por Juan Pablo, que proviene de Esperanza.
Orgullo universitario
El profesor de Programación Competitiva, Daniel Ambort, es quien inició a los jóvenes de la UTN en la materia y son varios los que entrenan con él. Junto a María de los Milagros Gutiérrez, directora del Dpto. de la Ingeniería en Sistemas de Información de la UTN Santa Fe, recalcaron el "orgullo" de que los estudiantes hayan obtenido este logro desde una universidad pública.
"De las 13 facultades regionales que tienen la carrera de Ingeniería en Sistema, la de Santa Fe es la única que está participando en esta competencia. Así que para toda nuestra facultad es un orgullo", destacó Gutiérrez, al tiempo que dijo que la universidad pública siempre tiene recursos acotados pero "siempre el docente, los alumnos ponen de su parte y esfuerzo para conseguir estos logros".
Ambort, por su parte, indicó que para participar de una competencia de este tipo se requiere, además de muchas horas de entrenamiento, de una actitud colaborativa, creatividad, innovación y habilidad para trabajar bajo presión.
"En 2008 y 2009, un equipo de la UTN Santa Fe participó por primera vez de una instancia Regional de la competencia que se había hecho en la UBA, sin ningún tipo de conocimiento previo. Vimos que el ambiente es muy bueno, todos ellos se conocen y comparten los entrenamientos, se ayudan. Así que los incentivamos a participar y se armó la asignatura específica que se llama Programación Competitiva, que se mantuvo hasta ahora", explicó el docente.
Eso les da a los alumnos cierta estructura que permite llevar alumnos a los training camps y a las distintas instancias del certamen de Programación o a otras competencias de la propia UTN como TecnoMate. "Todo esto, en definitiva, termina siendo un logro de la universidad pública que hay que valorar", dijo Ambort.
50.000
alumnos de todo el mundo son los que anualmente participan de las instancias previas de la ICPC, que representan a 111 países y 3.000 universidades.
"Las instancias internacionales son una experiencia muy buena, además de que conocés gente de todo el mundo, hay representantes de firmas como Facebook que van preguntando a los jóvenes si se quieren sumar a una pasantía o a un puesto". Matías Ramos, coach y finalista de 2018.