Los establecimientos educativos de la ciudad pudieron volver a encontrarse y celebrar esta semana tan particular con menos restricciones. La primaria República Oriental del Uruguay y la secundaria de la Universidad Nacional del Litoral aprovecharon sus aulas para realizar actividades entre alumnos y sus profes.
Guillermo Di Salvatore En la escuela República Oriental del Uruguay compartieron una jornada a puro verde primaveral.
El Día de la Primavera y del Estudiante se celebró durante esta semana con "más libertad" en las escuelas santafesinas. Debido al descenso en la cantidad de infectados por coronavirus y el avance del plan de vacunación, los festejos fueron muy distintos al año pasado, cuando regía el Distanciamiento Social, Preventivo y Obligatorio en el país.
La primaria República Oriental del Uruguay inauguró una muestra realizada por alumnos y docentes de 6to y 7mo año. Durante la mañana del lunes, la escuela se "tiñó de verde" con la exposición de huerta y vivero escolar a lo largo y lo ancho de los pasillos de la institución.
El proyecto "Emocionarte" se trabajó de forma interdisciplinaria, involucrando distintas áreas de acompañamiento al estudio como música danza tecnología teatro plástica inglés. El marco de esta actividad fue la Jornada Ampliada, una propuesta curricular que suma dos horas a la jornada escolar dinámicas relacionadas a la convivencia y la transmisión de valores, afianzando vínculos con la comunidad educativa.
En ese sentido, el enfoque con el que trabajaron en la escuela se centró en los intereses del niño en situaciones de la vida cotidiana, transmitiendo un aprendizaje colectivo e interdisciplinario. "La huerta en la escuela nos permitió rescatar, motivar y revalorizar las formas de construcción de saberes, legitimando los saberes populares, ancestrales y tradicionales, que permiten reconocer la biodiversidad, la tierra y la naturaleza desde una perspectiva sociohistórica", comentó Gladys Dávalos, vicedirectora a cargo de Jornada Ampliada.
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Foto: Gentileza
A través de este proyecto se busca promover, dentro de la escuela, actividades que permitan adquirir conocimientos y prácticas sobre la obtención de productos alimenticios. Para ello, docentes y directivos propusieron un modelo educativo en el cual los alumnos y alumnas puedan tomar conciencia de la relación directa con la naturaleza.
"Descubrimos que la huerta en la escuela posee un potencial pedagógico para trabajar transversalmente todos los contenidos curriculares, aún cuando no figure formalmente en la currícula. Es un lugar donde se posibilita el intercambio de conocimientos, a la vez que se producen nuevos, en un ámbito donde se diluye la diferenciación de clases sociales, edades y de grupos", explicaron desde la escuela República Oriental del Uruguay.
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Foto: Gentileza
Con este proyecto, desarrollaron estrategias pedagógicas diferentes a las tradicionales: "La huerta, convertida en un aula a cielo abierto, nos facilitó la inclusión de estudiantes marginados, el aumento de las matrículas escolares, la mejora de la calidad alimentaria de las familias y de la relación escuela, familia y organización, contribuyendo al desarrollo territorial. Nos enseñó sobre su poder transformador, ya que en la misma se expresa la voz de todos los actores que participan de la experiencia, logrando trasformar a los que habitualmente fueron destinatarios en protagonistas, reafirmándolos como seres sociales con autonomía y decisión para ser sujetos políticos de transformación en cada comunidad".
Con las aulas de escenario
En la secundaria de la Universidad Nacional del Litoral pudieron celebrar la tradicional Estudiantina que no habían celebrado el año pasado. Durante toda la semana se generaron actividades que involucraron a todos los cursos de la institución, que van desde propuestas lúdicas hasta deportivas y de recreación. Una de ellas implicó la decoración de las aulas con la temática de una película.
"La propuesta surge del Centro de estudiantes de la escuela para celebrar el día del estudiante y la llegada de la primavera, en un marco particular, luego de transitar 18 meses de medidas de distanciamiento y aislamiento que vieron restringida la asistencia presencial a clases durante varios meses", explicaron desde la institución.
Guillermo Di Salvatore El 4to B de la secundaria de la UNL hizo de su aula una restaurante a puro lujo como el de Ratatouille
El 4to B de la secundaria de la UNL hizo de su aula una restaurante a puro lujo como el de Ratatouille Foto: Guillermo Di Salvatore
La actividad principal se realizó a lo largo de toda la semana aprovechando recreos para preparar el aula. El jueves, al final del día, el jurado integrado por profesores, preceptores y personal administrativo, eligieron al curso ganador, luego de que postearan una foto con toda la decoración y acumular likes en las redes del centro de estudiantes
El ganador del concurso fue revelado al finalizar con la Estudiantina este último viernes, después de compartir actividades en el Predio UNL como deportes mixtos con handball, volley, fútbol y básquet, juegos de "mesa" como truco, tutti frutti, loba, chancho, y la presentación de una coreografía de cierre de la jornada.
Guillermo Di Salvatore
Foto: Guillermo Di Salvatore
La importancia de vincularse
En ocasión de esta semana de festejos tras las restricciones en las escuelas, Jorge Eduardo Catelli, psicoanalista miembro titular en Función Didáctica de la Asociación Psicoanalítica Argentina, valoró el impacto de la pandemia y la "no presencialidad" en la vida adolescente, y consideró que "ha sido múltiple".
"La adolescencia es el pasaje de la vida intrafamiliar a la vida vinculada con el afuera, con los otros. Con la pandemia se vio una cancelación del afuera donde los adolescentes buscaron las tecnologías para seguir en un contacto simbólico con los otros", explicó Catelli a Télam.
A su vez, mencionó que "rituales de iniciación real pero también simbólica" como la celebración de los 15 años para las adolescentes, los bar mitzvah en relación a los varones de la colectividad judía, rituales de la vida escolar, como los viajes de egresados y de intercambio, "quedaron fallidos".
En este sentido, Catelli señaló que en algunos jóvenes se presentó sensación de pérdida y que "tuvieron que llevar adelante un trabajo de duelo, o bien para aplazar la posibilidad de hacerlo, o para tolerar su pérdida definitiva".
"Lo que encontramos en la actualidad, es una mayor mesura, pero siempre teniendo que atender que el festejo, no se transforme en una negación de los cuidados que aún son necesarios de mantener, para poder seguir adelante en esta nueva vida en la que nos encontramos", concluyó.