De la Redacción de El Litoral
La pedagogía de la provincia de Santa Fe tiene exponentes de referencia nacional. Una de ellas es Olga Cossettini, quien junto a su hermana Leticia, llevaron adelante una experiencia de escuela innovadora.
De la Redacción de El Litoral
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El famoso buscador mundial de Internet, Google, rinde homenaje hoy en su doddle a la reconocida educadora santafesina Olga Cossettini con motivo de su 117º cumpleaños. Olga nació el 18 de agosto de 1898, en San Jorge, provincia de Santa Fe y falleció en 1987, en Rosario.
Fue una gran maestra y pedagoga argentina y, junto a su hermana Leticia, se dedicó a transformar la escuela tradicional, la cual recurría al castigo como recurso pedagógico y era ajena a la realidad social.
Entre 1935 y 1950, las hermanas Cossettini desarrollaron un proyecto llamado Escuela Serena (también conocido como Escuela Activa o Escuela Nueva), que aplicaron en la Escuela Experimental Dr. Gabriel Carrasco del barrio Alberdi, en la ciudad de Rosario, con experiencias de aprendizaje basadas en criterios de educación por el arte de vivir y convivir.
En 1986 (un año antes de su muerte) recibió un reconocimiento de la Fundación Konex, como una de las más importantes maestras de la Argentina. El Instituto de Educación Superior Nº 28 de la ciudad de Rosario, y el ISFD N° 54 de Florencio Varela, llevan su nombre.
La Escuela Nueva, también denominada Activa, conforma una orientación técnico-metodológica dentro de la educación contemporánea. Nace a finales del siglo XIX y se desarrolla en el siglo siguiente, cuando en varios países los educadores comienzan a considerar nuevos problemas en educación, buscando respuestas en la aplicación de recientes descubrimientos relativos al desarrollo infantil. Otros docentes intentaron procedimientos de enseñanza aplicando nuevas metodologías: método de proyecto, resolución de problemas, etc.
Este movimiento de renovación pedagógica constaba de postulados que hoy son indiscutidos y que ahondan en las propuestas de Aula Taller y Pedagogía Operatoria. Algunos de aquellos principios fueron:
Autoeducación: pensar en el acto didáctico desde la perspectiva del niño, sus intereses, sus necesidades. El niño es el centro del proceso educativo.
Desarrollo de las posibilidades del educando: respetar las características individuales desarrollando las distintas formas de expresión creadora del educando.
Abrir la escuela a la Vida: fundar los aprendizajes en variadas experiencias vivenciadas por los niños, utilizando su realidad circundante como principal premisa. De allí la importancia en la escuela de las hermanas Cossettini de las excursiones, salidas y paseos y observaciones.
Autodisciplina: desarrollar la disciplina por autorregulación del grupo y del individuo, descartando la imposición externa.
La enseñanza de las distintas áreas tenía como horizonte estos fundamentos a los que se sumaban los elementos que brindaba el avance de la Psicología.