La inversión nacional en educación cayó un 40% este año en comparación con 2023. Los datos surgen del informe "Presupuesto educativo nacional 2025", del Observatorio de Argentinos por la Educación, con autoría de Javier Curcio, María Sol Alzú y Leyre Sáenz Guillén. El texto dice que en el período 2023-2024 hubo una fuerte caída en términos reales, tanto en el gasto de la Secretaría de Educación (-42,99%) como en la función "Educación y Cultura" (-40,20%).
Esta caída abrupta llevó la inversión desde el 1,48% del PBI que estaba en 2023 al 0,91% actual. El proyecto de Presupuesto 2025 que envió Javier Milei al Congreso estipula que, en términos del PBI, la inversión nacional en educación en 2025 será del 0,88% del PBI, aún más baja que la invertida en 2024.
En términos reales, si bien esa inversión tendrá un incremento de un 0,65% en 2025 en relación con el presente año, debe considerarse que se produce después de una drástica disminución presupuestaria del 40,20% ocurrida en 2024 en contraste con el año 2023.
"El debate presupuestario permite consensuar las prioridades y énfasis de los programas de gobierno planificados para el próximo período. Este año es crucial para el sector público nacional argentino para organizar la recuperación imprescindible, especialmente en el sector educativo. Se requiere un gran acuerdo nacional para identificar los problemas a resolver, organizar las respuestas y dotar de financiamiento adecuado a las intervenciones que cada nivel de gobierno debe ejercer para avanzar en el camino de superar la tragedia educativa que atravesamos", afirma Javier Curcio, investigador del Instituto Interdisciplinario de Economía Política (IIEP) de UBA Conicet y coautor del informe.
Imagen ilustrativa.
"La Ley de Educación Nacional sancionada en 2006 establece en su artículo número 9 que el presupuesto consolidado del Estado Nacional, las provincias y la Ciudad Autónoma de Buenos Aires destinado a la educación no debe ser inferior al 6% del PBI. Sin embargo, transcurridas casi dos décadas desde ese mandato legal, el mismo fue cumplido únicamente en el ejercicio de 2015, acumulando desde 2006 a 2020 una deuda de 5% del PIB de 2020″, señala el trabajo. Y aclara que en esa ley no se especificó cuánto del 6% debería ser financiado por la Nación y cuánto por las provincias.
Universidades
De acuerdo al Presupuesto 2025, la educación superior recibirá el 66,5% del presupuesto de la Secretaría de Educación, seguido por el Plan Nacional por la Alfabetización que recibirá el 11,6%.
Mariano Narodowski, exministro de Educación de la Ciudad de Buenos Aires, sostiene: "Lo que muestran estos datos es que el presupuesto nacional 2025 mantiene las mismas prioridades que en los últimos 40 años: privilegiar a las universidades por sobre el resto del sistema educativo. La gran diferencia es que todo el gasto público se reduce de manera brutal, no solo educación, cumpliendo la promesa electoral del 'ajuste más grande de la historia de la humanidad' que votó el pueblo argentino. En ese contexto, la educación se mantiene en los primeros tres puestos en la asignación de recursos. Los universitarios reaccionan fuertemente contra este ajuste y no está mal. Sería bueno que los más perjudicados (los chicos y las familias de la educación básica) también hicieran oír su voz en plazas y calles".
Los programas de la Secretaría de Educación
Al analizar los programas presupuestarios de la Secretaría de Educación, surge que los únicos dos que experimentarían un incremento real en 2025 son "Gestión educativa y políticas socioeducativas" y "Desarrollo de la educación superior" (universidades). El programa "Gestión educativa y políticas socioeducativas" tuvo un incremento del 15% entre 2023 y 2024, y sumará otro 14% para 2025. Por otro lado, los recursos para "Desarrollo de la educación superior" registraron una disminución del 30% entre 2023 y 2024, y tendrán una recuperación marginal del 2% en 2025. Todos los demás programas sufrieron ajustes en ambos períodos (2023-2024 y 2024-2025), y algunos fueron eliminados por completo.
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En 2025 se asignan por primera vez fondos del presupuesto al "Plan Nacional de Alfabetización" y se eliminarán los programas "Mejoramiento de la calidad educativa", "Conectar Igualdad", "Fortalecimiento territorial" y "Acompañamiento de organizaciones educativas". El Plan Nacional de Alfabetización tiene una participación significativa en el presupuesto de la Secretaría de Educación (11,6%), ubicándose por detrás de "Desarrollo de la educación superior", con el 66,5%. A estos dos programas, les siguen en mayor cantidad de fondos asignados para 2025: "Gestión educativa y políticas socioeducativas", con el 10,5%; y "Gestión y asignación de becas a estudiantes", con el 7,3%. En 2025 el gasto en educación universitaria representará el 66,5% del presupuesto educativo nacional, lo que deja un 23,1% para programas de educación obligatoria y superior no universitaria, y el resto (10,4%) para otro tipo de gastos.
Conectar Igualdad
"La eliminación del programa Conectar Igualdad es sin duda una medida regresiva muy fuerte, más cuando se considera que el 66% de los y las niñas menores de 14 años son pobres y tienen escasas posibilidades de lograr una alfabetización digital acorde con los umbrales de ciudadanía del siglo XXI. El segundo programa en importancia de la Secretaría de Educación, luego del financiamiento universitario, será el Plan Nacional de Alfabetización, que se concentrará en actividades tendientes a extender la jornada escolar y proveer materiales educativos (principalmente libros) para los y las estudiantes de los niveles inicial y primario, pero sin atender la capacitación docente", señala Jorge Lo Cascio, economista y magíster en Educación.
Nicolás Trotta, exministro de Educación de la Nación, advierte que el informe "confirma una ruptura de la tendencia de recuperación de inversión educativa, en cabeza del Estado nacional, luego de la pandemia". Y agrega: "Es dramática la retracción de inversión en 2024 y no se vislumbra una recuperación considerable en el presupuesto del año próximo. La inversión educativa total (jurisdicciones y gobierno nacional) es condición indispensable pero no suficiente para enfrentar, en un contexto de agravada fragilidad social, los desafíos educativos que se nos presentan. Es necesaria la construcción de consensos multipartidarios federales para avanzar en las expectativas sociales en la materia".
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