Mariela Goy
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La toma de escuelas técnicas por parte de los alumnos ya lleva varios días y, lejos de disolverse, amenaza con extenderse en el tiempo. Para intentar zanjar el conflicto, la titular del Ministerio de Educación, Letizia Mengarelli, convocó a las instituciones a cesar la manifestación y formar mesas de trabajo hacia el interior de cada escuela o en mutua colaboración con otras instituciones, para “pulir, ajustar y mejorar” la implementación del diseño curricular.
Mengarelli aclaró que los títulos de las futuras camadas de egresados tendrán validez y podrán matricularse sin inconvenientes en los colegios profesionales de técnicos. Pero se mostró firme en el proceso de reforma curricular encarado hasta ahora por el Ministerio al advertir que el nuevo plan de estudio “no es optativo” por parte de las escuelas.
— ¿De dónde surge la necesidad de encarar la reforma curricular para la educación técnica?
— Santa Fe no inventa la necesidad de un cambio curricular ni en la escuela secundaria ni en la escuela técnica. Eso surge de dos normas nacionales: la Ley Nacional de Educación Técnica de 2005 y la Ley Nacional de Educación de 2006. Detrás de esas leyes, no sólo está la Legislatura sino que hay un trabajo de mucho tiempo -con gremios docentes y la sociedad- para poder salir de la Ley Federal de Educación, que generó un esquema en el que cada escuela era un sistema educativo en sí mismo. Con la sanción de estas dos leyes nuevas se inició un largo proceso de reconstruir los miles de fragmentos que teníamos para ver si lográbamos construir un solo sistema educativo nacional. Con esto me refiero a que un alumno que cursa en cualquier provincia argentina, puede seguir cursando en otra o el título que adquiere en una provincia vale también en otra, porque la validez no está sujeta a una decisión provincial, sino nacional.
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